En caso de rinitis causada por una infección bacteriana, a veces es necesario el uso de antibióticos. En la alérgica se recomienda evitar el contacto con los alérgenos causantes (por ejemplo, el polen o el pelo de animales).
Cuando esto no es posible o la alérgica ya se ha desarrollado, puede ayudar el uso de antihistamínicos tópicos (inhalados) o por vía oral. Como prevención, las personas con rinitis alérgica pueden recurrir a medicamentos que tienen ácido cromoglícico.
Además, en determinadas circunstancias convienen técnicas de hipersensibilización. Los pólipos nasales y la deformación del tabique nasal pueden hacer necesaria una intervención quirúrgica.
Para que una rinitis leve se vaya rápido hay medidas que puede tomar por su cuenta:
Remedios caseros
En rinitis asociada a un resfriado beba mucho líquido, sobre todo agua, para tener líquida la secreción. Evite permanecer en lugares donde el aire sea muy seco o esté lleno de humo. Un buen remedio son los baños de vapor, con manzanilla o aceites esenciales e inhalados usando un inhalador. Con esto libera la nariz de la secreción y humedece la mucosa. Otro remedio de gran utilidad son los sprays de solución salínicas.
Además, las gotas y esprays nasales con descongestionantes como la oximetazolina o fenilefrina, entre otros, disponibles en farmacia sin receta médica, ayudan en el control de la congestión y la rinorrea.
Sin embargo, precauciones en patologías como hipertensión, su efecto rebote (reaparición de la congestión en cuanto disminuye su acción) y la posibilidad de provocar una rinitis medicamentosa y una dependencia del espray tras el uso de 7 a 10 días, aconsejan limitar su empleo a los primeros días de la rinitis y siempre con asesoría.
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