La elección de nuevo rector de la Universidad del Tolima

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
José Herman Muñoz Ñungo y Germán Rubio Guerrero aspiran al cargo. Ya expusieron sus propuestas ante la comunidad educativa y en una semana se adelantará la jornada electoral.

En la Universidad del Tolima también se ha vivido un ambiente electoral durante lo corrido del presente año. Se han elegido representantes ante el Consejo Superior y el Consejo Académico, nuevos decanos de las facultades y nueva directora del Instituto de Educación a Distancia, quienes ya se posesionaron.

Muchas de las prácticas electorales para alcaldías, Gobernación, concejos y Asamblea departamental que avanzan hacia las elecciones del 25 de octubre próximo, también han incursionado en la Universidad del Tolima. Pancartas y pendones con los nombres de los candidatos a las facultades fueron expuestos durante varias semanas a la entrada de la universidad; se celebraron reuniones de sensibilización con los simpatizantes de cada candidato y se recurrió a las redes sociales para promocionar las propuestas de programas de gobierno.

Con la inscripción de candidatos, el 22 de junio comenzó el proceso de elección del nuevo rector, que debe culminar el 16 de octubre próximo cuando el Consejo Superior escoja el nombre del nuevo rector para los próximo tres años. Si hasta esa fecha se han superado inconvenientes que pueden surgir en el camino.

Según las normas correspondientes, la elección se debe efectuar con base en un “concurso de méritos”, una consulta a estudiantes, profesores de tiempo completo y egresados, proceso que debe culminar con una entrevista y elección que hará el Consejo Superior que preside el Gobernador. Son procesos y requisitos que hacen distinta esta elección.

La votación se hará entre sólo dos candidatos: el actual rector, José Herman Muñoz, quien aspira a la reelección, y el profesor Germán Rubio Guerrero, de la facultad de Administración.

Las urnas estarán en la sede central de la Universidad en Ibagué y en los centros regionales de Educación a Distancia de 33 municipios colombianos.

Algunas características de los candidatos

La valoración de la hoja de vida en la cual se otorgan 30 puntos por los títulos universitarios, otros 30 por la experiencia académica y los 40 restantes por experiencia administrativa en cargos directivos arrojó lo siguiente: José Herman Muñoz, 100 puntos, y Germán Rubio, 91.02.

Más allá de los títulos académicos que cada uno ha acreditado, se percibe la confrontación entre dos estilos de dirección o liderazgo, que tienen pocas diferencias.

Si nos guiamos por la teoría de los intereses del filósofo alemán Habermas, se puede percibir en Rubio a un administrador de enfoque de racionalidad técnica, que buscaría la eficacia y la eficiencia, en los procesos de planificación prescriptiva propia de los clásicos de la administración.

Anuncia, entre otras cosas, “la revisión de la estructura organizacional… El desarrollo académico con sostenibilidad financiera”. Su preferencia es por lo administrativo, de ahí que al mencionar lo relacionado con la necesaria convivencia institucional, indique la necesidad de intervenir sobre el clima organizacional propio del modelo de Desarrollo Organizacional en la teoría administrativa.

En cuanto a Muñoz, profesional con énfasis en formación en ciencias empírico-analíticas como Matemáticas y Física, su comportamiento es la de un investigador que mira hacia los enfoques humanísticos, y de racionalidad práctica-interpretativa de los fenómenos sociales y educativos.

Busca la interpretación que tienen las personas en la organización universitaria. En lo corrido de su mandato ha enfocado su acción hacia procesos y componentes de lo académico: se avanza hacia la acreditación de alta calidad de la universidad; ya son 10 los programas académicos con acreditación de alta calidad; la universidad oferta seis nuevas maestrías, para un total de 13, y se obtuvo la acreditación internacional de Mercosur para el programa Ingeniería Agronómica; se ha incorporado a 139 docentes de tiempo completo, para un total de 352, de ellos 100 con título de doctorado. Esto hace parte de los 100 logros que Muñoz Ñungo ha puesto a circular en esta semana.

El debate entre candidatos a la Rectoría

El jueves anterior se cumplió el debate público entre los dos candidatos, ante los miembros de la comunidad universitaria en el Auditorio de la Ciencia. Cada uno expuso su hoja de vida y su programa de gobierno y posteriormente quedó abierta la posibilidad de intervención de los asistentes. Se escuchó planteamientos y preguntas bastante diversas. 

Se percibió voces contra el sistema de elección del rector por el Consejo Superior integrado por nueve miembros y ante tal opción hay quienes proponen votación directa de estudiantes, docentes y egresados. Es la alternativa entre una democracia participativa y una representativa u otra de cogobierno, que circula en las universidades oficiales del país. 

Se reclama mayor democracia, más participación en los procesos de dirección de la universidad. ¿Cómo abordar la profundización de la democracia en la Universidad? ¿Cuál debe ser la participación de la mujer? Inclusive se escuchó una propuesta radical: que no se exija examen de admisión para el ingreso a la universidad. 

En fin, muchas inquietudes, muchas dudas, multitud de interrogantes. En el próximo fin de semana, los días 11 y 12 se sabrá del volumen de apoyo con que cuentan los dos candidatos, lo cual será apenas un indicativo de lo que el Consejo Superior deberá decidir el 16 de octubre. 

Ante la profunda crisis institucional, crear el frente en defensa de la Universidad del Tolima y promover el voto en blanco 

Por Ramiro Gálvez Aldana, Profesor asociado UT

Para el viernes 11 de septiembre han sido convocados a consulta por la dirección de la Universidad del Tolima estudiantes, docentes y egresados a fin de escoger entre dos aspirantes que hoy se disputan el cargo de Rector de la Institución.

Será el Consejo Superior Universitario el que en última instancia tome la decisión. La Institución ha publicado en su página Web las “propuestas de gobierno” tanto del Rector en ejercicio, José Herman Muñoz Ñungo, como del aspirante a sucederle, German Rubio Gurrero.

La propuesta del rector en ejercicio, en una primera parte de su escrito, intenta hacer un inventario bastante optimista acerca de un sinnúmero de logros académicos y administrativos acaecidos a lo largo de sus tres primeros años de gestión.

En una actitud, por demás extraña, hace caso omiso, en su intento de balance, de las enormes dificultades por las que atraviesa en la actualidad la Institución, dificultades que sin exageración pueden ser consideradas las más graves en los 60 años de existencia de la Universidad.

En el balance del Rector parecería que “la tal crisis no existe”, justamente cuando estamos ad portas de irnos a pique a lo más profundo de la mediocridad académica y administrativa.

En un arrebato medio esquizofrénico, el documento nos convoca, en una segunda parte, a prolongar por otros tres años las “maravillosas” realizaciones que reclama la administración para sí como grandes logros del primer período. En ninguna parte del texto aparece ni siquiera un esbozo de autocrítica, como correspondería a un talante auténticamente universitario. Resulta indudable que la propuesta rectoral está imbuida por la actitud del ‘tapen, tapen, tapen’.

De otra parte, la propuesta de Rubio, si bien parte de caracterizar la actual crisis como muy grave, no trata de indagar en sus causas profundas. Se limita a ofrecer iniciativas de Perogrullo: reducir el gasto y aumentar los ingresos. ¡Eureka!

Olvida que la actual dirección, responsable de la crisis, puso en práctica ya un draconiano recorte del gasto, con la característica de que éste solo afecta a la academia, cuidándose muy bien de mantener intacta la frondosa y costosa burocracia instalada en la parte administrativa con la que la administración trata de cultivar el insaciable apetito burocrático del clientelismo regional, exacerbado en plena época electoral.

Como tantas veces se ha insistido, parece olvidarse que la Universidad es una institución pública que no puede considerarse propiedad ni de estudiantes, ni de docentes, ni de trabajadores ni directivos, que su único y legítimo dueño es la sociedad. Que la fuente de recursos económicos que posibilitan su sostenimiento y el cumplimiento de su misión institucional es el aporte de los contribuyentes colombianos y que el pulcro manejo de éstos resulta sagrado. No obstante ello, lo que paulatinamente se ha impuesto en la Institución universitaria ha sido los intereses corporativos de algunos estamentos que en la práctica han venido privatizando en los hechos la Institución.

La fuente de la más grave crisis de la Universidad, cuya línea de inflexión se remonta a la administración Machado, está estrechamente enlazada al paulatino abandono, por la dirección institucional, del compromiso con el cumplimiento de la misión institucional, con el abandono de los principios universitarios y la defensa del interés público. En su lugar han venido primando los intereses de la politiquería tradicional de derecha y de “izquierda”.

La nota dominante hoy es el predominio de una frondosa y costosísima capa burocrática incrementada súbitamente en la encargatura del doctor Héctor Villaraga y repetida por la actual administración Muñoz, origen del monumental déficit presupuestal y financiero que hoy amenaza con el cierre de la alma máter tolimense.

La comunidad universitaria no puede olvidar que los aspirantes actuales al cargo de rector han sido parte integral de otra nefasta administración que se prolongó por 12 largos años, la del inefable Jesús Ramón Rivera, quien hoy, en compañía de otros viudos del poder, azuza la caída de Muñoz. Por tanto los actuales aspirantes no pueden alzarse de hombros fingiendo que la “dicha crisis” no tiene nada que ver con ellos.

En consecuencia, una actitud realmente coherente con la defensa del interés público en la UT debe conducir a rehusarnos a votar por cualquiera de los aspirantes actuales a ocupar el cargo de Rector. La pertinencia del voto en blanco en esta oportunidad enviará al CSU un mensaje preciso: no confiamos en ninguno de los candidatos en liza.

Finalmente, dadas la gravedad y la complejidad de la crisis, sumado al descontento generalizado en amplios sectores universitarios, invitamos a estudiantes, profesores, trabajadores y egresados a constituir un frente en defensa de la Universidad del Tolima que presione por la designación de una nueva dirección universitaria que garantice la consecuencia con la misión universitaria y la defensa del interés público.

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO R. ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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