Crisis llevó a suspensión de clases en la U. Tolima

suministrada - EL NUEVO DÍA
Profesores, estudiantes y algunos funcionarios de la Institución han solicitado la renuncia del rector José Herman Muñoz.

La magnitud de la actual crisis que enfrenta la Universidad del Tolima es tal, que se perfila como una de las más graves ocurrida en la historia reciente de la Institución emblema de la educación superior del Departamento.

Luego de finalizada la Asamblea que convocó a estudiantes, profesores y algunos funcionarios el pasado jueves, se decidió exigir la renuncia del Rector por “su directa responsabilidad en la crisis de la Universidad”.

Así como por “su total indiferencia frente a las convocatorias realizadas por la comunidad”. El Rector, además, fue declarado “persona no grata”.

Asimismo, la crisis generó la suspensión de las clases ayer, y los docentes se mantienen en la decisión de no cargar las calificaciones de los estudiantes correspondientes al semestre B 2015.

Exigen también, con los estudiantes, la derogación del acuerdo mediante el cual se exige el pago anticipado de matrículas y solicitan al Consejo Superior auditoría externa verificada para revisar con lupa las finanzas de la UT.

De igual manera, piden delegar la vocería a cuatro representantes del Consejo Superior para que expliquen “a profundidad” la crisis al Ministerio de Educación, y los demás miembros de los Consejos Superiores del país.

Frente a la difícil situación, al cierre de esta edición las directivas de la Universidad no se habían pronunciado de manera oficial, aunque se encontraban reunidas, según se informó.

Claves para entender la crisis de la Universidad del Tolima

1.Aumento de los gastos de funcionamiento: A la administración de José Herman Muñoz se le señala de haber incrementado de manera importante los gastos de la Alma máter durante los tres años que ha estado al frente de la Institución. Este aumento a junio de este año habría desembocado en un déficit de cinco mil 400 millones de pesos, y unos pasivos superiores a los 45 mil millones de pesos (En la actualidad se desconoce a cuánto asciende con exactitud el déficit y se desconocen los indicadores financieros claves para entender la situación de la entidad).

2.Transferencias de la Nación son insuficientes: Este ha sido uno de los argumentos del Rector para justificar el aumento de los gastos. Según ha manifestado, existe un desfase entre las transferencias y el incremento anual del salario de los funcionarios de la Institución, que se calcula con un valor superior al IPC anual. Sin embargo, sus detractores afirman que más allá de esta realidad, innegable para las universidades públicas del país, la crisis de la UT es producto de un manejo financiero y administrativo irregular.

3.Producción académica: Según el Rector, otra causa de los pasivos de la Universidad corresponde al incremento en la inversión en la producción académica. Aquí se incluyen pagos por publicaciones en revistas académicas, libros, así como los docentes que están en comisión de estudios. Frente a este argumento del directivo, se ha cuestionado las escasez de recursos para viáticos y se ha criticado los criterios con los cuales se autorizan estas comisiones que le cuestan una buena cantidad de millones a la Institución. 

4.Inversión social y aumento de programas: Muñoz Ñungo informó a mediados de 2015 que entre 2012 y mediados de este año, la Universidad pasó de tener siete a 13 maestrías, y que pronto serían 14 programas de este nivel. En cuanto a doctorados, la oferta pasó de tres a cuatro en el mismo periodo, y destacó el aumento en el número de programas acreditados, entre otros logros de su Administración.

También resaltó el aumento de 500 a 12 mil pesos del aporte que la Universidad hace a cada estudiante durante sus prácticas académicas por día. Frente a esta gestión, se ha criticado varias de estas decisiones como por ejemplo la cofinanciación de posgrados, que si bien han estado encaminadas a la búsqueda de la calidad educativa según el Rector, son vistas como desencadenantes de la actual crisis financiera. 

5.Reducción de cobertura: La Administración de la UT emprendió un proceso de reducción de la cobertura del Instituto de Educación a Distancia (Idead), en un proceso que fue catalogado por él como “cobertura con calidad”. Para sus críticos, al adoptar esta medida no se analizaron las implicaciones sociales, académicas y financieras de recortar el número de centros Cread y, a su vez, de los ingresos generados por la matrícula de al menos 12 mil estudiantes de la modalidad a Distancia que ya no están. En la actualidad, no se conoce cuánto dejó de percibir la Institución por este concepto. 

6.Error en destinación de recursos: Aunque no puede ser vista como la principal causa de la crisis presupuestal de la Universidad, la destinación de mil 900 millones de pesos para la construcción de una subestación eléctrica fue un error que el mismo Rector ha reconocido. Estas obras, que pudieron haber sido pagadas con dineros del Cree (que solo se pueden destinar para inversión), fueron asumidas con recursos propios de la Universidad que estaban proyectados para asumir gastos de funcionamiento, que en la actualidad son los que no puede sostener la entidad. 

7.Aumento de la nómina: Fernando Misas Arango, miembro del Consejo Superior y representante de los Exrectores, había dicho a EL NUEVO DÍA a mediados de este año que entre el 1 de noviembre de 2012 y marzo de 2015 se incrementó el personal transitorio (personal temporal para desarrollar actividades de carácter transitorio) en un 78.5 por ciento, al pasar de 121 a 216 trabajadores en esa condición. 

Entre tanto, el personal de planta pasó de 164 a 168, un incremento del 2.29 por ciento, mientras que el número de provisionales pasó de 400 a 423, una variación positiva del 5.75 por ciento. Con respecto al incremento de las OPS (Órdenes de Prestación de Servicio), Misas explicó que en 2012 había 54 en total, y esta cifra se incrementó a 635 en diciembre de 2014, un aumento del mil 100 por ciento. 

Estos manejos fueron calificados como irregulares y han sido señalados como una causa del déficit presupuestal de la Institución de Educación Superior. El Rector en ese entonces le dijo a este diario que las nuevas contrataciones se justifican por las necesidades que tiene la Universidad.

8.Las cuentas entre la UT y la Gobernación: El monto de la deuda que tiene la Gobernación con la Universidad continúa en medio de la incertidumbre, pues no se sabe a ciencia cierta cuánto es el valor exacto que dejará de recibir la Institución, debido a que las cuentas de la Gobernación resultan inferiores a las establecidas por la UT por varios miles de millones de pesos. 

En junio pasado, el Rector había manifestado que se debería recibir unos seis mil millones, mientras en las cuentas de la Administración seccional el monto apenas alcanza los tres mil 400 millones de pesos. En este punto, se ha cuestionado el papel de la Administración de la UT y su diligencia en la pugna jurídica con la Gobernación, que incluso llegó hasta el Tribunal Administrativo del Tolima.

9.Disminución de los ingresos: José Herman Muñoz ha reconocido que se han reducido los ingresos de la UT. Por un lado, están los recursos que se dejan de percibir por la ley de descuentos (sufragantes) en matrículas de pregrado y posgrado. Por el otro, ingresos que se esperaban y que no llegaron en la medida en que se preveía. Aquí se incluyen recursos de la Gobernación del Tolima; de la Universidad de La Guajira, que administra programas de la UT, y de la Universidad San Martín. 

Con respecto a este punto, se cuestiona el que se haya incurrido en gastos pensando en que estos recursos ingresarían, cuando no había una plena seguridad de que estas deudas serían pagadas a tiempo. También, se ha criticado el que no se conozca con exactitud las pérdidas que ha registrado la Institución por los descuentos de votación que ordena la ley.

10.Decisiones polémicas: A mediados del pasado octubre, se conoció que la administración del rector Muñoz Ñungo había presentado un proyecto de endeudamiento ante el Consejo Superior de la Universidad. Esta decisión ha causado incertidumbre y preocupación en la comunidad universitaria, porque evidenció el verdadero calibre de la actual crisis que atraviesa la Institución, que no tiene cómo asumir sus gastos de funcionamiento, entre ellos el de la nómina de docentes. 

También, se critica el cambio de la fecha de pago de matrículas, que ha sido calificado como “arbitrario” y una decisión en la que los principales afectados son los estudiantes, quienes pagarían los platos rotos de una deficiente gestión administrativa. 

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Sin embargo, sus detractores afirman que más allá de esta realidad, innegable para las universidades públicas del país, la crisis de la UT es producto de un manejo financiero y administrativo irregular. 3.Producción académica: Según el Rector, otra causa de los pasivos de la Universidad corresponde al incremento en la inversión en la producción académica. Aquí se incluyen pagos por publicaciones en revistas académicas, libros, así como los docentes que están en comisión de estudios. Frente a este argumento del directivo, se ha cuestionado las escasez de recursos para viáticos y se ha criticado los criterios con los cuales se autorizan estas comisiones que le cuestan una buena cantidad de millones a la Institución.  4.Inversión social y aumento de programas: Muñoz Ñungo informó a mediados de 2015 que entre 2012 y mediados de este año, la Universidad pasó de tener siete a 13 maestrías, y que pronto serían 14 programas de este nivel. En cuanto a doctorados, la oferta pasó de tres a cuatro en el mismo periodo, y destacó el aumento en el número de programas acreditados, entre otros logros de su Administración. También resaltó el aumento de 500 a 12 mil pesos del aporte que la Universidad hace a cada estudiante durante sus prácticas académicas por día. Frente a esta gestión, se ha criticado varias de estas decisiones como por ejemplo la cofinanciación de posgrados, que si bien han estado encaminadas a la búsqueda de la calidad educativa según el Rector, son vistas como desencadenantes de la actual crisis financiera.  5.Reducción de cobertura: La Administración de la UT emprendió un proceso de reducción de la cobertura del Instituto de Educación a Distancia (Idead), en un proceso que fue catalogado por él como “cobertura con calidad”. Para sus críticos, al adoptar esta medida no se analizaron las implicaciones sociales, académicas y financieras de recortar el número de centros Cread y, a su vez, de los ingresos generados por la matrícula de al menos 12 mil estudiantes de la modalidad a Distancia que ya no están. En la actualidad, no se conoce cuánto dejó de percibir la Institución por este concepto.  6.Error en destinación de recursos: Aunque no puede ser vista como la principal causa de la crisis presupuestal de la Universidad, la destinación de mil 900 millones de pesos para la construcción de una subestación eléctrica fue un error que el mismo Rector ha reconocido. Estas obras, que pudieron haber sido pagadas con dineros del Cree (que solo se pueden destinar para inversión), fueron asumidas con recursos propios de la Universidad que estaban proyectados para asumir gastos de funcionamiento, que en la actualidad son los que no puede sostener la entidad.  7.Aumento de la nómina: Fernando Misas Arango, miembro del Consejo Superior y representante de los Exrectores, había dicho a EL NUEVO DÍA a mediados de este año que entre el 1 de noviembre de 2012 y marzo de 2015 se incrementó el personal transitorio (personal temporal para desarrollar actividades de carácter transitorio) en un 78.5 por ciento, al pasar de 121 a 216 trabajadores en esa condición.  Entre tanto, el personal de planta pasó de 164 a 168, un incremento del 2.29 por ciento, mientras que el número de provisionales pasó de 400 a 423, una variación positiva del 5.75 por ciento. Con respecto al incremento de las OPS (Órdenes de Prestación de Servicio), Misas explicó que en 2012 había 54 en total, y esta cifra se incrementó a 635 en diciembre de 2014, un aumento del mil 100 por ciento.  Estos manejos fueron calificados como irregulares y han sido señalados como una causa del déficit presupuestal de la Institución de Educación Superior. El Rector en ese entonces le dijo a este diario que las nuevas contrataciones se justifican por las necesidades que tiene la Universidad. 8.Las cuentas entre la UT y la Gobernación: El monto de la deuda que tiene la Gobernación con la Universidad continúa en medio de la incertidumbre, pues no se sabe a ciencia cierta cuánto es el valor exacto que dejará de recibir la Institución, debido a que las cuentas de la Gobernación resultan inferiores a las establecidas por la UT por varios miles de millones de pesos.  En junio pasado, el Rector había manifestado que se debería recibir unos seis mil millones, mientras en las cuentas de la Administración seccional el monto apenas alcanza los tres mil 400 millones de pesos. En este punto, se ha cuestionado el papel de la Administración de la UT y su diligencia en la pugna jurídica con la Gobernación, que incluso llegó hasta el Tribunal Administrativo del Tolima. 9 Disminución de los ingresos: José Herman Muñoz ha reconocido que se han reducido los ingresos de la UT. Por un lado, están los recursos que se dejan de percibir por la ley de descuentos (sufragantes) en matrículas de pregrado y posgrado. Por el otro, ingresos que se esperaban y que no llegaron en la medida en que se preveía. Aquí se incluyen recursos de la Gobernación del Tolima; de la Universidad de La Guajira, que administra programas de la UT, y de la Universidad San Martín.  Con respecto a este punto, se cuestiona el que se haya incurrido en gastos pensando en que estos recursos ingresarían, cuando no había una plena seguridad de que estas deudas serían pagadas a tiempo. También, se ha criticado el que no se conozca con exactitud las pérdidas que ha registrado la Institución por los descuentos de votación que ordena la ley. 10 Decisiones polémicas: A mediados del pasado octubre, se conoció que la administración del rector Muñoz Ñungo había presentado un proyecto de endeudamiento ante el Consejo Superior de la Universidad. Esta decisión ha causado incertidumbre y preocupación en la comunidad universitaria, porque evidenció el verdadero calibre de la actual crisis que atraviesa la Institución, que no tiene cómo asumir sus gastos de funcionamiento, entre ellos el de la nómina de docentes.  También, se critica el cambio de la fecha de pago de matrículas, que ha sido calificado como “arbitrario” y una decisión en la que los principales afectados son los estudiantes, quienes pagarían los platos rotos de una deficiente gestión administrativa. 
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EL NUEVO DÍA

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