¡La vida está llena de altibajos! Todos pasamos por momentos en los que las cosas van bien y nos sentimos felices y otros momentos que son más estresantes. 

También es típico que un niño experimente una variedad de emociones como felicidad, tristeza, entusiasmo, preocupación e ira, sobre todo en las fiestas de fin de año, con la llegada de primos, tíos y el exceso de dulce.

Y estos sentimientos van y vienen. 

Además, todos los niños son diferentes y naturalmente su propia personalidad, así que a veces resulta difícil identificar cuándo su comportamiento pasa de lo típico a lo preocupante. 

También hay que considerar que existen nuevas tensiones con las que los niños de hoy también tienen que lidiar. Por ejemplo, siempre dolía ser el  ‘único’ al que no invitaban a una fiesta, pero no se veía a todos hablando de lo genial que fue en Facebook. Y, aunque siempre ha habido acosadores escolares, hoy se lidia también con el ciberacoso.

Es por eso que es muy importante prestar atención a niños y niñas, mucho más en esta fecha: la idea es que más allá de los regalos, ellos y ellas sean realmente felices.

¿Cómo saber que un niño o niña No es feliz? 

Para Cristina Gutiérrez de Piñeres, directora de United Way Colombia, una red educativa para padres y docentes, nadie nace con el “chip” de la felicidad: es algo que aprendemos en la infancia y que está muy relacionado con la forma en la que manejamos nuestras emociones. 

“La felicidad es una experiencia relacionada con el desarrollo biológico del cerebro que generan unas hormonas que contribuyen a sentirse bien. Más que buscar un niño feliz, lo importante es orientarlo para que se encuentre en calma y aprenda a regular sus emociones”, señaló.  

Y explica que hay varios factores que hacen difícil a los niños su regulación emocional: “la no satisfacción de sus necesidades básicas y emocionales, el sentirse mal cuidado, falto de protección, carente de afecto y compañía, estrés, bullying, violencia intrafamiliar, vulnerabilidad ante situaciones externas o peligro de muerte”.

¿Y cómo saber que un niño o niña está luchando con sus emociones? La experta indica que si se muerde los labios y dedos, prefiere estar solo antes que interactuar con otros, llora constantemente, se queda cerca de sus maestros o se limita a unos pocos amigos, es temeroso y tiene episodios irascibles sin justa causa, está dando señales de ansiedad.

“Si no logra conectar con el niño o la niña, siempre se debe buscar un mediador profesional que ayude a trabajar esa comunicación y diferentes herramientas que generen ese vínculo o puente, pues en algunos casos esa debilidad está estrechamente relacionada con la falta de autoconocimiento y autorregulación de las emociones de los propios padres”, concluye la experta. 

CIFRA: 88%  de niñas y niños en Colombia tiene alguna afectación de salud mental, según el Ministerio de Salud y Protección Social. 

United Way Colombia creó el Colaboratorio Socioemocional, una experiencia lúdica basada en la neurociencia que promueve el desarrollo socioemocional y cognitivo de los niños y niñas entre 3 y 8 años de edad, que viene promoviendo a través de la campaña “A ser feliz ¡también se aprende!”.