Los diplomados constituyen, además, una ágil respuesta. Ser profesional no es suficiente, no hay un saber absoluto en lo que a carreras universitarias se refiere. Los estudios respecto a una disciplina en particular cambian de manera constante a la luz de nuevos conocimientos. Por qué, entonces, estudiar uno:
Certificación en competencias
“Los diplomados nos pueden certificar en competencias específicas por lo tanto la búsqueda de la oferta debe ser con la claridad de lo que se quiere y en qué se está laborando. Como su nombre lo indica, es un Diploma que puede ayudar al crecimiento y fortalecimiento empresarial”, indicó Juan Carlos Pérez, director de Formación Continua de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB).
Un poderoso complemento
Tener un título profesional es muy importante hoy en día. La experiencia, es de un valor incalculable; sin embargo, no actualizar esa carrera profesional puede convertirse en un gran error. Lo recomendable, dicen quienes han tenido la posibilidad de cursarlos, es hacer un diplomado una vez al año.
Mejoran tu hoja de vida y tu perfil
Este tipo de formación se destaca por su funcionalidad en la aplicación y el desarrollo de renovados conceptos en diversas áreas del conocimiento. Además, reiteró Pérez, “aporta al fortalecimiento empresarial por poder diseñar programas a la medida y con base en los requerimientos específicos de una empresa u organización”.
Sirven para socializar destrezas
En lo personal, lo profesional, lo laboral, y para tomar experiencias de otros compañeros. “Cada persona que llega a un diplomado lo hace con conocimientos diferentes y desde sectores económicos distintos. Cada industria tiene algo que aportar a otros grupos”, señaló Julián Rodríguez Rojas, comunicador de Educación Continua de Eafit.
Flexibles en sus planes de estudio
Tienen una duración de 120 a 150 horas, en promedio. Pueden cursarse presencial o virtualmente. No requieren de entrega de trabajo de grado para su culminación y posterior entrega de certificación. Sus horarios suelen ser flexibles, pensados para quienes trabajan y quieren estudiar.
Profundizan en un área específica
Dan sentido a la tendencia mundial de aprendizaje permanente. Los diplomados tienen validez en cualquier nivel, dado el desarrollo de competencias que se deben tener durante toda la vida laboral y profesional, amplió Pérez.
Teoría y práctica: saber hacer
Reiteró Rodríguez Rojas: “Debemos ir un poco más allá. No sólo quedarse con la teoría o los talleres y la parte vivencial que pueda presentarse en un salón de clases, sino que se debe investigar más. Generar, internamente, un deseo de aprender y buscar nuevas dinámicas y teorías; poder desarrollar la capacidad de visualizar al corto, mediano y largo plazos, los cambios que se vienen para su sector o profesión en específico”.
Sirven para crear una red de contactos
En este sentido, enunció Rodríguez que “una forma de sacar provecho a un diplomado, es creando una red de contactos con los que no solo se pueda intercambiar experiencias dentro de un salón de clases, sino que también se pueda lograr sinergias, trabajos de cooperación entre diferentes organizaciones. Eso es clave”.
Nuevos contenidos y metodologías
Es la forma de innovar en programas académicos. Conforme surgen nuevas circunstancias en distintas facetas de la vida laboral, estudiantil, personal; renovadas y prácticas formas de encarar situaciones se van desarrollando para que puedan ser transmitidas y adaptables a otros sectores.
Comentarios