El alcalde Óscar Tovar manifestó que su municipio no termina de recuperarse de las afectaciones de 2017 y ya hay que afrontar más daños.
Entre las emergencias se cuenta la necesidad de reubicar a seis familias que habitaban en una misma casa en la vereda San Antonio, algunas de las personas son adultos mayores y otras con discapacidad.
La casa “está ubicada a un lado de la carretera, pero hay (otra) vía que va hacia la parte de arriba (montaña), lo que genera que escurra el agua. (...) queremos determinar cómo podemos mitigar los daños y si vemos que es un peligro se deben reubicar”, explicó el mandatario.
Promesas ‘al aire’
El primer semestre del año anterior fue una de las épocas más difíciles para los agricultores de esta población debido a que el invierno arrasó con cultivos de café, plátano y pancoger, entre otros.
Ante la imposibilidad de pagar deudas, el Banco Agrario adelantó una brigada de cartera, no obstante, las propuestas no fueron viables para los deudores, por lo que siguen esperando alternativas de pago.
Según Tovar, establecer acuerdos financieros “fue muy complicado, la verdad la gente todavía está a la expectativa, lo único que se pudo hacer fue un convenio que se firmó con la Gobernación, en donde se entregaron fertilizantes, pero no se pudo llegar a todas las familias que resultaron afectadas en su momento.
“De resto, a nivel nacional nosotros no recibimos ninguna ayuda, ni del Banco Agrario la gente recibió ayuda, entonces ha sido muy difícil”, precisó el burgomaestre.
El invierno dejó daños en viviendas, acueductos, alcantarillas y vías terciarias, afectaciones que no han podido ser atendidas del todo por falta de recursos.
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