Que comience la fiesta

Luego del frustrante periplo de nuestro combinado patrio, con motivo de los encuentros de la fase eliminatoria a la Copa Mundo a Brasil 2014, regresamos a la realidad de nuestro inidentificable fútbol rentado y el apertura de los cuadrangulares semifinales que comienzan precisamente hoy en el Guillermo Plazas Alcid de Neiva.

A pesar del recorrido agigantado que obtuvo nuestro glorioso equipo ‘Pijao’ casi que de nada sirve, ese tremendo empujón, que nos ubica en ceros con nuestros directos rivales y sin saber degolladores de nuestras inilimitadas esperanzas triunfalistas. 

Para nadie es un secreto la ansiedad del equipo Vinotinto y oro de conseguir nuevamente el cetro de campeón, pero tampoco es un secreto las debilidades que tenemos sobretodo en la parte anímica, cuando comienza la fiesta de las semifinales.

Ese tremendo bache, nos hace pensar en cegar nuevamente las ilusiones, en volvernos negativos y hasta el de perder nuestro propio sentido de seguridad en la toma de las decisiones determinantes. Volvemos a ver el espejismo del nerviosismo, de los abruptos comentarios, cuando vemos que el preparador físico presenta renuncia del cargo, justo en el momento menos indicado y se suma a ello la pérdida de dos partidos seguidos de local, nada significativos pero si demostrativos de lo expuesto anteriormente. 

Pero bueno, nada es imposible y que comience la fiesta, que se abra la alegría, que desaparezcan las falsas ilusiones y que regrese el buen fútbol, justo cuando empatamos con las fiestas de nuestro Tolima Grande.

Hoy el rival es el Atlético Huila, el equipo de Néstor Otero, hueso duro de roer, si conocemos la dura plaza que es Neiva, el rival y los antecedentes en resultados, que son casi parejos en sus últimas confrontaciones. Hecho que hace que este encuentro se convierta en el primer gran eslabón  del camino al título. Siempre fui mesurado en mis comentarios, pero en esta oportunidad se me sube el vinotinto y oro a la cabeza y prefiero ser optimista a callar lo que en realidad siento por dentro. 

Espero eso sí, que se acompañe en las graderías al equipo de Jorge Luís Bernal, que confiados esperan el apoyo de esta dura fanaticada, criticona y exasperada de malos hábitos, para que los respalden en las buenas porque las malas ya son muy pocas las veces que tenemos que soportar.

Regresa Antony Silva al arco como prenda de garantía y los demás compañeros que firmes como nuestra tierra, esperan arrancar con el pie derecho y brindarnos nuevamente un sorbo de extenuante felicidad. 

De las eliminatorias poco hay que decir, porque eso fue lo que vimos: un seleccionado muy pobre en funcionamiento, con jugadores muy limitados, que nos recuerdan que eso somos y que no tenemos más. Ya pasaron tres técnicos en los últimos meses y nada cambió, porque el único que manejó este grupo con gran autoridad, nos pasó por encima con poco y algo más fue Reinaldo Rueda, quien goza y disfruta de un triunfo, que le tapa la boca a los que lo sacaron a sombrerazos con parsimonia y mucho pundonor con su seleccionado del Ecuador.

Credito
JUAN CARLOS LOPERA

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