Según María Luisa Latorre, doctoranda en Salud Pública en la Universidad Nacional, el chupo de entretención puede jugar un papel muy importante como factor protector del síndrome infantil de muerte súbita (SIMS). 

“Tal vez, la dificultad más grande para cambiar la idea radica en que existe la creencia de que el chupo disminuye la lactancia materna”, señala la investigadora, quien añade que la succión es el primer acto reflejo que tiene cualquier persona, por lo cual algunos especialistas defienden el chupo como elemento que contribuye a disminuir el riesgo de muerte súbita durante el sueño. 

El SIMS es alto en algunas ciudades del país, entre ellas Bogotá, donde la prevalencia es de 1,08 por mil nacidos vivos. La edad en la que ocurre es antes del primer año de vida y tiene un pico entre los dos y cuatro meses de edad. 

Latorre explica que el chupo de entretención utilizado antes del primer año de vida no tiene efectos significativos en el desarrollo de la maloclusión (mal alineamiento de los dientes del maxilar superior con los del maxilar inferior), teniendo en cuenta que el hábito se interrumpe tempranamente. 

La experta comenta que algunos estudios han evidenciado la asociación entre maloclusión y uso de chupo en niños mayores de 3 años, en los cuales persiste el hábito; mientras que en niños menores, los efectos iniciales son usualmente reversibles. 

La doctoranda recuerda que este síndrome es extraño en el primer mes de vida, por lo cual a los bebés se les puede ofrecer después de este tiempo, cuando ya esté instaurada la lactancia materna. No obstante, hay estudios de cohorte que no han mostrado diferencias en la duración de la lactancia entre los bebés que usan chupo y los que no. 

Latorre reitera que si el bebé no lo recibe, los padres no se deben angustiar. Lo más importante es acostarlo boca arriba y adelantar otras prácticas de sueño seguro: no fumar, no usar almohadas, cobijas en exceso, muñecos entre la cuna ni gorro. Además es importante que el bebé esté en el mismo cuarto de los padres, mas no en la misma cama. 

Los lactantes que están siendo amamantados tienen una mejor capacidad de despertarse ante la posibilidad de asfixia durante el sueño, especialmente entre los dos y tres meses de edad. 

Hay que tener en cuenta que la protección inmunológica que la leche materna confiere es importante para proteger a los infantes durante el periodo de vulnerabilidad al que se enfrentan en los primeros seis meses de edad. 

“Existe evidencia de que la lactancia materna proporciona mayores niveles de ácido docosahexaenoico (DHA), un ácido graso esencial en la maduración neuronal, importante para mejorar la capacidad de alerta del lactante”, sostiene. 

Las investigaciones realizadas sugieren que el uso de este objeto en el momento del sueño puede ayudar a regular el control autonómico, uno de los principales aspectos en el proceso fisiopatológico de esta enfermedad. 

Así, puede ser usado en infantes con lactancia materna, una vez se ha logrado un proceso efectivo de la misma; y se debe recomendar solo durante periodos de sueño, hasta el año de edad. 

En países como Austria, el 80 % de los niños usan chupo, mientras que en Bogotá, de acuerdo con la encuesta realizada en el 2010 a 1.101 padres y cuidadores de lactantes, menos del 8 % lo usa.