Ruta del sabor tolimense

title
El Tolima sabe a avena, salpicón con helado, fritanga, tamales, viudo de pescado, lechona y raspao; además huele a mangostino, mamoncillo, mango y pan mariquiteño.

Este abrebocas de sabores y olores que despiertan los sentidos del tacto, gusto y olfato tienen su propia ruta, que inicia en Flandes y remata en cualquier calle colonial de Honda.

Y es que desde que aparece la frase ‘Bienvenidos al Tolima’ en límites con Cundinamarca cualquier turista puede saborear estas delicias de antaño que hicieron famosa a la tierra del Bunde y que son uno de sus principales atractivos.

Tras degustar del viudo de pescado a las orillas del Magdalena en Flandes y la Ciudad de los Puentes, todos los caminos del Departamento invitan a saborear los propios manjares de cada una de estas poblaciones, es así que quien viene por Espinal se topa con la suculenta lechona, la exquisita avena, la fría chica y un delicioso tamal, pero si el comensal quiere comer más le tienen achiras, almojábanas, olorosos quesillos, mantecadas y bizcochuelos.

Pero si el calor es sofocante, arrímese a Chicoral, donde un delicioso salpicón con helado le baja la temperatura, los cuales son ofrecidos a lo largo de la entrada al corregimiento espinaluno y bajo frondosos árboles.

Continuando el recorrido haga su parada en Gualanday, donde los mangos, los cocos, las piñas y las guamas atrapan las miradas de los viajeros, quienes no la piensan dos veces para caer en la tentación de estas frutas tropicales.

Si el recorrido es hacia el norte del Tolima, en Venadillo le ofrecen los huesitos de marrano, una fría avena y la inmortal fritanga.

Ya en Mariquita se va a mezclar entre miles de panes mariquiteños que venden en todas las panaderías del municipio y el exótico mangostino, que, según la leyenda, tiene poder afrodisíaco.

Remate este ‘paseo’ gastronómico en Honda, degustando suculentos viudos de pescado, al borde del río.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios