Desde niña, con el apoyo de su abuela, Yaneth aprendió a tejer y hace 20 años en la vereda Llanitos, ubicada en el Cañón del Combeima, viene trabajando con fibras naturales como la ‘calceta’, el fique y la hilaza.

En calcetas realiza empaques, productos para el hogar al igual que la oficina, como lamparas, cajas decorativas y muebles en pequeña escala, asimismo,  en la línea de tejidos con fibras naturales elabora mandalas, atrapasueños, blusas, vestidos de baño, salidas de baño, entre otros.

Este emprendimiento es el sustento de esta artesana como el de sus dos hijas, quienes hacen uso de sus conocimientos y la tecnología para apoyar ‘Écoartesanias’, llevando la contabilidad y dando a conocer este emprendimiento en las diferentes plataformas digitales.

Puro amor

Puro amor es el reflejo de lo que llevan sus productos, dado que cada uno es personalizado y como expresó Yaneth “ninguna mandala o atrapa sueño es igual a otro, pues las puntadas son diferentes y lo hecho a mano no queda igual”.

Hay un proceso largo detrás de cada objeto que se pone a la venta. Particularmente, de la planta de plátano se extrae la ‘calceta’, sigue la fase de limpieza e inmunización con productos orgánicos, luego se suaviza para poder manejarla, y posterior a ello el material es seleccionado, porque de una ‘calceta’ se pueden elaborar tres tipos de artículos: con la parte dura, con la blanda y de la mitad, se saca un hilo caracterizado por ser suave, brillante, lo que permite crear carpetas además de otros productos que quedan como la seda.

Tejer haciendo uso de residuos tratados, como reciclar para elaborar compost, le permiten a Yaneth reflejar el aprecio y respeto que desde pequeña siente por la naturaleza, esa que la llena de paz, le permite oxigenarse de un nuevo aire cada mañana cuando sale a pasear con su perro ‘criollo’ y le brinda ideas para plasmar en sus artesanías, al igual que en la fachada de su casa.

Colectividad

Esta artesana siempre cuenta con el respaldo de la comunidad, pues en muchas ocasiones la apoyan en las primeras etapas de adecuación de la materia prima. 

Así como fue apoyada en la decoración de la fachada de la casa, pues es fundamental para generar identidad, especialmente cuando la vereda cuenta con varias familias emprendedoras que además de trabajar en la producción agrícola, ponen a disposición de sus clientes productos gastronómicos, postres, jugos, quesos, leches, huevos y arepas; los jóvenes cada vez le apuestan más a la comercialización de productos orgánicos. 
“Si realmente volviéramos a trabajar como lo hacían nuestros antepasados, los lazos sociales como la amistad se fortalecerían más”, dijo Yaneth.

Y agregó, “necesitamos el apoyo de los tolimenses para seguir produciendo porque las empresas gubernamentales no nos ayudan adquiriendo los subvenir del territorio; sobre todo cuando comercializar en Ibagué la artesanía cada vez es más difícil”.

El Cañón del Combeima entre su riqueza de flora y fauna logra atraer muchas personas y conectarlos con el territorio, pero con la pandemia la presencia de turistas disminuyó, aunque independientemente de ello, las familias de Llanitos siguen dando a conocer sus proyectos e invitan a todos los turistas, como habitantes del departamento, a acercarse a esta comunidad que siempre los recibe con una sonrisa, los brazos abiertos y lo mejor de la cultura tolimense.

"Duele que las personas no paguen lo que vale el trabajo a mano, pues la gente desconoce todo el trabajo que hay detrás de cada artesanía" Yaneth Campos.

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