Siguiendo los pasos de su papá

Katalina Gutiérrez Hernández está muy orgullosa de ser arquera y aseguró que se inspiró en su papá con el fin de llegar al arco.

Katalina intentó destacarse en dos disciplinas deportivas: la natación y el patinaje, pero en ninguno de ellos encontró la llama de la pasión; en cambio, cuando decidió practicar microfútbol sintió una conexión especial que hoy en día disfruta al máximo.

Todo sucedió hace dos años, cuando se atrevió a ser portera, primero inspirada en su papá, Roberto Gutiérrez, quien se desempeña como guardameta, y segundo, por un amigo que la llevó a que se vinculara al club C.M. Leones.

“Desde que llegué (al club) siempre me ha gustado el arco, nunca he temido al balón y pienso que esa es mi mayor virtud; además, noté que tenía condiciones para atajar y me siento muy feliz por lo que hago”, indicó.

No tiene miedo de lo que diga la gente por su vena deportiva, aunque no niega que mucha gente es incrédula cuando menciona que es portera de microfútbol.

“Siempre que me preguntan qué hago en mis tiempos libres, digo que entreno ‘micro’ y me miran de manera extraña, pero es más un tabú que otra cosa. Tenemos un estereotipo y creen que la mujer que lo practica es ‘marimacha’, pero muchas somos muy femeninas y jugamos este bello deporte”, expresó.

“Es un puesto desagradecido”

Katalina sabe que la posición de guardameta es la más ingrata en esta disciplina, porque puede pasar de heroína a señalada como culpable por una derrota dependiendo de su actuación en un segundo.

“Es un puesto desagradecido porque cuando uno ataja bien es el héroe, pero cuando le hacen un gol, lo bueno se olvida; aunque lo más chévere es el halago cuando las cosas se hacen bien, además, se ejerce un tipo de liderazgo porque yo veo mejor el partido y soy la guía de mis compañeras en el terreno de juego”, manifestó.

En varias oportunidades, Kata ha recibido fuertes golpes en distintas partes del cuerpo por los fuertes disparos que dan sus rivales, no obstante esas acciones la motivan más ya que “la adrenalina me hace olvidar de eso, solo pienso en el juego y en tener una buena actuación para ganar el partido”, contó.

Esta mujer, que tiene 17 años y estudia Biología en la Universidad del Tolima, considera que hasta ahora está comenzando su ‘carrera’ como ‘micrera’ porque “con mi equipo tengo muchos proyectos a futuro y pienso seguir practicándolo por muchos años”.

En cuanto a los aspectos a corregir para ser una mejor golera, Katalina dice que “debo mejorar los balones a ras de piso porque se me dificulta mucho atajarlos con las manos y cuando uso los pies, dejo mucho rebote que puede ser capitalizado por las rivales para anotar”.

Finalmente, Katalina se siente muy a gusto de que en Ibagué brinden espacios para que su género pueda participar en torneos importantes como lo es Microfútbol al Parque y espera que estos espacios sean más incluyentes, porque hay muchas damas que día a día se enamoran más de este deporte.

“Me parece bien que hagan este tipo de certámenes porque las mujeres pueden jugar al microfútbol como lo hacen los hombres, y lo mejor de todo es que hay mucha integración por parte de nosotras”, concluyó.

Credito
JUAN CARLOS BLANCO CARDOZO

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