También hubo perdedores
Mientras que a la pobre Han Kang le aparecen más amigos de los que ella misma sabía que tenía para hablar maravillas sobre sus novelas, cuando en esta misma tribuna hace casi exactamente un año nos quejábamos a viva voz de lo prácticamente imposible que era encontrarlas en el mercado español, ya no digamos en el colombiano, es importante tomarnos un instante para acallar la pirotecnia y honrar a todas las víctimas colaterales que deja su más que merecido encumbramiento en Estocolmo.