Por ello la invitación para que cada una, desde el ámbito en que se desenvuelva: casa, colegio, trabajo, vecindario, etcétera, contribuya a revertir el daño causado y adopte comportamientos que aporten para lograr un ambiente y un mundo mejor para nosotros, y las generaciones que vienen.

Si se detiene a reflexionar sobre el tema, se dará cuenta que aún con pequeñas acciones de la vida cotidiana es posible contribuir a este gran cometido. No hace falta renunciar a la comodidad, solo revisar hábitos y tomar conciencia de la importancia de asumirlo con determinación, disciplina y compromiso, entendiendo que es responsabilidad de todos y que no se puede evadir ni postergar.
Comience por ahorrar agua. Abra la llave solo en los momentos necesarios, no la deje corriendo mientras se enjabona el cuerpo, el pelo, las manos, o la loza en la cocina. Además, cierre bien las llaves de agua o repare aquellas que gotean, puesde gota en gota se desperdicia mucho líquido.

Abra cortinas o ventanas para iluminar los ambientes. Aproveche al máximo la luz natural y prenda las bombillas solo cuando sea necesario. Utilice bombillos de bajo consumo. Pueden ser un poco más costosos, pero compensará con el ahorro que logra. No prenda la luz en todas las habitaciones a la vez, hágalo solo en los espacios que lo requiera.

Desenchufe los aparatos eléctricos cuando no los esté utilizando, de no hacerlo siguen consumiendo energía. Si puede cambiar las cisternas por las ahorradoras de agua, hágalo, si no le es posible, puede mermar un poco el consumo haciéndole un truco: sumerja en ella una botella de plástico con agua.

Ducharse por largo tiempo consume mucha agua. Considere reducirlo, junto con el de los niños mientras se bañan. Minimice la generación de residuos en cada lugar que pueda y reduzca el consumo de plástico al máximo. Cuando salga de compras lleve una bolsa.

Al visitar parques o espacios de naturaleza, no arroje basura ni deje desechos. Recójalos para luego ponerlos en los contenedores correspondientes. Al comprar electrodomésticos, asegúrese que sean ahorradores de energía. No compre flora o fauna protegida, es un delito y además contribuye a su extinción.

Recuerde que sus hábitos cotidianos tienen mucho que ver con la calidad del ambiente y que es imprescindible usar con moderación estos preciosos bienes que son escasos. Usted puede ser un agente de cambio, con su ejemplo y convocatoria contribuirá a que en su hogar, su trabajo y su comunidad próxima también adquieran o modifiquen ciertos hábitos.