Temor en la calle 18 de La Aurora

 SUMINISTRADAS - EL NUEVO DÍA
En los últimos meses cinco perros han muerto. Los vecinos señalan que la calle 18 se ha convertido en el temor de todos, ya que los caninos y gatos que transitan por esta vía terminan envenenados.

La muerte de Randy, un perro beagle de cinco años, encendió las alarmas entre los habitantes de la urbanización La Aurora y sectores aledaños. Albeiro Sabogal, propietario del can, inició una campaña para que la Policía Ambiental dé con los responsables, pues no es el primer caso de muerte animal por causa de envenenamiento. 

Sabogal señaló que su perro murió hacia las 12 del mediodía el viernes, en los alrededores del parque central de la calle 18 con carrera 17, al parecer, al haber ingerido veneno para exterminar ‘chuchas’. 

En sólo 10 minutos el sistema nervioso de Randy colapsó sin que los vecinos pudieran hacer mayores esfuerzos para auxiliarlo.

La familia Sabogal alzó su voz para exigir el control del uso de los venenos empleados por ciertas familias para exterminar a los masurpiales que provienen de la zona boscosa contigua a la calle 18. 

La presidenta de la Junta de Acción Comunal, Floralba Muñoz, afirmó que el problema se ha venido presentando desde hace años, aunque se ha asentado más en los últimos tres meses. 

Según Muñoz, los propietarios de los perros son los responsables de estar al pendiente de sus mascotas y conservarlos en casa. Para la vocera de la JAC, los perros deben permanecer con bozal y con correa siempre que salgan a la calle. 

“Los propietarios de los perros son responsables de dejarlos tanto tiempo en la calle. Dejan perros de 5 de la mañana a 11 de la noche exponiéndolos a que los envenenen o maltraten o los atropelle un carro. Estamos contra el maltrato animal, pero también ambiental”, señaló Muñoz.

¿Y los responsables... 

Los afectados optan por conservar el nombre de los presuntos responsables, como bien lo dice el adagio popular, “en reserva del sumario”, para evitarse problemas o roces con sus vecinos.

También, porque al no tener pruebas “todo sería una calumnia”. 

Luis Alberto Rico, habitante de la calle 18, afirmó no estar de acuerdo con los mecanismos usados para exterminar las denominadas ‘chuchas’ porque también afectan a gatos y ardillas que se suben en los tejados y a los perros que se pasean por dicho sector. Califica las acciones como un crimen premeditado.

Según Rico, muchos de los vecinos se molestan porque los perros hacen sus necesidades sin que nadie se ocupe de recogerles. Por esta razón, optarían por envenenarlos y resolver el problema.  

“Se tiene que encontrar al responsable, porque si una persona asesina a un animal también puede ser un niño u otra persona”, afirmó Sabogal. 

Luisa Inés Zabala Rubio, habitante del barrio La Paz, también fue víctima de este tipo de crimen. Dos perros, un criollo y un labrador, fueron envenenados. Murieron frente a su vivienda. 

La afectada dice no saber quién es el responsable, pero sólo pidió a los vecinos tener mayor cuidado con este tipo de sustancias que pueden poner en peligro la vida de los niños que juegan en el parque. 

Los sobrevivientes 

María del Tránsito Carodozo es habitante de la calle 18. Desde hace años recogió cinco perros criollos para el cuidado de la casa. Tres de ellos han resultado envenenados. El más especial, Flaco,  salió victorioso de esa batalla con la muerte. “Ese Flaco tiene las siete vidas, le han pegado y lo han envenenado, pero ahí sigue”, recordó la mujer. 

Beatriz Helena Escobar recordó que sus perras hace dos meses y medio resultaron envenenadas. “La veterinaria me dijo que les habían dado veneno para matar ‘chuchas’. Casi se me mueren. Es más, son más animales los que matan a los perritos. Pido que no los envenenen; si no les gusta que se ensucien en el parque pues se recoge”, señaló la afectada. 

Credito
CLAUDIA PATRICIA MELO A. REDACCIÓN EL NUEVO DÍA

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