La Tricolor necesita abstraerse del ambiente

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Parece que la historia de los duelos entre Colombia y Brasil se partió en dos tras lo ocurrido el 4 de julio de 2014 en el Mundial, en el cual los locales triunfaron 2-1.

Aquel partido fue marcado por la fricción y los fallos arbitrales. En esa ocasión, los brasileños cometieron 31 faltas y recibieron 2 amonestaciones, mientras los colombianos realizaron 23 infracciones y fueron amonestados 3 veces.

El 5 de septiembre del mismo año se enfrentaron en un amistoso que ganó la Canarinha (1-0): 19 faltas de Brasil (2 amarillas) y 13 de los criollos (4 amonestaciones y una roja).

En la Copa América de Chile 2015, en medio del histórico triunfo de los de Pekerman 1-0, se registraron 39 infracciones (20 de Brasil y 19 de Colombia), cuatro amarillas (dos para cada uno) y dos rojas (una por bando). Además un altercado final protagonizado por Neymar y Carlos Bacca.

El último choque fue en los Olímpicos de este año. Con seleccionados sub-23, también tuvo una tónica “bélica”: fueron 41 faltas (18 locales y 23 criollas) y 7 amonestaciones (6 colombianas).

Centrarse en el juego

Analistas creen que Colombia debe olvidarse de los últimos antecedentes y dedicarse a desplegar su juego mañana en Manaos (7:45 p.m.).

“Hay que aislar al equipo de todo eso. Sé que tienen un psicólogo que trabaja muy bien y hará hincapié en que lo más importante es el fútbol”, expresa Néstor Otero, entrenador de Rionegro Águilas.

Es que hay factores, además de los últimos encuentros, que la escuadra de Pekerman debe manejar con inteligencia: la provocación, el público y los fallos arbitrales.

“Al jugador hay que hablarle y hacerle caer en cuenta que es más importante dentro del campo que fuera de él”, declara Otero, quien dice que se debería entrenar pitándole en contra al equipo para aprender a manejar estas situaciones.

Un elemento clave es Neymar, quien, además de su gambeta, se ha caracterizado por cazar peleas con los jugadores criollos. 
“Hay que manejarlo con creatividad, con escalonamientos, no es hablando ni golpeando” , argumenta el exjugador de la Selección, Luis Bendito Fajardo.

Por lo pronto, hay confianza generalizada en que si los jugadores se abstraen de ese ambiente, se puede lograr un resultado histórico en Brasil. Por eso, concluye Otero, no hay que caer en la trampa.

Credito
COLPRENSA

Comentarios