Uno de los sobrevivientes de la guerra vivida por los colombianos en los inicios de este milenio, es el actual comandante de la Estación en Melgar, Julio Sánchez, quien en 2012, cuando era subteniente y estaba en el corregimiento San Antonio del Getuchá, municipio Milán en Caquetá, sufrió una incursión.

“Ese día estaba en acciones de convivencia con la población en la plaza de mercado, cuando llegaron unas personas del Frente 29 de las Farc y arremetieron contra la ciudadanía”, indicó.

Debido a que el corregimiento está en un puerto y para llegar allí es en lancha, los subversivos llegaron por ese sitio y de una vez los hostigaron con granadas para aturdirlos y luego inició el intercambio de disparos, donde fallecieron uniformados.

El capitán Sánchez sufrió heridas en su pierna derecha, derivadas de las esquirlas de granada, añade que sintió dolor al ver la manera en que los guerrilleros abrieron fuego sin importar que estaban en una plaza de mercado donde mantienen muchas personas, y algunas resultaron heridas.”

“Cabe resaltar que aún así, y teniendo en cuenta todos estos hechos, siempre ha estado la autoridad, la Policía Nacional, para respetar los derechos humanos y la vida de los ciudadanos.

“En el momento uno piensa muchas cosas, porque cuando lo alcanza la onda expansiva, uno queda en el limbo por varios minutos, y cuando logra reaccionar, hay que evitar que el personal que uno tiene a cargo salga lesionado y defender a la ciudadanía”, agregó el capitán Sánchez.

Sobrevivió a un ataque

El capitán Edwart Castellanos estuvo el día en que el frente 36 de las Farc derribó un helicóptero de la Policía Nacional en Briceño, Antioquia, allí salieron varios uniformados lesionados, entre ellos el entonces subteniente Castellanos.

“Hubo una acción valerosa porque se retuvo el ataque y se salvaguardaron la vida de los pilotos, fue un ataque sorpresa con ráfagas de ametralladora y desde varios puntos de la zona rural”, cuenta.

Con 13 años de servicio, este uniformado sigue en firme y con honor de servir a la gente, así como ser un ejemplo de vida, pues muchos policías y militares han perdido sus vidas en el servicio del deber.

En el norte del Tolima

El momento más difícil del intendente Óscar Javier Giraldo ocurrió el 4 de agosto de 2006 en Casabianca, cuando miembros del grupo Bolcheviques de Líbano realizó un ataque alterno en Villahermosa y en la estación donde él estaba, allí el dolor ha sido eterno, pues murió una niña.

“Fue un viernes, estaba todo tranquilo, la gente en las calles, cuando unos 80 hombres irrumpieron esa tranquilidad y asaltaron la población, disparaban indiscriminadamente contra la Estación de Policía, eso fue una noche de terror, de caos”, recuerda.

Los insurgentes atacaron la ambulancia que iba a ingresar a Casabianca, mientras el suboficial repelía el ataque desde el búnker.

“Al otro día hubo algo muy desafortunado y que me ha entristecido mucho porque yo soy padre, y es la muerte de una niña, eso todavía me conmueve”, cuenta el uniformado que en la actualidad es analista de cartografía y lleva 16 de servicio en la Policía.