El supuesto cartel de las misas de sanación del padre Fredy: recogía millones de pesos

Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍA
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Un nuevo testimonio de una integrante del grupo de oración del padre Fredy Martínez, sindicado de abuso sexual, salió a la luz.
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En entrevista exclusiva para El Nuevo Día, la mujer, quien prefirió dejar su nombre en el anonimato, relató las presuntas prácticas violentas que sucedían al interior del grupo de oración que lideraba el religioso.

(Lea acá la primera parte de la entrevista: Los presuntos actos violentos que cometía el padre Fredy con sus seguidores: lo hacía por diversión)

Además, indicó que el sacerdote se lucraba con las misas de sanación realizadas en Villarestrepo, por la que se volvió famoso a nivel nacional. 

¿Cuánto ganaba el padre Fredy por una misa?  

Según el relato de la testigo, normalmente los párrocos de las iglesias realizan diferentes actividades para recoger fondos destinados a su manutención y el desarrollo de obras benéficas para sus comunidades, sin embargo, Martínez jamás actuó de esta manera.

“El padre Fredy tenía una práctica que se llamaba ‘las intenciones’ antes de cada misa: ponía a varias personas, que generalmente eran mujeres de edad (o sus allegados), quienes pasaban con una hoja y una tabla ofertando una intención, donde las personas se inscribían para que ofrecieran la misa por ellos, en esa época cobraban diez mil pesos por cada una. Lo que él hacía era robo”, aseguró la mujer.

Además, añadió que el religioso en realidad no ofrecía la eucaristía por esas personas o sus intenciones, solo leía los nombres de los inscritos al inicio de la misa.

“Él (padre Fredy) recogía millones y millones de pesos. Ponía a seis u ocho personas a que recogieran esas intenciones y cuando se estaba terminando la misa, ellas se reunían a contar la plata y al que le iba mal recogía entre cuatro y cinco millones de pesos”, puntualizó.

Según la entrevistada esta práctica se realizaba en cada una de las eucaristías que se desarrollaban los días miércoles, viernes y domingos, pero cuando más dinero entraba a las arcas del religioso era durante el primer domingo de cada mes, ya que asistía un gran número de feligreses a las famosas misas de sanación, los demás días el recaudo era menor.  

Entre tanto, afirmó que incluso las personas encargadas de recoger estos dineros se disputaban el puesto para ver cuál de ellos obtenía la mayor cantidad. 

Hacían competencia a ver a quién le iba mejor recogiendo el dinero; incluso hay un grupo de personas que los buscan para que los anoten en esas ‘intenciones’, con el objetivo de que el padre ore por ellas. Son entre 20 y 30 que viajaban de algún pueblo cercano o de Bogotá y él de todo ese dinero no hacía ninguna obra para las personas de allá de esa región (Villarestrepo)”, agregó. 

Continuando con su relato, la mujer dijo que el párroco no era quien compraba los regalos de navidad para los niños del sector, sino que eran los feligreses, sin embargo, Martínez los entregaba diciendo que era de él.

“Él (padre Fredy) decía que quien quisiera apadrinar un niño, tenía que dar el mejor regalo, que no podían darles nada económico, que debían ser como si fueran para los hijos de ellos y la gente, por complacerlo, compraban los regalos y después se los entregaban al padre”, puntualizó.

Asimismo, indicó que el sacerdote jamás realizó ninguna obra benéfica con los fondos que recogía y que en realidad los usaba para suplir sus “caprichos” y los de su círculo íntimo.

¿En qué se gastaba el dinero de las mismas de sanación el padre Fredy?

Según la mujer, quien además perteneció al grupo de oración por casi tres años, el sacerdote gastaba todo el dinero en regalos para sus allegados. 

La entrevistada sostuvo que el cura compraba carros, ropa de marca, relojes Rolex, consolas de videojuegos y aparatos electrónicos de alta gama. 

“La novia de él (padre Fredy), la hermana de ella, todos (los más allegados al religioso) tenían el último celular, él (Martínez) cambiaba de camioneta cada rato, la ropa era de marca.”

A su vez, señaló que con el dinero que obtenía el párroco sostenía a su círculo cercano, quienes no trabajaban pues solo se dedicaban a estar con el sacerdote, por ello este les proporcionaba todo aquello que ellos requirieran para vivir.  

De la plata que dan las personas que van a la iglesia, el padre Fredy le compró a su novia un apartamento en el edificio M-30, un carro, le hacía operaciones estéticas, aumento de busto y cola", así como, viajes que realizaban cada año. “Estuvieron en Tierra Santa, fueron a Europa y muy a menudo a la Costa”, relató. 

La mujer informó que estos viajes solo los realizaba con las personas que eran más cercanas al religioso y que estaban demasiado comprometidos con Martínez.  

Finalmente concluyo diciendo que también tuvo conocimiento de un presunto abuso sexual hacía una de sus compañeras y que esto fue uno de los motivos que la impulsó a salir de esta congregación, a pesar del miedo y el temor a las represalias que pudiese sufrir.

 

Credito
Diana Carolina De la Torre Cortés

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