En general, los colombianos no somos tan buenos para leer y escribir. Es un problema que afecta a ciudadanos, de todos los niveles de formación académica, desde quienes han cursado grados de primaria hasta quienes han llegado a la cumbre de los posgrados.

Para saber qué pasa y dónde está la fuente del problema, se puede recurrir a los recientes resultados de las pruebas Pisa, a los resultados de la Encuesta Nacional de Lectura realizada por el Dane en el 2017, pero divulgados en abril del 2018; a los resultados de las pruebas de Lectura Crítica Saber 11 del año 2019 y muchas otras fuentes de datos.

Las pruebas Pisa de este año, con datos recolectados en abril y mayo del 2018 a 8 mil 500 estudiantes de 250 planteles educativos, nos dicen que en Colombia los estudiantes evaluados tuvieron puntajes inferiores a los del año 2015, 13 puntos menos al pasar de 425 a 412 unidades en lectura, 75 puntos por debajo del puntaje promedio de los países de la Ocde y bastante lejos de los 550 de Singapur, el mejor en estas pruebas de lectura.

Según la Encuesta Nacional de Lectura realizada por el Dane, divulgada en abril del 2018, se establece en 5.1 el promedio de libros leídos por persona de cinco años o más en los últimos 12 meses. En Ibagué ese promedio está por encima del nacional con 6.1 libro promedio leído entre 32 ciudades, por lo que ocupó el cuarto puesto entre ellas, lo cual es un dato positivo para la capital tolimense.

En Ibagué se prefiere la lectura de soporte impreso en un 85.5% de los lectores, cifra superior a quienes prefieren la lectura de soporte digital, el 70.4%.

Los niveles de lectura de los estudiantes

Generalmente se hace referencia a tres niveles de lectura, el literal según el cual se establecen los significados de un texto, tal como lo dicen las palabras y las oraciones que lo integran; un segundo nivel, la lectura inferencial ocurre cuando se encuentran segundos significados en los textos, se va más allá de lo que dicen los párrafos, se va del lenguaje denotativo de información literal al texto connotativo que permite diferentes interpretaciones, tal como ocurre en el lenguaje literario.

Lo deseable es que los lectores y principalmente los estudiantes de todos los niveles, adquieran y dominen las competencias de una lectura crítica, para lo cual es pertinente comenzar por tener los fundamentos de un pensamiento crítico que permita la comprensión integral o global del contenido de un texto.

La lectura crítica exige la emisión de juicios de valor, razonar, argumentar, analizar, dialogar con lo que se dice en un texto y, tácitamente, dialogar con lo que dice un autor, confrontado con lo que dice otro, sobre el mismo asunto. Las pruebas de lectura crítica que realiza el Icfes tienen la intención de evaluar estas y otras características propias de la lectura crítica.

Los promedios ponderados de las pruebas de lectura crítica de Saber 11 del 2019, nos dicen que hay coincidencias entre la clasificación de los planteles educativos que obtienen los mejores puntajes en lectura crítica con los promedios globales basados en los resultados de las cinco pruebas.

Así, los cinco promedios más altos lo obtienen, en su orden, el colegio Inglés, Los Samanes, San Bonifacio de Las Lanzas, el Gimnasio Los Robles y Champagnat, todos de carácter privado, ubicados en Ibagué. La primera institución educativa oficial en esta prueba es Santa Teresa de Jesús.

Lectura crítica en bachilleres

Los resultados que divulga el Icfes permiten saber, a grandes rasgos, cómo están los estudiantes del grado 11 que se gradúan como bachilleres, en la prueba de lectura crítica.

Los resultados de cada prueba presentada por los estudiantes de grado 11, se categorizan en cuatro niveles de desempeño en el que el nivel 1 es el más bajo y el 4 el mejor.

Se hace una distribución porcentual de los estudiantes según estos niveles, lo cual permite afirmar que en Colombia, en el año 2019, un 12% logró el nivel desempeño 4 en la prueba de lectura crítica, el Tolima, el 9%; en Ibagué el 15%, dato que ubica a la capital del Tolima por encima del porcentaje de Colombia.

En los colegios privados, en general, el 22% de los estudiantes se ubican en el nivel de desempeño alto en lectura crítica.

Si un padre de familia de Ibagué, seleccionara el plantel educativo apropiado para que sus hijos logren un desempeño alto en lectura crítica, que es la deseable, tendría que optar, en primer lugar a un colegio privado.

Los seis colegios privados en los cuales más de la mitad de los estudiantes de grado 11 alcanzaron el nivel 4 en lectura crítica, son en su orden: Colegio Inglés, el 80% de sus estudiantes; San Bonifacio de las Lanzas, el 78%; Los Samanes, el 65%; Colegios Champagnat, Gimnasio Los Robles y Europeo Villa Alejandra, el 50% de sus estudiantes alcanzaron este nivel.

En Ibagué, no hay instituciones educativas oficiales más allá del 50% de sus estudiantes en el nivel desempeño 4 en lectura crítica. Pero los dos mejores, son en su orden, Santa Teresa de Jesús con un 36% de sus estudiantes y el Liceo Nacional con un 31%.

Se puede afirmar que la situación crítica está en esos planteles educativos oficiales y privados donde ningún estudiante alcanza el nivel 4 de desempeño.

En esta situación están las instituciones educativas oficiales Nelsy García Ocampo, San Bernardo, Luis Carlos Galán, San Juan de la China, Los Laureles, Maximiliano Neira, San Luis Gonzaga y Modelia, de Ibagué.

Singapur, el mejor en lectura

El hecho de que Colombia hubiere ocupado el puesto 58 entre los 79 países en los cuales se realizan las pruebas Pisa de Lectura, Matemáticas y Ciencias, causó cierta alarma en los días anteriores. También lo fue que en la prueba de Lectura, Colombia hubiere descendido en puntaje de 425 puntos  en el año 2015 a 412 en el año 2019, tal como ya queda dicho.

Pero también ha causado múltiples interrogantes el hecho de que sea China el país que haya ocupado el primer lugar en las pruebas Pisa de 2019, por encima de Singapur.

De una u otra manera, los colombianos debemos poner la mirada sobre prácticas exitosas en los países asiáticos que nos están superando en estas pruebas estandarizadas internacionales y en el desarrollo educativo en general. 

Nos ocupamos de la lectura en este texto, entonces debemos recordar qué se hace en Singapur para que el desarrollo educativo sea el mejor, como mejor en su desarrollo económico hasta el punto de que sea el país con el Producto Interno per cápita más alto del mundo.

Su presupuesto para educación equivale al 20% del Producto Interno del país, es un país en el que la educación es un asunto prioritario y el interés por la lectura llega hasta el punto de que en todos los centros comerciales funciona una biblioteca. Es uno de los cuatro “tigres asiáticos”, de alto desarrollo económico, atribuible, en parte a su desarrollo educativo. 

Habrá que aprender mucho de Singapur y de China, que sea replicable en nuestro país.