Pesar en el norte del Tolima por fallecimiento del padre Galindo

Crédito: TOMADA DE CARACOL RADIO LUMBI - EL NUEVO DÍAMás de 50 años estuvo dedicado al servicio de los hondanos el padre Galindo.
Luego del fallecimiento del reconocido padre Galindo la comunidad de Honda y personas que fueron testigos de sus obras señalaron la tristeza por su partida y la celebración por todas sus obras.
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A sus 86 años, y luego de más de media década dedicada al servicio no solo de la comunidad de Honda, sino del norte del Tolima, el padre Jaime Galindo falleció por complicaciones relacionadas con una neumonía.

Entre las muchas acciones que realizó durante su vida dedicada al servicio está la fundación de varias parroquias y la construcción de tres barrios en Honda, en donde se beneficiaron más de 200 familias.

“El padre Galindo nació en el barrio Bogotá, en Honda. Perteneció a una familia adinerada de Mariquita. Luego de su recorridos por municipios como Frías, Líbano, Mariquita, en donde fundó la iglesia El Carmen, regresó a la ciudad que lo vio nacer”, señaló Luis Fernando Montoya, periodista hondano.

Sus feligreses más antiguos cuentan que llegó a Honda en la década del 70 y realizó una serie de obras benéficas y sociales de incontable provecho para los más necesitados.

“Estando en Honda se le metió en la cabeza la idea de crear unos barrios, pero no como los que hace hoy en día la politiquería, sino barrios dignos de ser habitados por los más humildes. Él había visitado Alemania y allá logró obtener unos importantes contactos y con la fundación Caritas hizo tres barrios, unas 236 casas que entregó a 236 familias necesitadas”, agregó el periodista.

Todas esas casas se construyeron en menos de cinco años y hoy en día le brindan abrigo a centenares de hondanos.

Montoya recordó que, incluso, el padre Galindo le salvó la vida en una ocasión. Eran esos días en los que grupos al margen de la ley hacían de las suyas en esta región del departamento: “Una persona le contó que yo iba a ser asesinado por orden que alguien que no quería que yo siguiera en mi labor periodística. En su sabiduría logró que esta persona no lo hiciera y me advirtió para que me cuidara. Por eso le guardo un infinito cariño, porque sé que lo hizo con muchas otras personas en momento difíciles de la historia de nuestro municipio”.

Para el padre Fernando Cadena Galeano, párroco de iglesia El Carmen de Mariquita, el padre Galindo fue un hombre de una moralidad impecable que prefirió realizar una comunión pastoral desde la base de la sociedad.

“Un día creó un supermercado. Decía que los pobres viven del fiado y que los supermercados no fían, que solo atienden a los que tienen el dinero. Entonces construyó un supermercado para los pobres en el que sí les fiaba”, dijo el padre Cadena.

Galindo les ayudó a comprar máquinas de coser las mujeres y creó una microempresa de bloques a los hombres. Sus acciones, dicen los testigos directos de ellas, fueron desmedidas.

“Creó el Fondo de Ayuda Mutua (FAM). Hizo que el pobre tomara conciencia de ayudarse a sí mismo. En ese fondo iba ahorrando la misma comunidad y en una emergencia de alguno de los miembros se echaba mano de allí. Esa bella iniciativa aún existe y es un ejemplo de colaboración”, señaló el padre Cadena.

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Un testimonio

Son muchas las personas que hoy tienen un hogar gracias al padre Galindo. Otros pudieron estudiar gracias a su ayuda directa o a su gestión.

“Yo siempre quise estudiar música y el padre me ayudó a hacerlo. Gracias a él estudié en el Conservatorio, volví a Honda y aquí estoy actualmente”, señaló Sofía Magdalena Rivera, hoy profesora de danza en Honda.

Según Sofía, el padre fue un hombre feliz que disfrutaba de las actividades del Fondo de Ayuda Mutua.

“Me alegra mucho que el padre haya alcanzado a ver muchos de los logros que él me ayudó a conseguir. Gracias a él hoy mi mamá, y muchas personas más, tienen hoy una casa donde vivir”, finalizó.

 

El último deseo del padre

Antes de fallecer, el padre Galindo pidió que sus restos reposaran en el cementerio de Mariquita, junto a sus padres y demás familiares. Sin embargo, por la contingencia de la pandemia las autoridades no lo permitieron ya que era sospechoso de Covid-19.

Antes de fallecer le hicieron pruebas por su enfermedad: neumonía. Los resultados no alcanzaron a llegar y tuvo que ser sepultado en el cementerio de Honda, en el sitio destinado a sospechosos de coronavirus.

“Quería ser enterrado en otro sitio, pero conociéndolo iba feliz porque siempre estaba al lado de los más vulnerables y en este momento muchas familias lloran a sus familiares desde sus casas. Él los está acompañando”, agregó el periodista Luis Fernando Montoya.

 

Frase

“El padre Galindo fue quien celebró mi matrimonio hace 42 años, y desde esa época siempre tuvimos una gran relación espiritual”: Yesid Robayo.

Credito
CAMILO JIMÉNEZ

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