Violencia e indisciplina escolar como objeto de estudio en la UT

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Preocupa la gravedad de conductas estudiantiles en los grados Sexto a Undécimo, cuyos casos van en aumento, según lo describe una investigación llevado a cabo por dos estudiantes de la Línea y Grupo de Gestión Escolar, en la Universidad del Tolima.

Dos estudiantes de la Maestría en Educación que ofrece la Universidad del Tolima presentaron en el auditorio central de esta institución, los resultados de sendas investigaciones sobre violencia escolar, indisciplina y conductas disruptivas en las aulas.

Son 23 las investigaciones terminadas por estudiantes de la Línea y Grupo de Gestión Escolar, que han abordado temas y problemas relacionadas con fenómenos de convivencia escolar.

En este caso, la psicóloga Sandra Oviedo Ayerbe es la autora de la investigación ‘La violencia escolar y sus implicaciones en la vida emocional del niño y el maestro en el Inem Manuel Murillo Toro’ y, por su parte, la Licenciada en Música Yannis Poala Uribe terminó la investigación titulada ‘Disciplina en el aula y conductas disruptivas en el Liceo Juan Rocha de Ibagué’.

No se justifica

Tanto los hechos de violencia escolar como las conductas disruptivas de los estudiantes afectan la convivencia escolar y entorpecen en el desempeño académico de los estudiantes y las actuaciones de los docentes dentro de las aulas.

La psicóloga y estudiante de la Maestría en Educación Sandra Oviedo encontró que los actos de violencia llegan a afectar a los docentes, según lo registran en los Observadores del Alumno.

Un estudiante que “saluda con apodos al profesor que se queja de los comportamientos en clase de un estudiante que es grosero, atrevido e irrespetuoso. Del estudiante del grado noveno que se burla del profesor y le sabotea las clases”.

Un adolescente de apenas 10 años de edad, que cursa el grado Sexto, impidió la entrada al salón de su profesor que se disponía a dictar la clase de Matemáticas. Así lo describe el profesor afectado:

“El día martes, el alumno impidió la entrada del profesor al salón. La puerta estaba cerrada y el alumno forzó la cerradura para impedir la entrada del docente”. Son hechos que manifiestan situaciones agresivas de los estudiantes hacia sus docentes que no son tan frecuentes, pero que comienzan a aflorar al lado de normas recientes que favorecen derechos de los estudiantes.

“La relación maestro-alumno también evidencia cambios significativos tal como que el principio de autoridad, que solo era ejercido por el maestro incluyendo castigos físicos o sociales, mientras en el siglo actual los niños también tienen derecho a proponer, a ser escuchados y tienen normas y leyes que le protegen en caso de abuso, sin embargo se evidencia que la ética y el respeto son prácticamente unas maneras que no son predominantes en ambientes escolares”, es el comentario que hace la autora de la investigación, que contó con la dirección del profesor del Idead Luis Hernando Amador.

Lo que dicen los docentes sobre actos de violencia escolar

En cada institución escolar es obligatorio que los docentes y directivos hagan el registro del comportamiento de cada uno de los estudiantes. Son libros que unas veces se llaman Observador del Alumno y en otros casos Anecdotario. Son fuentes documentales para la realización de investigaciones sobre comportamientos y conductas cotidianas de los estudiantes. En la investigación que mencionamos, la categorización de hechos que pueden ser tipificados como actos de violencia escolar, en el libro Observador del Alumno, aparecen 39 hechos de violencia entre estudiantes, de ellos 10 de violencia física, 20 de “manipulación social”, cinco de conducta delictiva y dos de expendio de drogas.

“Un estudiante le coge los glúteos a su compañera. Otro de grado Undécimo escupe a su compañero en la cara y se golpean a puños. Una niña de Sexto raya la cara a su compañera en el baño”, son algunos textos encontrados en el Observador, que evidencian hasta dónde ha llegado la conducta agresiva de algunos estudiantes, muy seguramente aprendida fuera de los establecimientos educativos.

Pero lo que quizá puede ser considerado como grave es que estos actos ya están afectando a docentes y directivos. De 72 registros hechos en el “Observador del Alumno”, 31 rienen que ver con los docentes: tres de violencia física, 18 de acoso cibernético o ciberbuylling y 10 más de “manipulación social”, según lo describe el informe de la investigación.

“Por otra parte se encuentra que dentro de los factores que han incidido en este incremento de la violencia figura como determinante la falta de dominio de las emociones, especialmente el enojo manifestado de diferentes formas en la evolución del tiempo desde el físico hasta llegar al maltrato psicológico a través de las redes sociales”, tal como asegura Oviedo.

La indisciplina, las conductas disruptivas 

La investigación sobre la disciplina y las conductas disruptivas, elaborada por Yannis Paola Uribe Franco, bajo la dirección de la profesora Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo, líder del grupo de investigación sobre Gestión Escolar de la UT, aborda asuntos que son de gran interés de todos los docentes.

Son interesantes las conclusiones a las que llegó esta investigación. Una de ellas es que los docentes están teniendo poco éxito en las estrategias utilizadas para lograr la disciplina en las aulas y disminuir o evitar conductas disruptivas en los estudiantes que impiden o entorpecen el desarrollo de las clases. “Las estrategias para intervenir y/o mediar la disciplina y las conductas disruptivas no son evaluadas, es decir, según lo evidenciado en la triangulación de la información sobre éstas no se reflexiona, simplemente se aplican, pero no hay retroalimentación de las mismas”, dice Uribe en su informe de investigación.

“Las distintas personalidades de los niños son un factor que afecta negativamente la disciplina en el aula y fomenta las conductas disruptivas. Los rasgos de personalidad del (a) docente inciden positiva o negativamente para el control del comportamiento en el aula”, agrega.

Los docentes, en general, recurren a las sanciones (estrategias punitivas) para lograr la disciplina en el aula. Se llega a los casos en que la calificación baja en cada asignatura es utlizada para lograr comportamientos y conductas deseables de los estudiantes en las aulas. Es lo que el filósofo francés Foucault califica como estrategias de dominación que los docentes ponen en marcha para controlar el comporamiento de los estudiantes en los establecimientos educativos.

Credito
LUIS E. CHAMORRO RODRÍGUEZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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