Otra vez la burra al trigo

Eduardo Pilonieta Pinilla

Esta vez, en forma soterrada y silenciosa, sin la bulla absurda con la que presentaron la anterior, el Ministerio del Trabajo llevó a la Cámara de Representantes el nuevo texto de la reforma laboral que en síntesis, palabras más palabras menos, vuelve a ser el mismo que terminó hundido precisamente por lo absurdo de su contenido.
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Al revisar la nueva propuesta resulta igual a la anterior, es decir, para nada incentiva la generación de nuevos puestos de trabajo; antes por el contrario, obliga al empleador a mirar cuidadosamente en que líos puede meterse si se atreve a contratar formalmente a un trabajador.

El problema continúa siendo el mismo pues en la práctica resulta muy fácil contratar laboralmente a una persona, pero luego es casi imposible terminar el vínculo laboral, por lo cual el hecho deja de ser un contrato y pasa a convertirse en un sacramento. Esto se pretende a través de limitar en el tiempo la duración del contrato a término fijo, exigiendo que en el documento respectivo se establezcan las razones subjetivas que justifiquen esa determinación y la relación con el tiempo definido para su duración pues en caso contrario se entenderá celebrado a término indefinido. De todas maneras, ningún contrato a término fijo podrá ser superior a 3 años, momento en el cual se tornará a indefinido.

El texto de la reforma propuesta habla de los despidos discriminatorios, que vaya usted a saber qué cosa son, pero que terminarán siendo todos aquellos despidos sin justa causa, caso en el cual el empleador deberá demostrar que la terminación obedeció a razones muy concretas y específicas, pues de lo contrario el mismo se entenderá nulo, debiendo el trabajador ser reintegrado y teniendo su empleador que pagar los salarios y demás obligaciones laborales dejadas de cancelar hasta el momento de su reintegro.

Ahora volvemos a decir que serán los congresistas los responsables de que esta reforma, tremendamente perjudicial para los empleadores, salga avante, pero ojalá con las modificaciones que la sensatez y el sentido común de nuestros padres de la patria empleen al momento de debatir cada tema, por ello los empleadores deberán estar atentos para tomar las decisiones requeridas al momento de su aprobación.

Pregunta: ¿Una reforma de este talante motivará la generación de empleo? Nosotros creemos que absolutamente no.

 

 

Abogado Laboralista

EDUARDO PILONIETA

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