Apareció muerto a una cuadra de la casa

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Familiares de Marcos llevaban una semana tras la pista de su pariente y nunca se imaginaron que estaba a la vuelta de la cuadra.

Los vecinos del barrio Cerros de Granate no aguantaron el mal olor que salía de una peña que colinda con varias casas de la manzana H y muchos creyeron que quizás había un animal muerto; al entrar a mirar qué era lo que había, encontraron el cuerpo de una persona en alto grado de descomposición.

“Desde hace días sentíamos un olor extraño, pero no era tan fuerte como el de esta noche (sábado); así que miramos a ver qué era y la sorpresa fue ver a esa persona metida entre una cuneta, casi desnudo y demasiado descompuesto”, contó un vecino del sector.

Muchos pensaron que se trataba de alguna retaliación por la muerte en días anteriores de Cristian Andrés Cano, pero luego alguien recordó que una familia del mismo barrio había denunciado la desaparición de una persona en días pasados.

Así fue como la familia de Marcos Ramírez Vargas decidió indagar con la Policía, que le mostró una fotografía y corroboraron que se trataba de su pariente.

Lo esperaban

Una de las hermanas de Marcos, quien llegó a preguntar a las autoridades sobre la persona que estaba en la canaleta, contó a esta redacción que el hombre llevaba exactamente una semana desaparecido, pues el pasado sábado 3 de octubre, había salido y nunca más lo volvieron a ver.

“La semana pasada (finalizando septiembre) estuvo desaparecido por cuatro días, mi mamá lo encontró muy embriagado y lo trajimos para la casa; el viernes (2 de octubre) mi mamá salió a hacer unas vueltas y él se fue, no apareció, comenzamos a buscarlo y tres días después instauramos la denuncia.

“La gente nos decía que lo veían en varias partes y nada, por eso guardábamos la esperanza de encontrarlo vivo, jamás pensamos que estaba muerto a la vuelta de la casa. Como estaba deshidratado, estaba muy mal y parece que se metió por allá, se cayó y se golpeó la cabeza”, contó una hermana.

El padre de Marcos Ramírez contó que su hijo a veces trabajaba cuidando carros y vendiendo discos en la 14: “A él sí le gustaba el licor pero no le hacía mal a nadie. No tenía hijos y vivía en la casa”.

Credito
EL NUEVO DÍA

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