La ineptocracia

Eduardo Pilonieta Pinilla

No menos que una verdadera afrenta al país fue el que un personaje de la calaña de Julián Gallo, alias Carlos Arturo Lozano o “Tornillo” en las Farc, señalado de asesinatos, masacres, reclutamientos y abuso de menores, secuestros y atentados terroristas, hoy elevado a la inmerecida calidad de padre de la patria y miembro del partido de los Comunes, haya sido elegido para dar el discurso de réplica al del presidente Iván Duque en la instalación del nuevo Congreso.
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Necesariamente debemos tener en cuenta que al país, a la brava, le tocó perdonar y premiar este tipo de personajes, pero de ahí a olvidar su actuar criminal existe trecho inconmensurable.

Por otra parte, la disciplina en el Congreso en esta ceremonia fue la propia de una corraleja, como gráficamente la describió el ingeniero Hernández.

Si ese es el cambio que se anuncia será mejor que éste nos coja confesados; no nos podemos imaginar cómo irán a ser las funciones de tan variopinta institución.

Nos ilusiona la iniciativa del presidente de la Cámara de Representantes encaminada a reivindicar la Rama, obligando a sus miembros a trabajar como cualquier humano, a devengar un salario racional, a renunciar a alguna de las prebendas que tienen en exceso, a reducir sus vacaciones; en fin, a hacer de ésta una entidad productiva, solo que la decisión tiene que provenir de su propio seno y entonces pensamos que no van a ser tan tontos de hacer ese sacrificio voluntario por lo que sentimos que se volverá a fracasar en el intento.

Esto nos trae a colación la teoría del filósofo francés Jean d’Ormesson quien inventó la palabra “ineptocracia” que explica con claridad lo que nos puede estar sucediendo en estos momentos: “La ineptocracia es el sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir, y los menos preparados para procurarse su sustento son regalados con bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo y riqueza de unos productores en número descendente, y todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías, que saben que han fracasado allí en donde se han aplicado, a unas personas que sabe que son idiotas”. 

 

EDUARDO PILONIETA

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