La buena presentación del equipo nacional de fútbol ha hecho que se incremente la venta de camisetas tanto para quienes la comercializan de manera legal, como para los vendedores informales.

Y aunque no existe el mismo entusiasmo que se vivió en el Mundial de Fútbol pasado, la venta de las camisetas es uno de los negocios que más genera dividendos para la empresa en que se ha convertido la Selección.

En 2014, la camiseta del conjunto cafetero fue la más vendida entre todas las selecciones del mundo.

Estrategias comerciales de Adidas, proveedor de artículos deportivos de la selección, como el lanzamiento de una edición especial de la camiseta de color blanco son maniobras de las que también se aprovechan los vendedores informales.

Los precios de las camisetas suelen variar según el lugar y la calidad de la prenda.

Una persona que quiera adquirir la prenda original de la selección tendrá que pagar de 180 mil a 200 mil pesos, sin embargo es un valor que la mayoría no puede permitirse gastar.

De modo que aunque se vende de manera ilícita, para un ibaguereño promedio es más cómodo acceder a una réplica de 40 mil pesos, incluso por un valor de 25 mil pesos. Aunque la diferencia en calidad es evidente.

Jairo Pérez, vendedor informal, explica que las camisetas son importadas desde Asia, sin embargo hay quienes las fabrican en el país.

Pérez dice que días como ayer, cuando juega la Selección, las ventas pueden superar las 60 unidades.

Aunque la diferencia de precios entre la camiseta original y la réplica es enorme, ambas son hechas en la misma zona (China y Vietnam), que funciona bajo un modelo de producción debajo costo; sin embargo, la diferencia radica en el proceso que tiene cada una. La original tiene que pasar por procesos normativos de nacionalización, liquidación de impuestos y aranceles correspondientes, entre otros.