El proceso ya finalizó su primera etapa y ha conseguido garantizar la conservación del agua, la biodiversidad y servicios eco-sistémicos.

Así mismo se logró la disminución de los impactos negativos sobre los recursos naturales renovables y no renovables, garantizando la oferta hídrica a Ibagué, pero lo más importante de este convenio es la vinculación social.

El convenio fue firmado en 2012, y desde este año ha venido trabajando en cuatro fases, la primera es donde se ejecutó la contratación de la asistencia técnica, el diagnóstico y evaluación de las áreas a restaurar.

También se inició el trabajo social con la comunidad de los sectores y la contratación de mano de obra con las juntas de acción comunal.

La segunda fase finalizó y allí se dio inicio a las obras de restauración activa y pasiva, se desarrollaron talleres y capacitaciones de carácter ambiental a los pobladores de la zona.

Una vez culminadas con éxito estas fases, Cortolima firmó el pasado 5 de mayo los convenios con varias juntas de acción comunal.

Dos de ellas, lo hicieron con las fundaciones río Cocora y Jaibana respectivamente, con el objetivo de dar inicio a la tercera etapa denominada mantenimiento.

Con en esta fase se busca no solo darle mantenimiento a las siete mil 438.6 hectáreas con especies nativas en las fases anteriores, sino también busca continuar con la estrategia de contratar mano de obra con las juntas de acción comunal, esto para generar empleo y dar empoderamiento a la comunidad; además, se continuará con los talleres y jornadas educativas de carácter ambiental.

“La comunidad se benefició a nivel económico y ambiental, algunas familias y toda la vereda ven mejoramiento de los caminos veredales, lo que nos permite poder sacar más fácil nuestras cosechas”, dijo el presidente de la junta de acción comunal de la vereda Chembe, Fredy Micahan.

Lo que falta

Una vez finalice la fase de mantenimiento, se dará inicio a la fase de monitoreo con un convenio interadministrativo con la Universidad del Tolima para hacer establecimiento de 54 parcelas permanentes, así como el seguimiento del grupo técnico de Cortolima.

Dentro del impacto socio ambiental se evidencia el arraigo de la comunidad, el empoderamiento de las comunidades en conocimiento y habilidades, y la conectividad biológica de áreas de importancia eco sistémica.