¿Las organizaciones toman con seriedad y responsabilidad los simulacros?

Crédito: Suministrada / EL NUEVO DÍAImagen de referencia.
En un mundo en constante evolución y con múltiples desafíos, la seguridad y salud en el entorno laboral, son aspectos cruciales que no pueden pasarse por alto. Ante la posibilidad de enfrentar emergencias o situaciones de riesgo, las organizaciones deben estar preparadas para proteger a sus empleados y salvaguardar sus operaciones. En este sentido, los simulacros se convierten en herramientas fundamentales para evaluar y fortalecer la respuesta ante eventos inesperados.
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Sin embargo, según Juan David Cardona García, docente de la especialización en Gerencia en Seguridad y Salud en el Trabajo de Areandina, los simulacros actualmente en las empresas se hacen de manera incorrecta y se toman como medida para cumplir con normativas, pero olvidan factores claves para hacerlo de manera correcta.

Para el docente, muchas compañías siguen tomando este proceso por salir del paso y no le dan la debida seriedad. “Esto pasa en muchas empresas porque  prima lo urgente y no lo importante, la ‘prevención’ se convirtió en un negocio desvalorizado, de papel y de costumbres insanas que de preventivo no tiene nada”, dijo.

Hacerlo de manera correcta

Los simulacros ofrecen una oportunidad invaluable para evaluar la capacidad de respuesta de una organización ante diferentes situaciones de emergencia. Desde incendios y terremotos hasta derrames químicos o amenazas de seguridad; estos permiten identificar fortalezas y debilidades en los protocolos existentes.

Al realizar ejercicios prácticos, se pueden detectar deficiencias en la comunicación interna, la evacuación, el uso de equipos de seguridad, entre otros aspectos clave. La evaluación resultante de los simulacros permite implementar mejoras y ajustes necesarios para garantizar una respuesta más eficiente en caso de una emergencia real.

Cardona, magister en Sistemas Integrados de Gestión de la Calidad, explicó que lo primero que debe hacerse en una empresa es el análisis de vulnerabilidad. Luego, hay que definir los procedimientos operativos normalizados, conociendo el contexto y las capacidades de la organización, con el fin de destinar los recursos necesarios para lograrlo.

“Las emergencias se prevén como escenarios de riesgos y que van acordes a cada territorio. Un buen análisis, una planificación seria y una simulación integral, determinan una mejor actuación en un escenario real de emergencia; para garantizar que la praxis de la simulación, sea entera y fiable y con mejores controles”, aseveró.

Y agregó: “Aunque algunas empresas no se tomen los simulacros en serio, es necesario que se empiece a tomar conciencia, se incluya dentro de las políticas empresariales y quede consignada como una práctica permanente, no solo orientada a las evacuaciones, sino también a todas aquellas amenazas con las que debe convivir la empresa”.

Procedimientos y roles

Es común que los empleados desconozcan los procedimientos adecuados a seguir durante una emergencia, lo que puede poner en riesgo su seguridad y salud. Los simulacros ofrecen la oportunidad de familiarizar a todos los miembros de la organización con los protocolos de seguridad establecidos.

Al participar en estos ejercicios, los empleados aprenden cómo actuar en situaciones específicas, conocen las rutas de evacuación, aprenden a utilizar extintores y otros equipos de seguridad, y se sensibilizan sobre la importancia de seguir las instrucciones del personal de emergencia.

Asimismo, estos procedimientos también permiten identificar las habilidades individuales y colectivas necesarias para una respuesta efectiva en caso de una emergencia real. Al asignar roles específicos durante los ejercicios, las organizaciones pueden identificar líderes naturales y capacitar a su personal en tareas críticas, como la atención de primeros auxilios, la coordinación de la evacuación o la gestión de comunicaciones internas y externas.

“Los simulacros también ayudan a crear un sentido de responsabilidad compartida y promueven la colaboración entre los miembros de la organización, mejorando la coordinación y el trabajo en equipo”, concluyó el docente.

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