Mitos y realidades de la Ugpp

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El asiduo ejercicio fiscalizador que viene adelantando la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales (Ugpp) ha generado en el país un sinnúmero de opiniones que pasan desde el asimilar su tarea como una sana necesidad de control tributario, hasta la emisión de epítetos que concluyen en plantear su actividad como leonina, improvisada o desacertada.

Al margen de la posición u opinión, no se puede negar que ha develado y reabierto discusiones en torno a las políticas de remuneración de las organizaciones y su engranaje con las normas tributarias vigentes, donde las políticas económicas y fiscales del país han generado “torbellinos de interpretación” sobre los pagos a los empleados dentro de un entorno normativo laboral menos cambiante.

Quizás un compendio de los requerimientos hechos por la entidad deja entrever que cada vez hay una más alta tolerancia a la existencia de pagos no salariales y su correspondiente exclusión de las bases de aportes. De igual forma una mayor aceptación de los diversos puntos de vista sobre los gastos operacionales, donde no necesariamente hay una única letra escrita gracias a los diferentes focos de negocio existentes en el mercado, que permiten justificar, como necesarios, gastos en un sector económico donde quizás en otro no lo sea y por otro lado, lastimosamente, también deja a la luz innumerables imprecisiones en la administración de los pagos por parte de las compañías. No hay peor mal para las organizaciones que la desarticulada especialización de sus áreas.

Resulta claro que el tremendismo generado por el génesis fiscalizador de la entidad ha sido de alguna forma apaciguado por las normas laborales aún vigentes, que quizás en un ambiente tributario en alguna medida ajeno a ellas, pudiesen haber pretendido en un comienzo su tangencial desconocimiento o correcta aplicabilidad.

No hay que dejar de lado que persisten, aunque en menor medida, interpretaciones contrarias entre la unidad y las posiciones adoptadas por los empleadores, donde pareciese que la correcta forma de calcular el denominado ingreso base de cotización, fuese una discusión de nunca acabar y que palabras como bonificaciones habituales, auxilios, viáticos, capacitación, salario integral, vacaciones y aportes voluntarios a pensión, fueran entre otros, conceptos que apenas se estuvieran delineando en un argot retributivo que ha convivido con ellos por décadas.

De otro lado, resulta no menos importante recalcar la seriedad con la que debe asumirse las visitas de la entidad, la consistencia que debe tener la información que se remita, las explicaciones y sustentos que deban proporcionarse y lo más importante: la adecuada respuesta y verificación a cada uno de sus requerimientos, pues una mala interpretación puede acarrear onerosas cuantías que no siempre son reflejo de la realidad. Empresarios: a revisar sus estrategias retributivas para garantizar una correcta aplicación normativa sobre ellas y a preparar sus mejores dotes de anfitrión ante una necesaria visita.

Credito
EL NUEVO DÍA

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