“Mírelo, está tirado allá al fondo boca abajo, dicen que lo llamaban ‘El Burro’.

Esos eran los comentarios de decenas de personas, en su mayoría niños, que salían de estudiar y que se toparon a la salida de sus clases con el cadáver de quien en vida se llamaría Jhon Edwin Salazar Barragán, de 22 años de edad.

El joven, conocido con los alias de ‘El Flaco’ o ‘El Burro’, se encontraba tirado a orillas de una polvorienta calle en inmediaciones de la carrera 11 con 21, en el barrio Ricaurte; irónicamente, a tan sólo una cuadra de la Iglesia Inmaculada Corazón de María.

A pesar del acordonamiento que hicieron las autoridades para proteger la escena del crimen, cientos de niños y vecinos del sector se asomaban a la desolada calle para verificar si podían reconocer la identidad de la persona que vestía de sandalias y con una pantaloneta y camiseta oscura.

Dos disparos habrían acabado con la vida de Salazar Barragán, un hombre callado en su hogar y con su familia, como lo reconoció Graciela Barragán, tía del joven.

“Conocemos poco de lo que hacía, o a qué se dedicaba. Era consumidor, pero no sé en qué andaría o por qué le pasó esto”, sostuvo la pariente entre sollozos.

Comentarios de la comunidad daban cuenta de que personas en una motocicleta roja le dispararon y huyeron, aprovechando que ‘El Burro’ y otro amigo estaban sentados en el andén.

No obstante, otras versiones indicaron que un hombre en un carro los perseguía y los interceptó disparando al menos en dos ocasiones.

“Le dieron con una pistola calibre 22. Parece que había robado a un señor de un carro por los lados de la Central y se dice que la víctima del robo los alcanzó porque se cayeron. Uno de ellos se alcanzó a salvar, pero quedó herido”, relataron los testigos de este asesinato.

Al cierre de esta edición la Policía Metropolitana de Ibagué hacía el levantamiento del cadáver ante la mirada atenta de muchas personas.