Dólar en $3.400, ¿qué viene para Colombia en el futuro?

Para salir de este paso sin mayores afectaciones el consejo de los expertos para la Banca Central es mantener un mensaje firme acerca de la inflación, ser transparente, es decir, comunicar si se va subir o no las tasas de interés y mantener las expectativas lo más ancladas posible para que no se deba recurrir a esa alza.

Si la economía fuera un cuerpo humano, el comportamiento de la alza del dólar podría compararse con una fiebre, es decir el síntoma de que algo no está funcionando. Colombia ya sufre de ese síntoma cuando la divisa norteamericana alcanzó niveles históricos en los que bordeó los $3.500.

La Tasa Representativa del Mercado (TRM) que es la cantidad de pesos colombianos por un dólar de los Estados Unidos se cotizó en promedio de $3.459,50 siendo la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China una de las principales razones de esto.

“Los movimientos de la tasa de cambio no los controlamos nosotros como país, no somos un país grande. Una nación grande, en términos económicos, tiene una dinámica que afecta la economía del mundo, lo que nos deja en una posición de desventaja frente a las dos potencias económicas más grandes del planeta, Estados Unidos y China”, explica el profesor investigador de la Universidad Externado, Federico Corredor.

Para el profesor de la Universidad Javeriana, Jorge Restrepo, el problema del dólar en Colombia no tiene una sola causa, sino que se explica con un conjunto de razones tanto de coyuntura económica como estructurales de nuestro país. “Las razones de coyuntura son la devaluación de la moneda china, que afectó a todas las monedas emergentes (como la colombiana), y también la guerra comercial entre Estados Unidos y China”.

Y las estructurales, según Restrepo, son que “las exportaciones están muy mal, Colombia tiene un déficit de cuenta corriente creciente (en el que el valor de las importaciones es mayor que el de las exportaciones) lo que presiona mucho el mercado cambiario y, además, hay un déficit fiscal alto con un presupuesto desfinanciado que presiona el sector externo”.

Todo este panorama nacional e internacional tiene implicaciones en la economía del país, como lo explica el gerente de Estrategia e Inversiones de Alianza, Felipe Campos, quien señala que el primer efecto va ser el tema de inflación, que actualmente está en 3,79% para el mes de julio.

“La preocupación es la subida del dólar, tendrá un efecto negativo en consumo el próximo año. Y además también está el tema de qué pasa si el dólar termina en $3400 este año, porque entonces subirá la cifra de inflación el 2020, dado que la inflación es un efecto rezagado, y actualmente estamos viviendo el impacto de la subida de hace unos meses”.

Para Alejandro Reyes, economista principal del BBVA Research, la problemática se agudiza, pues, a “Colombia le golpea un poco más duro la subida del dólar que a las otras economías de la región, porque aparte del alto precio, atravesamos indicadores vulnerables como un déficit en cuenta corriente en 4,6% para el primer trimestre del año”.

“El déficit demuestra que estamos en un desbalance muy grande y una discusión del tema fiscal que ha generado dudas”, señaló Reyes.

Con este panorama, Felipe Campos, de Estrategia e Inversiones de Alianza, reitera que, en resumen, el dólar se va mantener fuerte todo este año y va tener un impacto en la inflación del próximo año afectando el consumo del 2020 y 2021.

 

Afectados, la coladera del Comercio Exterior

El efecto del dólar fuerte tiene un impacto directo para los importadores y otro para exportadores, explica Campos.

“El tema con las exportaciones es que estos entornos de dólar fuerte vienen acompañados de materias primas débiles, entonces vemos que el precio del petróleo se cae otra vez, el efecto positivo del precio del dólar sobre los exportadores tiende a ser bloqueado por la misma baja en el precio materia prima”.

Campos agrega que aunque el efecto inmediato para los importadores es negativo, el beneficio para los exportadores en el corto plazo es bloqueado por un entorno de debilidad en otros indicadores como la inflación y la baja de precios, sin embargo, “en el largo plazo sí es positivo porque cuando se estabiliza mejora el costo de las materias primas, en el corto plazo no es bueno para nadie”.

 

Gobierno económico entre la espada y la

pared

En caso de que la tendencia del dólar siga al alza, y que se intensifique la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Colombia empezará a tener unos problemas de financiación importantes.

“Se harán realidad esos temores del Banco de la República de necesitar una reservas más abultadas, y se podría caer en manos de especuladores de la economía que ataquen la moneda”, dice Alejandro Reyes, del BBVA.

Por parte del Gobierno, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, fue claro en decir que el país tiene una composición “que trata de replicar de la mejor manera nuestras fuentes de ingreso”, sin embargo anunció que de mantenerse esta situación habrá un efecto fiscal adverso.

“Si se mantiene esta situación va tener repercusiones fiscales en el sentido de que tenemos deuda externa, pero parcialmente hay coberturas, en este momento las coberturas son del orden de los $1500 millones de dólares como cobertura natural”.

Los analistas consultados concuerdan en que el Gobierno no tiene muchas herramientas para enfrentar un dólar duro, dado que depende de una coyuntura internacional y Colombia no tiene mayor peso económico en el mundo.

Para Reyes hay una posibilidad de que la economía nacional se afecte de una manera peor y es que el Banco de la República “con una inflación por encima de 4% (hoy está en el 3,79) afecte más, moviendo tasas de interés y esto le llegaría a la economía en un momento sin velocidad en la que cualquier choque puede afectar la recuperación”.

A esa postura se suma Felipe Campos, quien asegura que es posible que el Emisor suba tasas, pero eso sería “el peor escenario posible, porque si la inflación se acelera va a afectar expectativa económica”.

Por otra parte, Campos dice que el Banco Central no tiene muchas herramientas cuando el dólar está a un nivel tan alto y el único campo de acción que tiene de intervención en el mercado cambiario vender dólares.

“Pero finalmente esa estrategia no es tan efectiva, este método es un solo un disparo y se debe usar bien, si el Banco decide hacerlo ahorita va perder porque el dólar está muy fuerte. Los bancos centrales saben que no pueden controlar la dirección del dólar, entonces tratan de intervenir cuando es más fácil que es cuando muestra agotamiento”, dijo Campos, aunque destaca que este no es el momento de proceder así.

Para Alejandro Reyes, la estrategia de vender dólares deja a Colombia en una posición en la que muy probablemente “seamos carne de cañón para los especuladores, pero se podría implementar para reducir la volatilidad”.

Jorge Restrepo afirma que también se debe plantear “exportar más, buscar más mercados afuera, endeudarse menos en divisas, porque es muy probable que estas tensiones continúen, ya que corresponden a factores externos como la política comercial de los Estados Unidos”.

Para salir de este paso sin mayor afectaciones el consejo de los expertos para la Banca Central es mantener un mensaje firme acerca de la inflación, ser transparente, es decir, comunicar si se va subir o no las tasas de interés y mantener las expectativas lo más ancladas posible para que no se deba recurrir a esa alza.

 

¿Qué futuro se espera?

Aunque es imposible determinar hasta dónde puede subir la TRM, hay pronósticos como el de Felipe Campos quien asegura que para finales de este año el petróleo bajará su precio por debajo de 40 dólares barril. El precio del crudo cerró este viernes en US$52,54.

La conclusión de Campos es que si la guerra comercial se va al extremo, igual que el año pasado, donde cabe recordar que Estados Unidos le impuso 10% de tarifa a los productos chinos, el yuan se devaluó 12% y el peso colombiano 18%, el dólar podría llegar a una nueva cifra histórica en Colombia.

“Si pasa lo mismo del año pasado y no hay acuerdo en la guerra comercial, en el peor escenario el yuan se devalúa para cubrir la tarifa y Colombia se devalúa mínimo lo que se devalúa el yuan, eso significa una TRM llegando a $3.900” para finales de este año. Para el economista principal del BBVA Research “nos tenemos que comer lo amargo de la medicina que es el proceso del choque”. En este sentido, Reyes afirma que los impactos en mercado han sido más notorios que en el pasado.

“Hay un nivel que es el de $3.500, es muy probable que lleguemos rápidamente a eso, ese va ser el primer golpe, se ha hablado de los $3.800 como estrés máximo de la moneda”, coincidiendo en este punto con el gerente de Estrategia e Inversiones de Alianza.

Sin embargo, el economista del BBVA también señala que la divisa podría devolverse a los $3.200 “si se calman las aguas, quizás, pero tomará tiempo sanar las heridas”.

 

Los mensajes de los expertos para la

economía

Alejandro Reyes dice que Colombia tiene una economía sana, y ha cumplido con los pagos de deuda, “es una economía que ha hecho las tareas cuando se ha necesitado en materia económica y tributaria entonces se requiere una agenda que muestre eso, con mejoras en los ingresos y racionalización de gastos innecesarios”.

Federico Corredor afirma que no podemos afectar la tasa de cambio y “qué tanto puede subir la TRM no se puede responder, aunque hay proyecciones es muy inesperado, porque depende de la voluntad política y del genio de Trump y la respuesta de los chinos”.

Jorge Restrepo asegura que la dinámica del tipo de cambio como se transmite a los índices de precio ha sido muy bajo en Colombia en los últimos años, por lo que aunque “la devaluación no es de esta semana, venimos con un proceso que se acentuó con lo que se ha debilitado y ese traslado hacia la inflación no ha ocurrido como en otras épocas”.

Finalmente Felipe Campos expresa que al país le está costando coger velocidad en el crecimiento económico y esto enreda más la situación porque “en resumen el dólar se va mantener fuerte todo este año y va tener un impacto en la inflación una parte del próximo año y va afectar el consumo de 2020 y 2021”.

Credito
COLPRENSA

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