El ICETEX y los sueños de los jóvenes tolimenses

Alba Lucía García Suárez

Imaginémonos a un joven de Purificación, Chaparral o Melgar, que sueña con entrar a una universidad, con salir adelante, con ayudar a su familia.
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Para ese joven, así como para muchos en el país, el ICETEX (Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior) es la única esperanza de estudiar, de tener un futuro diferente. Y ahora, ¿qué pasaría si el gobierno decide dejar sin recursos a esta entidad? 

Recordemos que vivimos en un país donde no todos pueden acceder a la educación gratuita. Aunque tenemos universidades públicas de alta calidad como la Universidad del Tolima, los cupos no alcanzan para todos los jóvenes que cada año salen del colegio con ganas de seguir estudiando. Además, quienes viven en municipios apartados muchas veces no tienen la posibilidad de trasladarse la capital para estudiar. ¿Qué les queda? Universidades privadas o programas técnicos y tecnológicos en los que los costos pueden ser un muro infranqueable. 

El ICETEX ha permitido que cientos de jóvenes puedan estudiar carreras en universidades que, de otra manera, serían inalcanzables. Sí, algunos nos endeudamos, lo digo desde mi experiencia pues pagué mi maestría con un crédito de esta entidad, pero es una deuda que a largo plazo abre puertas. Esas personas que hoy se forman gracias a estos créditos son quienes, mañana, van a ser los ingenieros, médicos, docentes y emprendedores que sigan impulsando al Tolima y al país.

Si el gobierno reduce los recursos del ICETEX, el impacto puede ser nefasto. Seamos claros, una región sin profesionales pierde competitividad. ¿Cómo vamos a atraer inversiones o hacer crecer nuestra economía si no le apostamos a una población educada? La ecuación es fácil, sin educación no hay innovación, y sin innovación nos quedamos rezagados frente a otras regiones. 

Además, no podemos olvidar que el ICETEX no solo es un crédito. Es una inversión en movilidad social. Cuando un joven de Líbano o Mariquita se gradúa, consigue empleo y comienza a generar ingresos, no solo mejora su vida. También impacta a su familia, su comunidad y al departamento entero. Es un ciclo que empieza con educación y termina con desarrollo, pero que se rompe si le quitamos recursos a entidades como el ICETEX.

Por eso, más que olvidarlo, el gobierno debería fortalecer todas las entidades que tienen impacto sobre la educación, la ciencia y la tecnología. La educación gratuita es importante, claro, pero no cubre a todos. Los créditos educativos son ese complemento que permite que más personas podamos soñar y construir un futuro.

En el Tolima sabemos de trabajo duro, de soñar en grande. Pero también sabemos que, para avanzar, necesitamos oportunidades; y el ICETEX es eso, una oportunidad. Me hubiese encantado ver a nuestros congresistas alzando la voz y exigiendo recursos para que quienes veían en vilo su futuro académico hubiesen sentido un respaldo, pero lamentablemente algunos de nuestros políticos siguen sin entender las labores para las que fueron electos. 

 

Alba Lucía García Suárez

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