La biografía ‘tolerada’ de Gabo

title
Escribir la biografía de Gabriel García Márquez es un trabajo que seduce y al mismo tiempo intimida a cualquier biógrafo. Gerald Martin, un escritor inglés enamorado de Latinoamérica, decidió asumir el reto de recopilar y escribir lo que él llamaría una ‘biografía tolerada’.

El reto de escribir la biografía le llevó 20 años, tiempo en el cual viajó a cada sitio que visitó el escritor colombiano, donde se entrevistó con cerca de 300 personas entre familiares y líderes políticos que conocieron al único premio Nobel.

Martin se considera un latinoamericanista por la atracción que siente hacia la literatura que emerge de estas tierras. En efecto, es autor de otros libros dedicados a la literatura latinoamericana como ‘Journeys Through the Labyrinth’ (Viajes por el Laberinto), ediciones críticas de ‘Hombres de maíz’ y ‘El señor presidente’, del guatemalteco Miguel Ángel Asturias.

El autor de la biografía ‘Gabriel García Márquez, una vida’ habló sobre la relación entre la vida del Nobel y sus obras, sobre su interés por la literatura latinoamericana y sobre las críticas que han suscitado entorno al abordaje del libro.

LOS CIEN AÑOS DE GABO

El libro tiene un tono similar a ‘Cien años de soledad’, ¿es intencional?

Me sorprende, algunos lo han dicho. He tratado de buscar un tono que sea un poco diferente, una especie de narración que no solo fuera estilo biográfico, un tono más Cervantino. Lo que sí es verdad es que en la vida de Gabriel García Márquez se refleja mucho la obra de Gabriel García Márquez.

Algunos han comentado que leer esta novela es como leer una obra de Gabo, no es por lo que yo hago sino por la materia, la vida picaresca, la vida tragicómica que él ha llevado.

- ¿Qué relación encuentra entre Gabriel García Márquez y sus obras?

Si uno lee ‘Cien años de soledad’, que a pesar de parecer la historia de Colombia en cien años de historia, es también la visión de mundo que tenía Gabo cuando tenía 8 ó 9 años. Gabriel García Márquez cuando era niño vivió en un mundo maravilloso, pero a la vez prodigioso y aterrador. Esa mezcla es algo que se ve en sus novelas.

Con una tenacidad especial y ambición increíble, llega finalmente a ser quizá el escritor más famoso del mundo y el escritor con más amigos y conocidos de los centros más poderosos del planeta. Su historia es como un cuento de hadas, es algo increíble que él no escribiera.

- ¿Esa admiración se volvió una obsesión?

La admiración ha crecido y es la parte normal de un biógrafo, registrar su propia admiración y tratar de controlarla y organizarla, hacerse las preguntas y críticas para mantener cierta distancia.

Si hay algo que creo que he logrado es escribir una obra objetiva y distanciada y a la vez amistosa.

- ¿Hizo un árbol genealógico con la historia de Gabriel García Márquez para poder entenderla?

Eso ha sido muy complicado. Creo que soy la primera persona que ha puesto diferentes árboles genealógicos al final del libro para mostrar que el de la familia García Márquez es muy similar al de la familia Buendía en ‘Cien años de soledad’. Todo el mundo piensa que ‘Cien años de soledad’ es increíblemente complicado, pero la familia de Gabo es diez veces más complicada que la obra.

- ¿De las personas que entrevistó, cuáles fueron las más difíciles de tratar?

Hace 20 años que estoy haciendo este libro y en ese tiempo sólo una persona se ha negado a hablar conmigo. La gran suerte fue que Gabriel García Márquez es colombiano, y que yo he hecho más de la mitad de mi trabajo en Colombia. Este es el país de la gente más abierta, hospitalaria, servicial y generosa que se puede imaginar.

En Colombia la gente está dispuesta a hablar, es el país más hablador que yo conozco. Cuando le preguntaban a Gabo qué era lo que más extrañaba de Colombia, dijo que la “conversadera”.

La única dificultad que he tenido, es que Gabo ha vivido en todo el planeta. La logística ha sido increíblemente complicada. Pero no porque exista una dificultad para hablar con la gente.

- ¿Aún así con los miembros de la familia García Márquez?

La familia es numerosa, variada y complicada. Algunos más fáciles que otros. La familia García Márquez es más simpática de lo que uno pudiera imaginar. Son -y no lo digo de una manera peyorativa- como los Buendía en ‘Cien años de soledad’, en el sentido de que es gente simpática, chistosa, y sociable. El país del realismo mágico

- ¿Conocía Colombia antes de comenzar con la biografía de Gabo?

Casi no. Comencé a viajar a Latinoamérica hace más de 40 años. Había vivido un año en México y viajado por todo el continente. Pero la parte colombiana había sido dos semanas.

Antes de iniciar este proyecto tenía esas dos semanas de vivencia en Colombia, tres novelas que había leído: ‘María’, ‘La vorágine’ y ‘Cien años de soledad’, y un montón de lecturas sobre la historia y política colombiana. Pero de los países grandes de América Latina era el que menos conocía.

- ¿Qué ocurrió cuando llegó por primera a vez a Aracataca, el pueblo donde nació Gabriel García Márquez?

Es una de las cosas difíciles. Cuando tú llegas al lugar que él ha descrito, desde el comienzo es una cosa casi mágica. Tú vas con una cuestión mítica que de alguna manera tratas de resistir.

Cuando yo llegué hacia el año 90 a Aracataca y vi la estación con los trenes amarillos, fue difícil resistirme a ese misticismo.

El impacto fue enorme, y es parte de lo que uno tiene que hacer, que es saber acercarse mucho y después alejarse para preguntarse por lo que ve. Eso traté de hacer y algunos críticos han dicho que lo he logrado.

- ¿No es la primera vez que se acerca a un escritor latinoamericano, qué lo atrae de la literatura latinoamericana?

Desde niño lo que me atraía era lo diferente, lo exótico. Siempre pensaba que América Latina era fascinante, y que Inglaterra tenía muy poco que ver con América latina. Y fui por casualidad a un colegio en el que hablaban español.

A los 14 años leí mi primera novela latinoamericana; era mexicana y se llamaba ‘Pensativa’, que es el nombre de una mujer mexicana que lideraba un movimiento cristero en México en los años 20. Yo pensaba que eso era absolutamente maravilloso. Pero eso fue desde niño.

Credito
COLPRENSA

Comentarios