Cerca de cuatro mil personas se dieron cita ayer en la tribuna occidental del estadio Manuel Murillo Toro con la idea de ver el resurgimiento del Vinotinto y Oro, en la primera fecha de la Copa Águila, tras un horroroso comienzo en la Liga.

El rival a vencer para tratar de pasar el mal sabor de boca de las dos goleadas sufridas en el ‘Apertura’ fue el Deportivo Pereira, escuadra que parece ya se acostumbró al campeonato de la B, toda vez que sumará en 2016 su quinto año en el ‘Ascenso’.

Por tal motivo, la ilusión de la hinchada presente en el ‘Coloso de la 37’ era enorme. Sin embargo, las caras de entusiasmo en los seguidores ‘Pijaos’ rápidamente fueron cambiando a desespero, pues tras el silbatazo inicial, se volvió a ver lo mismo en el equipo de Alberto Gamero, que los llevó a caer ante Rionegro (0-3) y Cali (5-1).

Contrario a lo que se esperaba, fue el visitante el que de partida impuso las condiciones. Los ‘Matecañas’ crearon las acciones de riesgo más claras, con la complicidad de un local sin ideas, lento y exageradamente permisivo.

Nuevamente el técnico Samario decidió revolcar su titular, y en esta ocasión optó por jugar con dos volantes ofensivos e igual número de delanteros, pero los creativos Jhon Méndez y Hárrison Otálvaro decepcionaron en la parte inicial, la cual se selló con un pálido 0-0, ya que los de Risaralda no fueron capaces de hacer válida su superioridad.

Leve mejoría

Para la segunda mitad, el estratega de los ‘Musicales’ decidió mover su banca. Uno de los sacrificados fue el ex volante de Millonarios. Y no era para menos, su aporte mientras estuvo en la cancha fue prácticamente nulo.

El encargado de reemplazarlo fue el juvenil Déinner Quiñónez, quien entró acompañado del delantero paraguayo Víctor Aquino, escogido para ingresar por Isaac Arias, afectado por los nervios y la falta de asistencia de los mediocampistas.

Con los cambios, el Deportes Tolima comenzó a subir su nivel futbolístico, pero no fue suficiente, pues la mala entrega y pérdida de la pelota cuando se llegaba a territorio hostil, le facilitó al Pereira mantener su arco en tranquilidad hasta el final.

Incluso, estuvo mucho más cerca de anotar la visita con los peligrosos tiros libres de Jhon Montaño. Uno de ellos terminó con la pelota estrellada en el palo derecho. Si lo metía, fijo pudo quedar entre los mejores de la jornada, y seguramente hubiera alborotado mucho más el avispero.

Eso sí, a pesar que ‘La Tribu’ no cayó, un grupo de hinchas decidió ubicarse frente a varios jugadores que estaban observando el cotejo, y que no fueron tenidos en cuenta para el choque, para a través de cantos exigirles mayor compromiso, “más güevos”.

Otro, que prefirió marcharse rápido del ‘Murillo’, donde esperaba ver levantar cabeza al club de sus amores, reprochó mientras bajaba las escalares: “Creo que hay gente que juega mucho mejor en el Jordán”.