Fueron necesarios siete asaltos de los 12 pactados, para que el barrio El Refugio y todo un país corearan el nombre de Óscar Escandón como campeón mundial del cinturón pluma; el segundo título del mejor boxeador que ha tenido el Tolima, y el primero en esta categoría para los colombianos.

Y esos mismos asaltos sirvieron para que Óscar Escandón Berrío tuviera otro motivo para regresar a Ibagué, presentar el título y poder alzar a Gabriela, su hija que nació hace un mes y cuatro días y que por motivos de entrenamiento, el campeón mundial no ha podido sentir entre sus brazos.

Desde Washington, el campeón mundial contó a EL NUEVO DÍA los pormenores de esta pelea que le da su segundo cinturón, dos años después del logrado contra el canadiense Tyson Cave.

“Mucha alegría por ser el primer campeón que tiene Colombia en la 126 (libras), un paso muy grande y la felicidad la siente Colombia, porque en este momento no hay campeones en el país.

“Ahora estoy ansioso de ver a mis hijos, a Gabriela y Juan José, a mi esposa, compartir con mi familia; alzar a mi hija, porque llevo ocho meses entrenando en Estados Unidos; ya hablé con mi esposa con Skype y mi hijo llorando, me dijo ‘papito, gracias a Dios ganaste’ y se siente que la gente está contenta”.

Escandón Berrío tiene planeado arribar a Ibagué sobre las 7 de la mañana y mientras espera la fecha del próximo combate, tiene todavía el recuerdo del segundo asalto, cuando tuvo una leve caída que asustó a todos los presentes en el barrio El Refugio, y de la cual se recuperó en segundos.

“Él (Robinson Castellanos) me pegó un golpe de suerte y gracias a Dios pude levantarme y recuperarme para seguir la pelea; tuve una buena preparación, ocho meses concentrado y se dio el resultado que estaba buscando”.

Solo felicidad

“Esto es un orgullo, felicidad, aunque estábamos confiados de que él iba a obtener este título mundial, porque tenía con qué y se ha preparado; es muy disciplinado y acá lo queremos mucho”, contó Luis Alfonso Escandón, padre del campeón orbital.

Ni el susto del segundo asalto fue impedimento para que las decenas de personas, que cerraron la cuadra de la casa paterna del campeón, sintieran que sí se podía lograr la anhelada victoria.

“Fue como si le pegara a un avispero, fue un pequeño susto, pero se recuperó inmediatamente; es que yo hablé con él ayer (viernes), y me dijo que estaba muy confiado, que había tenido buena preparación y ahora, a esperar el recibimiento, que va a ser grande”, sentenció Luis Alfonso.

Su hermano Miguel Ángel, quien sigue los pasos del campeón, contó que afortunadamente Óscar sacó la pelea por nocaut, pues “por decisión es muy duro con esos jueces de Estados Unidos; es importante sacarlo en el séptimo asalto”.

Pero más emocionada estaba su esposa, Katerine Calderón, quien aseguró haber sentido toda la adrenalina y que lo más importante fue que el sacrificio de ocho meses dio el resultado esperado.

“Él tenía ganas de boxear, hubo mucha oración, ayunos y apego a Dios; ahora voy a hablar con él por Skype, pues lo noté emocionado, contento y llorando de la felicidad”.

OPINE

Katherine Calderón(Esposa):
“Me dijo que iba a dar el todo por el todo, que quería el nocaut, eso es motivación y orgullo para sus hijos que algún día dirán que su padre es un guerrero; Juan José está agradecido con Dios y Gabriela, orando desde su cabecita por el papá”.

Miguel Escandón (Hermano):
“Ahora mi sueño es estar allá, mi hermano tiene pensado llevarme a Estados Unidos para empezar mi carrera profesional; sería bueno dos hermanos dándole títulos a Colombia”.

Brian Escandón (Hermano):
“La representación de un ibaguereño, del bario El Refugio; un compromiso de los Escandón. Hubo tensión, pero sabíamos que teníamos a un campeón. Hoy decimos que el deporte está sobre todo y hay que apoyar a los jóvenes que necesitan motivación”.