Y, nuevamente, recordemos a Minsky

Existen algunas noticias (o algunas cuñas comerciales) que no dejan de causar asombro y, por qué no decirlo, algo de susto. Entre ellas, las que más me asustan son los créditos de pague en un año o dos años, pero las que me dejan sin dormir tienen que ver con el hecho de que se empiecen a dar créditos sin tener en cuenta la historia crediticia.

Ya la historia de hace ocho años nos mostró el peligro de aprobar créditos a personas que no tienen la capacidad de pagarlos, especialmente cuando las tasas de interés empiezan a subir. Esto fue, en términos sencillos, lo que sucedió con la crisis hipotecaria en Estados Unidos, con las consecuencias que ya todos conocemos.

Cabe recordar que estos eventos pusieron muy de moda el nombre de Hyman Minsky, hasta ese momento un economista relativamente desconocido y olvidado, pero que habló de los tres momentos de la deuda, siendo el último cuando ya se presta dinero a personas que no tienen suficiente capacidad de pago.

Existen muchos factores que llevan a la economía a este tipo de escenarios, pero muchos se pueden juntar. Es claro que los destinatarios de créditos “buenos” se acaban, porque es un mercado escaso. También, en épocas de desaceleración económica, en las cuales se empiezan a perder trabajos, baja la capacidad de pago de muchas personas, lo cual hace que se ahonden mucho más esos momentos relatados por Minsky.

Lo que debe venir después es un ajuste doloroso: una vez se desata algún problema crediticio, la forma más fácil de solucionarlo es mediante la aplicación de medidas extremas. Muchas veces, incluso como ocurrió en muchas partes del mundo en 2008, con necesidad de fondos públicos para soportar la economía y el correcto funcionamiento de las partes.

Según lo relató Minsky, esos momentos se presentan cada tanto, y lo peor es que todo el mundo lo sabe. Pareciera que caer en los mismos es una profecía autocumplida. Cabe decir, también, que hace algunos días el gremio bancario colombiano anunció que sería más estricto en la asignación de créditos por el momento coyuntural en el que estamos, pero aún así, cuando salen propagandas como las que les relaté al principio, siempre le corre a uno un pequeño susto por todo el cuerpo.

El momento actual es complejo, especialmente porque se juntan factores que se califican altamente disímiles, como son una menor actividad en la economía general, pero con una inflación que galopa durante los últimos meses. Esto ha llevado a tasas de interés más altas, y ahí cada crédito nuevo no bien asignado (es decir, asignado en el tercer momento de Minsky), es más gasolina al fuego.

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