Líderes sociales del Sur hablaron de los retos del Pdet

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
El Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial, Pdet, es hasta ahora la propuesta más sólida que tienen las comunidades para el posconflicto.

Eliminar estigmas, generar verdaderos espacios de reconciliación y paz, al igual que reivindicar el papel de la mujer tras haber padecido los estragos de la guerra, son algunas de las metas que se proponen las comunidades de Chaparral, Ataco, Planadas y Rioblanco, a través de la conformación del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial, Pdet.

Este proceso se adelanta con la articulación de la Agencia de Renovación del Territorio, ART, la Universidad de Ibagué, Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes y la Universidad del Tolima.

 

Empoderamiento

A través de la Fundación Agromujervi, integrada por mujeres víctimas del conflicto en la zona rural de Ataco, se busca una reparación moral para todas aquellas mujeres que quedaron en medio de los enfrentamientos entre el Estado y las Farc.

Angela Patricia Arias, representante legal de esta organización, contó que durante esa época las habitantes padecieron una esclavización material y sexual.

“Primero debemos organizarnos a través de la asociatividad, con el fin de empezar a marcar un territorio de prosperidad y unión.

“(La idea es) comenzar a visibilizar a la mujer no como nos han visto siempre, como una mercancía u objeto sexual, sino como una mujer emprendedora, empresaria y protectora, que es lo que finalmente somos”, dijo Arias.

De otra parte, algo en lo que llamó la atención la líder es la falta de respaldo por parte de la Administración municipal.

“Aprovecho para expresar nuestra profunda tristeza, por parte de la Alcaldía no hemos tenido ningún respaldo, el mandatario no cree en el trabajo que hacemos, sin embargo, hemos buscado todas las vías posibles de diálogo”, comentó la líder índigena.

 

Participación indígena

En Chaparral, el Pdet es visto como la oportunidad de subsanar el territorio, según Bianey Córdoba Garzón, gobernadora de la comunidad indígena Ibanasca Lemayá de Calarma, uno de los proyectos priorizados es la adecuación de las vías de acceso, pues sin ellas, no se puede mejorar la comercialización de los cultivos.

“También estamos muy preocupados por el tema de la drogadicción, si bien sabemos que no es una zona de cultivos, se está viendo mucho el microtráfico y consumo en los jóvenes y adolescentes”, comentó la líder indígena.

Y agregó que se está en la búsqueda de organizar un cabildo abierto en el que participe toda la población y se aborde el problema de frente, pues hasta ahora, solo se hacen consejos de seguridad en los que participan únicamente entes oficiales y se limita la participación de los habitantes.

 

Problemáticas y retos

En Planadas una preocupación latente en la niñez es que se están viendo expuestos al consumo de sustancias psicoactivas, hecho que contrasta con las deficiencias que tiene el sistema educativo. Yuly Paola Narváez, líder social de esta población, comentó que una de las mayores dificultades es la falta de transporte escolar y de refrigerios, lo que genera deserción educativa.

 

Erradicar estigmas

En Rioblanco la construcción del Pdet y los avances logrados, son vistos como una alternativa que puede mejorar el plan de vida de los habitantes. Alix Alicue, representante de dos comunidades indígenas Nasa, comentó que en su caso la lucha es para que “nos quiten el estigma de guerrilleros en la región, tanto como en Planadas, Ataco y Chaparral, queremos ser reconocidos por el delicioso café que producimos, la ganadería, por los páramos como el de Las Hermosas, uno de los pulmones del Tolima”.

Credito
XIMENA VILLALBA C.

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