Candidatos títeres

Eduardo Pilonieta Pinilla

Oyendo a los candidatos a las corporaciones públicas que están esperando el favor del electorado, nos llena de entusiasmo el pensar que ahora sí se van a resolver nuestros problemas y que las regiones empezarán a ser modelo de seguridad, movilidad y ausencia total de corrupción.
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Lo decimos porque los candidatos se promueven como perfectos, con una conciencia clara de las necesidades que tienen que atender, sin alianzas con las clases mafiosas regionales y con una solución para cada dificultad, luego cualquiera que elijamos será nuestra salvación.

Eso es normal en la política; por eso se dice que en los delitos el criminal lo escoge a usted y en materia política usted es quien escoge al eventual bandido que terminará directa o indirectamente robándolo.

Lo preocupante es determinar quién está detrás del candidato salvador, pues seguramente llegará comprometido con ese padrino y entonces deberá devolverle el favor a base de triquiñuelas políticas porque nadie da nada gratis.
Ahora bien, esos clanes que utilizan idiotas útiles para perpetuarse en sus fechorías, terminarán siendo el verdadero poder detrás del trono; de esa manera salvarán un poco su imagen, pues van a tener a quién echarle la culpa si los descubren, porque una característica de esos políticos es que ellos se muestran como el modelo perfecto de pulcritud y si los tachan de bandidos es por razones políticas, pues siempre que les descubren su verdadera intención es porque los persiguen políticamente, ya que ellos no tienen tacha de ninguna clase. 

Lo grave es que ahí estamos los ilusos que los volveremos a colocar cerca del erario, que es donde ellos se sienten más cómodos, pues por acción u omisión terminaremos creyéndoles las mentiras, lo cual hemos venido haciendo desde elecciones pasadas.

Son escasos los candidatos honestos que tienen el coraje de pronunciarse contra esos clanes políticos, a sabiendas que deben esperar las represalias que pueden recibir y que terminarán perdiendo apoyo de las maquinarias que a punta de plata y tamal obtienen los votos que los elegirán. 

Por eso insistimos en que se hace necesario que todos votemos a conciencia, sin dejarnos impresionar por caras bonitas y por falsas promesas electorales, porque lo verdaderamente importante no es que pregonen lo que hay que hacer, sino cómo y con qué lo van a hacer.

 

Abogado Laboralista
 

EDUARDO PILONIETA

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