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Las noticias de los diferentes medios informativos dan cuenta con inusitada frecuencia de sujetos que se han constituido en verdaderos jefes de bandas mafiosas, aliados con otros de su misma calaña que van avasallando a países vecinos como el Ecuador – en épocas pretéritas país apacible- afectando su estabilidad, minando su institucionalidad y corrompiendo a esas sociedades.
Para infortunio nuestro los reportes que se dan cotidianamente en las noticias muestran la gran habilidad y destreza con que obran los delincuentes colombianos en Europa y Estados Unidos. No hay alijo de coca incautada fuera del país donde no sea capturado algún colombiano. Y esa delincuencia ha progresado porque quienes hacen las leyes, los congresistas, no se han preocupado para nada, por reformar los códigos Penal y de Procedimiento Penal que incluyan mecanismos disuasores y penas como las que está imponiendo el presidente Nayib Bukele en El Salvador. Lo critican, pero muestra resultados. Es la nación con el más bajo índice de criminalidad en todo el continente americano.
Mientras tanto acá en nuestra patria, los malandros pululan por todas las regiones del país, haciendo descarado patrullaje en las poblaciones como observamos en televisión. El presidente Gustavo Petro no se decide aún a tomar medidas fuertes y contundentes contra guerrillas y delincuentes, sigue impávido e inoperante. Sólo consejos de seguridad. Nada efectivo. Resulta pertinente examinar con cuidado el comunicado que los gobernadores de los 32 departamentos del país le hicieron llegar, donde se quejan en detalle sobre la nula atención que en seguridad le ha prestado el mandatario a las regiones. Por ello decimos que Colombia está en manos de los delincuentes.
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