Emprendedora colombiana impulsa la joyería sostenible: conozca su historia

Crédito: Suministradas -
Con el objetivo de hacer de su oficio un aporte a la sostenibilidad, la colombiana María Alejandra Kaled Mejía, diseñadora industrial de profesión, forma parte del ejercito de emprendedores que hacen empresa con un propósito más allá del negocio en sí. 
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Habla de joyería sostenible con propiedad. Compro joyas y las reciclo, especialmente oro de 18K, dice esta joven barranquillera. “Lo que hace la joyería sustentable es que cada pieza se crea, fabrica y se usa toda la vida. Las piezas de joyería fina son reparables, se limpian, se reparan y en el peor de los casos se desarman y se vuelven a armar en una nueva pieza, utilizando el mismo material; eso es lo más lindo y lo más sustentable que tiene la joyería”, afirma con pasión la cabeza visible de lo que hoy es el emprendimiento Kaled Jewelry.

E insiste: La sustentabilidad de la joyería fina es que se trata de un producto lindo que nace y nunca se desecha, es la expresión del respeto a los materiales, y para mí eso es lo más sustentable que tenemos como producto y como industria, afirma esta joven emprendedora que en la fabricación de sus diseños cuida al extremo el uso de ácidos en un proceso lo más limpio posible. 

Abanderada de la joyería fina, María Alejandra Kaled está en la tendencia que impulsa la sustentabilidad más allá del tema de la naturaleza. “Es pensar en productos desde que se extrae su materia prima hasta como se reparan, sí tiene un reúso, sí su materia prima es reutilizable; esa es la verdadera sustentabilidad, no una etiqueta verde”, afirma. 

Kaled además expone la joyería como inversión. Una pieza, dice, puede durar toda la vida, reusarse y pasar de generación en generación, lo que permite que cada joya tenga un mayor valor en el tiempo. Se convierte en muchos casos en inversión a largo plazo por ser, en su caso, un diseño autentico y disruptivo. 

Integrante de la generación de los emprendedores que están por los 30 años, Kaled sabe utilizar las herramientas actuales de comercialización y gracias al networking, lo que fue un ejercicio de hacer joyas para la familia y algunos amigos, pasó a ser una comunidad que traspasa fronteras y que ve materializadas sus experiencias y mejores momentos a través de piezas en oro 18k, con piedras preciosas, semi-preciosas y de laboratorio, que son para toda la vida. 

De acuerdo con esta emprendedora, que dice no vender solamente joyas sino una experiencia de co-creación con la persona que lucirá la joya, Colombia tiene un enorme potencial y grandes talentos para que los productos de joyería fina lleguen a ser referentes en todo el mundo, y así lograr que el país no sea reconocido solo por la materia prima más demandada por este mercado como lo es la esmeralda colombiana.

 

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