¿Por qué los adolescentes abandonan la escuela?

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Habrá que inventar muchas acciones y decisiones para evitar tanta reprobación escolar, que en 2016, en los 46 municipios no certificados, fue de seis mil 722.

Ahora que está terminando 2017, es pertinente poner la mirada sobre hechos y fenómenos que son de común ocurrencia en estos meses y días. Uno de ellos es la reprobación, más conocida como “pérdida” del año escolar, que genera repitencia y deserción en los planteles.

Estos son fenómenos que están atados a la cobertura o al acceso a las aulas. Porque, en cifras, resulta escandaloso que por lo menos 35 mil estudiantes de la educación básica y media, o reprueben o deserten durante el año escolar en el Tolima, incluyendo Ibagué (2013).

El Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina, Siteal, se ocupó del tema del abandono o deserción escolar de los adolecentes en momentos en que cursan la secundaria baja o educación secundaria básica, como se le llama en Colombia; también la que ocurre en la secundaria alta, que para nosotros es la educación media. Porque si es cierto que ahora la reprobación es superior en números a la deserción, no por ello se debe olvidar este tema para encontrar las razones por las que los adolescentes desertan de las aulas.

El estudio de Siteal (2015) centra su análisis en dos temas: la inversión estatal requerida para intervenir sobre la deserción, y en segundo lugar, la extensión de la obligatoriedad de la secundaria baja y alta. En cuanto a inversión en educación, Colombia no está en los primeros lugares, porque al comparar los datos del gasto en educación en 2012 como porcentaje del Producto Interno Bruto, entre 2000 y 2012 pasó del 3.3 al 3.0 y, desde luego, estamos lejos de llegar al porcentaje de Cuba, del 17.1 por ciento en este último año.

Datos más recientes nos dicen que Colombia ha incrementado su presupuesto para educación, pero lo cierto es que la financiación estatal está centrada en el pago de salarios y prestaciones sociales del personal y en las inversiones que demanda el programa de Jornada Única en el gobierno de Santos.

Las transferencias para calidad educativa, principalmente las que se destinan para alimentación escolar, siguen decreciendo, lo que es grave porque precisamente la alimentación escolar es una de las estrategias dirigidas a mejorar el acceso y la permanencia de los estudiantes en las aulas.

En cuanto a la obligatoriedad de la educación media, ésta se extendió a los dos grados de educación media, es decir, hasta el grado once de bachillerato, en la ley de plan del actual período presidencial.

 

¿Por qué los adolescentes desertan?

En el estudio de Siteal a que hacemos referencia se establece que “El abandono escolar es un tema que despierta gran interés en la sociedad y particularmente en la comunidad educativa. Esta preocupación se refleja en la profusa y permanente producción de informes, documentos e investigaciones”, sobre este tema.

Dicha aseveración es válida para Colombia y el Tolima. Lo que falta es el desarrollo de estrategias dirigidas a intervenir sobre este fenómeno. No todas tienen altos costos financieros y sirve de guía el desarrollo del derecho a la permanencia y la obligación estatal de adaptabilidad, como parte del núcleo esencial del derecho a la educación.

Vanesa D’Alessandre y Marina Mattioli, autores del estudio de Siteal, agrupan las posibles razones de la deserción escolar en factores endógenos y exógenos, institucionales e individuales entre los que están las “condiciones de marginalidad, pobreza, vulnerabilidad social, la inestabilidad económica, el mantenimiento de tasas de bajo crecimiento y alto desempleo en las sociedades” (p.12).

Se reconoce, entonces, la “multiplicidad de factores asociados” al abandono escolar entre los que están los factores relacionados con el ingreso de las familias, que ocurre cuando no cuentan con los recursos financieros para atender los costos que demanda el envío y la permanencia de los estudiantes. Que existan carencias económicas en las familias está asociado con la incorporación de los adolecentes al trabajo: “La intensificación de la participación de los adolescentes en las dinámicas familiares destinadas a garantizar su subsistencia”.

 

La permanencia en las aulas como derecho fundamental

Es pertinente recordar que uno de los derechos fundamentales a la educación, que puede ser exigible a través de tutelas cuando sea vulnerado, es el derecho a la permanencia escolar que, de acuerdo con sentencias de la Corte, implica que no se debe expulsar tan fácilmente a un estudiante que ha cumplido el régimen disciplinario; no se le puede excluir de las aulas por vivir en unión libre, por motivos de embarazo, o porque sean homosexuales, o por usar pelo largo y, de esta manera, se vea afectado su derecho al libre desarrollo de la personalidad.

El estudiante tiene el derecho al debido proceso y el derecho a la defensa cuando se le acuse de la comisión de una falta contra el Manual de Convivencia; tiene, entonces, el derecho a la revisión de notas, todo ello dirigido a garantizar su permanencia en los establecimientos educativos.

 

Algunas cifras preocupantes

Que en 2016, en los 46 municipios no certificados del Tolima, el total de desertores hubiere llegado a la cifra de seis mil 722 y que la mayor cantidad ocurriera en la educación básica secundaria (de Sexto a Noveno grados) debe ser motivo de preocupación. Del total de desertores en los 46 municipios, tres mil 27 cursaban la educación secundaria y la tasa de deserción de este nivel educativo fue de 5.4 por ciento ese año.

Del anterior balance se concluye que uno de los problemas de nuestro sistema escolar es su poca capacidad para retener en las aulas a quienes se matriculan y, para ello, habrá que pensar sobre qué hacer. Entre las estrategias por desarrollar está el incremento de la cobertura de la educación preescolar, porque estudiantes que acceden a este nivel educativo son menos propicios a la deserción.

Habrá que inventar muchas acciones y decisiones para evitar tanta reprobación escolar; incrementar la cobertura de la alimentación escolar; hacer más agradable y placentera la permanencia de los estudiantes en los establecimientos educativos y desarrollar currículos pertinentes para que se enseñe lo que interese a los estudiantes y padres de familia.

 

20 colegios de excelencia en Ibagué, según la clasificación del Icfes 2017

Son 20 los planteles educativos oficiales y privados de Ibagué los que alcanzaron la categoría A+, equivalente a Muy Superior, según la clasificación que hace el Icfes con base en los resultados de las pruebas Saber 11 de los últimos tres años, de ellos seis son instituciones educativas oficiales y 14 no oficiales o privadas.

En la siguiente categoría de desempeño académico de los planteles educativos, diez logran la categoría A, equivalente a la Superior de antes; 46 se ubican en la categoría B y 17 de la C. Ninguno está en la categoría D, la más baja.

Según esta clasificación, divulgada por el Icfes el sábado anterior, las instituciones educativas oficiales de categoría A+ se duplicaron en el presente año en relación con 2016, al pasar de ser tres a seis. Estas instituciones oficiales que alcanzan la categoría muy superior o de excelencia en cuanto a rendimiento académico de sus estudiantes son: Santa Teresa de Jesús, Exalumnas de La Presentación y Leonidas Rubio, que repiten; Amina Melendro de Pulecio, Liceo Nacional y Nuestra Señora de Fátima, que ascienden de categoría superior (A) a muy superior.

Los 14 colegios privados que logran la categoría muy superior (A+) en la vigencia 2017 son: San Bonifacio de Las Lanzas, Colegio Inglés, Samanes Champagnat, Campestre, Tolimense, Cisneros, Los Robles, La Presentación, Comfenalco, San Isidro Labrador, María Inmaculada, Eucarístico y Académico Rosarista.

luiseduardochamorro10@gmail.com

Credito
Luis Eduardo Chamorro - Especial para EL NUEVO DÍA

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