Vínculo entre madre y recién nacido, esencial en preescolar

La fortaleza de la relación entre madres e hijos durante los tres primeros meses de vida es fundamental en la generación de habilidades cognitivas y sociales durante su etapa escolar.

Así lo evidenció el enfermero y magíster en Fisiología de la Universidad Nacional de Colombia (UN) Jhon Jairo Lara Avella, quien elaboró un estudio de mil 500 casos en 56 jardines de Bogotá.

Su análisis se basó en la experiencia de las madres durante la etapa previa al preescolar. El resultado fue cotejado con el comportamiento y desarrollo de los niños, reportados por los profesores.

Según el fisiólogo, el tiempo y la calidad del mismo permiten que los infantes mejoren sus habilidades de atención y memoria durante esta etapa escolar.

Asimismo, determinó que la depresión sufrida por las madres está correlacionada con una baja capacidad de creación y desarrollo artístico de sus hijos.

En el estudio, desarrollado en jardines públicos y privados de todas las localidades de Bogotá, se evaluó la caracterización del vínculo entre la madre y sus hijos durante la primera infancia (cero a cinco años). Además, los infantes no debían padecer enfermedad evidente o diagnosticada, como discapacidad cognitiva.

Los niños que compartieron más tiempo y calidad del mismo en sus primeros tres meses de vida con sus progenitoras evidenciaron mayor interiorización de hábitos, como horas para comer, el lavado de los dientes, dormir y hacer tareas.

“Cuando nos referimos a calidad del tiempo hacemos alusión a aspectos como las horas de alimentación, que esta se hiciera en su casa, en un espacio acorde para ello”, menciona el investigador.

El incremento de horas de cuidado materno permitió que los hijos de las madres, quienes formaron parte del estudio, demostraran mejores habilidades en la forma de relacionarse con otros niños y adultos.

A las madres se les preguntó ¿qué edad tenían cuando nacieron sus hijos?, ¿cuál fue la talla y el peso de ellos al nacer?, ¿cuántas horas pasan con su hijo al día?, ¿qué otras actividades desarrollaba durante la lactancia?, cuando estuvo en casa, ¿qué actividades desarrollaba durante el cuidado de su hijo o hija?, ¿en qué momento se separó de su hijo y cuándo ello ocurrió?, ¿a cargo de qué persona lo dejó?, ¿cómo fue la calidad de dicho cuidado? y ¿con qué frecuencia lo dejó a cargo de un tercero?

En cuanto a los terceros, incluidos los abuelos, que quedaron a cargo de los niños, el estudio no arrojó diferencias significativas en el desarrollo del preescolar.

No obstante, subraya Jhon Jairo Lara, resulta imprescindible llevar a cabo un nuevo estudio, incluso más robusto, en cuanto a la variable del vínculo o cuidado exclusivo con la figura paterna, que ofrezca nuevas y mejores pistas en relación con esta variable y su incidencia en la escolaridad incipiente.

Credito
AGENCIA DE NOTICIAS UN

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