En menos de 24 meses estaría listo el tramo de la doble calzada entre Girardot e Ibagué, y que comprende la construcción de un viaducto y un túnel en inmediaciones al corregimiento Gualanday.

El pasado 23 de enero, la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, dio luz verde al desarrollo de las obras, cuando otorgó la licencia ambiental al proyecto vial que tiene a cargo la Concesionaria San Rafael S.A.

Cabe recordar que la Sociedad Concesionaria fue constituida para el megaproyecto vial Girardot - Ibagué - Cajamarca, bajo el contrato 007 de 2007.  

Lo que va de las obras

En la actualidad se adelanta la implementación de los pilotes (perforaciones de 30 metros de profundidad), que son los que sostendrán los seis ejes del viaducto (bases del puente).

Dichas obras hacen parte de la etapa de cimentación, según se pudo conocer. Sobre los pilotes se ubicarán las pilas, que son las que, a su vez, sostendrán las dovelas, estructuras que soportarán la vía.

En cuanto a la nueva calzada que hace parte del trazado junto al túnel y el viaducto, y que va en el sentido Girardot - Ibagué, se han pavimentado 4.5 kilómetros, según precisó el ingeniero Javier Rivera, de la Concesionaria.

Respecto al túnel, que atravesará la Cuchilla del Fraile, con una longitud de 889.04 metros, apenas inician los trabajos de perforación, que se harán con taladros neumáticos y explosivos. 

Vientos de desarrollo 

La culminación de la doble calzada Girardot - Ibagué - Cajamarca supone un avance para la infraestructura vial del país, debido a que agilizará el transporte terrestre entre el oriente y el occidente de Colombia.

De acuerdo con el ingeniero Rivera, la nueva calzada reducirá los tiempos de desplazamiento de los vehículos que circulen sobre la vía nacional que conecta el centro del país con Ibagué. 

“Habrá un aumento en la economía y una disminución en el desgaste de los vehículos y del uso de combustible, porque ya no tendrán que avanzar por una pendiente como la del Alto de Gualanday”, señaló.

Así mismo, se prevé que con la nueva vía disminuirán los índices de accidentalidad, sobre todo en el sector de descenso y ascenso del Alto de Gualanday, donde los conductores hacen adelantos por curvas ciegas.   

Los costos del desarrollo 

Pero abajo, y al otro lado de la construcción de la doble calzada, están los habitantes de Gualanday, uno de los cuatro corregimientos bajo la jurisdicción de Coello. 

En la localidad, en la que según el concejal Isidro Guzmán, habitan menos de dos mil habitantes, existe una preocupación relacionada con el trazado que fue establecido por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Los pobladores aseguran que quedarán aislados de los beneficios que trae una megaobra como la que se adelanta en inmediaciones de sus viviendas.

“A Gualanday nunca lo tuvieron presente para ver qué impacto iba a generar las obras, y el impacto es que la población queda totalmente bloqueada.

“El proyecto en ningún momento va a beneficiar a Gualanday, tal como está constituido en el momento”, explicó el concejal Guzmán.

No obstante, la preocupación de Guzmán no se puede descartar, debido a que luego de finalizadas las obras, la vía que hoy existe ya no irá en dos sentidos, sino en uno solo: hacia Bogotá.

En otras palabras, los habitantes de Gualanday o los vehículos que requieran transitar hasta Ibagué, tendrán que hacer un recorrido de varios kilómetros, hasta la intersección de Chicoral. 

En ese punto, deberán luego tomar la calzada nueva que contiene el nuevo viaducto y el túnel, en un rodeo que, según Guzmán, puede estar entre los 15 y los 20 kilómetros de longitud.

“Nosotros no nos oponemos al desarrollo, que sea bienvenido, pero que no nos trunquen nuestras posibilidades”, aseguró, y agregó que “están acabando con una ruta de más de 100 años”.

¿Malentendidos?

De acuerdo con el cabildante, en un principio, cuando comenzaron las reuniones de socialización del proyecto con la comunidad, se había establecido que la vía iría en doble sentido.

“Nos voltearon los papeles, porque en 20 días nos dijeron que no, que ya esa vía no quedaba en doble sentido”. 

“Cuando se socializó el proyecto, a la comunidad se le habló en términos muy complicados y técnicos”, dijo, lo que habría generado confusión en los habitantes y malentendidos. 

“Cuando se les habla en esos términos, la comunidad no alcanza a comprender qué le están diciendo (…). Nos hablaron de un par vial, y mucha gente no sabe que es un par vial, y no entendimos porque esos términos los manejan los ingenieros.

“Y un par vial es una carretera subiendo y otra bajando, son dos vías pero por diferentes lados”, afirmó.

Y agregó que, “ellos (ANI) saben que cometieron el error, que no hicieron la socialización adecuada y que tienen que solucionar esa problemática”. 

Buscando soluciones

Frente a la situación, la Concesionaria San Rafael S.A. no tiene qué opinar, porque es administradora del contrato de concesión y no fue la autora del trazado que fue definido por la ANI. 

Como posibles soluciones, los habitantes que serán afectados implementaron dos propuestas que fueron presentadas ante representantes de la ANI, durante una reunión que se efectuó el pasado jueves en Bogotá. 

En el encuentro, se puso en consideración las preocupaciones de los residentes de Gualanday acerca de la construcción de las megaobras, y de los impactos de las mismas sobre la calidad de vida de sus habitantes. 

Las propuestas

Una es que se conserve la vía con circulación en doble sentido, como está hoy. La otra, que se construya una carretera alterna a la que hoy existe como retorno hacia Ibagué.  

“La única posibilidad que nosotros vemos viable es que nos dejen la vía que existe actualmente desde el Alto de Gualanday hasta Salamina, que la dejen en doble sentido”, señaló Guzmán quien asistió a la reunión con la ANI.

“Dijimos 'déjenos un carril adicional, porque hasta el puente de Gualanday existen tres carriles, y lo que se puede es ampliar ese proyecto por un carril más por el pueblo'”, explicó el cabildante.    

No afectaría acuífero

El ingeniero Javier Rivera explicó a EL NUEVO DÍA, durante un recorrido por las obras, que la construcción del túnel no afectará ningún cauce de los afluentes que existen en la zona de influencia de la obra.

Rivera se refirió a la licencia ambiental que fue otorgada por Cortolima el 23 de enero, y dijo que en ella se establece que la construcción del túnel no generaría afectaciones en el acuífero de Ibagué.

“En la licencia ambiental aparecen identificados los cauces actuales, el arroyo de Gualanday y el arroyo Meneses, esos puntos no van a tener punto de afectación, con la construcción del viaducto y el túnel”, explicó.


Y agregó que, según los estudios, no existe ningún acuífero en el cerro del Fraile, lugar donde se va a efectuar el túnel. 


Javier Rivera recordó que en los proyectos de la Concesionaria se hacen inventarios forestales, se determinan las especies y los tamaños, y se procede a partir de ese inventario, a una compensación de siete árboles por cada uno que se afecte. 

Los constructores

Las empresas que desarrollan las obras que hacen parte del contrato de Concesión vial 007 de 2007 son la Unión Temporal Picaleña (UTP) y la Mincivil Topco. La primera es responsable de construir de los ejes cuatro al seis del viaducto (50 por ciento del puente). Mientras que la segunda, construirá de los ejes uno al tres, que constituye el 50 por ciento del viaducto, además de tener a su cargo la construcción del túnel. Los ejes son las estructuras similares a una columna que sostienen el puente. 

“Con un túnel en la vía viniendo hacia Ibagué, y con una carretera yendo hacia Bogotá, quedaríamos totalmente embotellados en Gualanday”. Concejal Isidro Guzmán

Recuerde que: 
Según Guzmán, se espera una respuesta satisfactoria por parte de la ANI, para que la carretera que conduce de Ibagué hacia Espinal quede en dos sentidos. 

La Cifra:
2 mil personas aproximadamente residen en el centro poblado de Gualanday.