Los avances en Jornada Única en Tolima e Ibagué

Siendo que es de cumplimiento obligatorio, por mandato legal, es pertinente que simultáneamente se desarrolle un programa de investigación educativa sobre sus efectos en el Tolima.

Hay mucho por decir respecto al programa nacional de Jornada Única, que atrae la atención de los políticos y de los nuevos mandatarios territoriales por los anuncios de recursos financieros para inversiones en infraestructura escolar. ¿Qué beneficios o impactos genera? ¿Cómo va su implementación en el Tolima? Son interrogantes que me sirven de guía para construir este texto.

Comienzo por lo primero. Se supone que su implementación contribuye al mejoramiento de la calidad educativa y específicamente a la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. “Estudiar en jornada completa (o única) tiene impacto positivo sobre los resultados académicos... Medias jornadas escolares (jornadas dobles en un mismo día), reducen la calidad de la educación y aumenta la exposición a distintos factores de riesgo”, dice el economista Leonardo Bonilla Mejía (2011), al describir factores a favor y en contra, tras investigaciones científicas hechas en distintos lugares del mundo.

¿Mayor tiempo de clases, mayor tiempo de trabajo en el aula, genera mejores aprendizajes? Es el interrogante central de muchas investigaciones. Es la asociación más aceptada. Tiene efectos positivos sobre los resultados académicos (Fuller,1987 y Lavy, 2010); contribuye a la reducción del embarazo de las adolescentes (Kuger y Berthelon, 2009); tiene efectos positivos sobre los resultados de las pruebas estandarizadas, contribuye a disminuir la deserción escolar, e igual sobre las capacidades cognitivas y socioafectivas de los estudiantes.

Ayuda a disminuir la repitencia (Cerdan & Infantes y Vermeersch, 2007) y a disminuir la delincuencia y el consumo de sustancias psicoactivas (Jacob & Lefgren, 2003).

Pero también hay resultados de investigaciones que poco favorecen a la Jornada. Porque mayor tiempo de aprendizaje en las aulas tiene efectos insignificantes sobre los resultados académicos (Card - Kuger, 1992; Heckman, Layne & Farrar y Todd, 1996; Lee y Barro, 2001).

Siendo que la Jornada Única es de cumplimiento obligatorio, por mandato legal, ahora que se da un nuevo impulso a este programa, es pertinente que simultáneamente se desarrolle un programa de investigación educativa sobre los efectos de esta estrategia en el Tolima. Es tarea específica de las universidades, principalmente de la del Tolima, que tiene Facultad de Educación con doctorado y maestrías en Educación.

Tolima va mejor que Ibagué

Según el reporte que hace el Ministerio de Educación en la última semana de abril de 2016, en el Tolima han adoptado la Jornada Única 29 establecimientos educativos con una cobertura sobre 12 mil 149 estudiantes. En los municipios no certificados son 11 instituciones que la adoptaron en las convocatorias 1 y 2 del año pasado y otras 16 en la convocatoria 3, para comenzar en el segundo semestre de 2016 en curso.

A la cuarta convocatoria, que se cerró el 22 de abril pasado, se inscribieron 15 instituciones con 32 sedes. Quedan a la espera de ser avaladas por el Ministerio de Educación. De esta manera, la Jornada Única se extiende a Carmen de Apicalá, Coello, Falan, Fresno, Honda, Líbano, Murillo, Rovira, Ataco, Espinal, Flandes, Herveo, Planadas, Roncesvalles, San Luis y Villahermosa. Esta es la información suministrada por el responsable de la jornada en la Secretaría de Educación departamental, Yesid Callejas.

En el país ya son 833 establecimientos educativos y 502 mil 720 los estudiantes en estas jornadas.

Ibagué es una de las capitales y entidades territoriales más atrasadas en la cobertura de esta jornada en Colombia. El Ministerio reporta sólo dos instituciones educativas con cobertura sobre 454 estudiantes de las convocatorias 1 y 2 de 2015; la Secretaría de Educación municipal no suministra información clara sobre esto, pero se sabe que son 3 las instituciones educativas que implementan la Jornada y a ellas se les suma el Inem, que espera el aval del Ministerio para el efecto. Allí comenzó esta jornada en los grados sextos y séptimos, con 450 estudiantes.

Hay otras entidades territoriales que han avanzado considerablemente en este asunto. Así, por ejemplo, en Envigado ya se ha implementado en el 89 por ciento de las instituciones, en Girardot el 52, en Manizales y Uribia el 41, y en Armenia el 35, por ciento, para dar algunos casos.

Fecode y la Jornada Única

El magisterio ha aceptado con reservas este programa. Según Fecode y su filial Simatol, se dice sí a la Jornada Única pero condicionada a nombramiento de más docentes, sin aceptar docentes por contrato ni vinculados por horas cátedra; construcciones nuevas y dotación, transporte para los estudiantes .

“No es problema solamente de alargar el tiempo en la escuela”, dice el comunicado de Fecode sobre este tema (Agosto 5 de 2015).

Las construcciones escolares

La Jornada Única comprende cuatro componentes: Infraestructura, Alimentación Escolar, recurso humano y el componente pedagógico. De estos, la mirada se centra en la infraestructura escolar por tratarse de la más costosa. Son cuatro las fuentes de financiación básica de este componente que ha proyectado una inversión de 4.5 billones de pesos en el período presidencial de Juan Manuel Santos. Para construir 31 mil aulas, en mil 500 establecimientos educativos, tendiente a satisfacer en un 60 por ciento el déficit de 51 mil 134 aulas para Jornada Única que tiene el país. Las fuentes de financiación proyectadas , tal como se establece en el Conpes 3831 de junio de 2015, son 2 billones de pesos del Gobierno nacional, 1.2 billones del Sistema de Regalías; 695 millones que deben aportar las entidades territoriales (30 por ciento de la cofinanciación de obras) y un billón programado para Asociaciones Público Privadas (APP).

Se calcula que en el Tolima se necesita construir mil 294 aulas en 253 sedes, principalmente para satisfacer el acceso a las aulas de 49 mil 212 estudiantes de las actuales jornadas de la tarde. Y el Gobierno nacional ha proclamado que cada municipio tendrá un “colegio 10” que se toma como modelo y que incluye 12 aulas para 470 estudiantes con toda la infraestructura y dotación que se requiere para garantizar ambientes escolares apropiados para la enseñanza y el aprendizaje.

Ibagué es el municipio que necesita mayores construcciones escolares porque tiene su capacidad física instalada cubierta con estudiantes en doble jornada. De ahí que se presentó al Ministerio un proyecto de “Mejoramiento de la infraestructura física de los establecimientos educativos para Jornada Única de Ibagué”, con la mira de acceder a recursos del Fondo de Financiamiento de Infraestructura Escolar (FIE) como parte del Plan Nacional de infraestructura educativa para la jornada.

Paralelamente la Alcaldía ha presentado a consideración del Concejo, un proyecto de empréstito por 81 mil 700 millones de pesos para hacer inversiones en la construcción de 600 aulas en 34 instituciones educativas de la capital. Este proyecto fue retirado del Concejo a la espera de cumplir con algunos requisitos faltantes, demora en el trámite del empréstito que puede poner en peligro la financiación de construcciones que ha prometido el Ministerio de Educación al Alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo.

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO RODRÍGUEZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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