Con juego fuerte en la mitad del campo y poca presencia sobre las áreas, se dio el inicio del juego en Montevideo, con una mayor posesión del balón de los colombianos, pero más profundidad en ataque para los uruguayos, que marcaron la idea clara de presionar fuerte en la mitad de la cancha. 

Colombia sólo tuvo oportunidad con remates lejanos de Freddy Guarín, porque Juan Guillermo Cuadrado estuvo errático por la zona izquierda y Edwin Cardona no pudo generar fútbol ante la presión de los charrúas, que con su acostumbrada garra se empezaron a acercar al arco de David Ospina. 

Y con centros de pelota detenida fueron los acercamientos de los locales, su principal cualidad y la que permitió la apertura en el marcador a los 34 minutos, cuando un centro de tiro de esquina de Carlos Sánchez encontró a Diego Godín a la altura del punto penal, para de golpe de cabeza vencer a Ospina. 

Con el gol, Uruguay se tomó confianza y Colombia se desconcentró, porque apuró más de los necesario en cada acción y permitió el final de la primera parte sin oportunidades claras de gol y la ventaja de una anotación para los locales. 

Para el segundo tiempo, Colombia salió con una mejor disposición ofensiva, porque Cuadrado se sintió más cómodo por el sector derecho y generó peligro, al menos con faltas que le cometieron para centros que permitieron la más clara, un cabezazo de Carlos Bacca que pegó en el travesaño. 

Sin embargo, cuando parecía que Colombia podía llegar a la igualdad, en un error de marcaje de la defensa colombiana, que quedó mano a mano Cristian Zapata y Santiago Arias contra dos uruguayos, generó que Diego Rolán definiera tranquilo frente a Ospina para poner el 2-0 a los 50 minutos. 

La reacción de José Pékerman fue mandar a la cancha a Fabián Castillo y Macnelly Torres para buscar velocidad en ataque y manejo en el medio campo, y minutos después ordenó el ingreso de Falcao García por Santiago Arias, en un movimiento ofensivo en busca del descuento. 

Sin embargo, Uruguay se sintió en su fútbol más cómodo, el del juego táctico para atacar de contragolpe, porque Colombia no encontró los espacios para superar ese férreo esquema defensivo de los uruguayos, que supieron cortar las ideas de los cafeteros. 

Y en una acción de contragolpe, a los 88 minutos, el recién ingresado Abel Hernández aprovechó otra desconcentración colombiana y con ángulo imposible definió potente para vencer a Ospina y sentenciar el juego que, además, generó en el final la impotencia de los colombianos y por eso Cuadrado salió expulsado en tiempo adicional. 

Ahora, con la baja de Cuadrado, Colombia debe recomponer el rendimiento para la próxima cita, que será dentro de un mes con la doble confrontación, primero en Santiago contra Chile y luego en Barranquilla contra Argentina.