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Cuando era tan solo un bebé arribó a la capital del Tolima con su madre, y se establecieron en la que era la casa de sus abuelos, en el barrio Arkaparaiso, donde compartieron por años una misma habitación. La dirección exacta: Manzana B, casa 21. En ese entonces, el barrio era tranquilo, poco poblado y sin edificios.
Pero en la actualidad, solo queda el recuerdo de aquella morada. Ahora, la reemplazó un edificio de tres pisos, color blanco, con una droguería que da a la calle y, alrededor, más torres, casas y comercio, que contrastan con el Ibagué de hace 20 años.
Fue en las calles de este sector, donde a James le nació el amor por el futbol, que hoy lo tiene triunfando en equipos internacionales. Fue en la cancha de la zona donde metió sus primeros goles. Y fue donde, entre las paredes de su hogar, aprendió a caminar y correr, y su pierna zurda se volvió fuerte.
Así luce la zona
Según los vecinos del sector, cuando James era un niño, frente a su casa existía una cancha de arena, que ahora es reemplazada por locales comerciales; desde el balcón de su casa se asomaba curioso a ver los entrenamientos del Cooperamos Tolima.
Aun así, todavía funcionan las canchas sintéticas de la tercera etapa del Jordán, en las que ciudadanos y vecinos vieron en el pequeño James, una estrella naciente.
Por otro lado, el barrio cuenta ahora con un bonito parque que el niño James no alcanzó a disfrutar, pero en el que hoy en día cientos de pequeños entrenan esperando alcanzar la agilidad y éxito de la personalidad que, antaño, pisó las mismas calles.
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