En su 50 aniversario, las Farc reiteran que no están derrotadas

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Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timoleón Jiménez’ o ‘Timochenko’, máximo comandante de las Farc, aseguró en un video publicado en todas las páginas de Internet de esa guerrilla que “las Farc no está negociando en La Habana por estar derrotadas militarmente, sino por un interés genuino en una paz efectiva”.

Esta publicación se hace en el marco del aniversario de las Farc, que ya cumplen 50 años de existencia, mientras participan por tercera vez en su historia, en un intento por conseguir una paz negociada con el Gobierno nacional.

A lo largo del video, que dura casi 27 minutos, el jefe guerrillero hace fuertes críticas al gobierno de Juan Manuel Santos, hablando sobre su “ánimo guerrerista” y “constantes ataques a nuestras fuerzas”, mientras se está en la búsqueda de la paz.

‘Timochenko’ también critica el “doble discurso” del presidente Juan Manuel Santos quien, durante su campaña reeleccionista, ha afirmado que “una de las ventajas que traerá el fin del conflicto sería una mayor inversión social, con los recursos que hoy se destinan a la guerra”, mientras el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, afirmaba que “ante la eventualidad de un acuerdo de paz ni un solo peso destinado a las Fuerzas Armadas será disminuido, ni tampoco será reducido el pie de fuerza”.

El jefe guerrillero terminó su discurso diciendo que “estamos en el proceso de paz porque creemos en la capacidad de discernimiento del pueblo colombiano y en la lucidez de la inmensa mayoría de compatriotas”. En este sentido, convoca a “una gran movilización social que sea capaz de atravesarse en los planes de los enemigos de la paz y alcanzar la instancias del poder para imponer las reformas necesarias en Colombia”.

Para él, “la Mesa de Conversaciones es la oportunidad de impulsar ese torrente popular que busque esas reformas por la vía de la movilización civil y democrática”.

Constituyente

En una declaración hecha por la delegación de paz de las Farc, volvieron a insistir con el tema de la Asamblea constituyente como “única forma de transformar la democracia de nuestro país, en aras de tener una paz estable y duradera”.

En esta ocasión presentaron 10 propuestas en torno al tema, las cuales conformarían los lineamientos generales bajo los cuales se realizaría dicha asamblea. Entre estas, está la propuesta de “desmontar los poderes mafiosos y las estructuras narco - paramilitares”, “la desmilitarización de la vida social”, “recuperación de la riqueza natural” y el “establecimiento de una nuevo modelo económico, para el buen vivir de los colombianos”.

Esta propuesta la lanzan en La Habana, a pesar de que oficialmente no se ha anunciado ningún espacio para discutir una constituyente y de que el Gobierno insiste en que no aceptará una nueva constituyente.

“Farc, un Ejército con un reparto político en consolidación”

Bogotá

(*) El director del Centro de recursos para análisis de conflictos (Cerac), Jorge A. Restrepo, analiza la situación actual de las Farc.

Las Farc que nacieron como un movimiento campesino o de carácter comunista, son hoy en día un ejército que aunque disminuido sigue siendo una estructura militar jerarquizada con capacidad de adelantar operaciones militares tanto de corte terrorista como con acciones militares ofensivas en contra de la Fuerza Pública.

Las Farc de hoy en día son una fuerza muy poco articulada, en términos de la capacidad de hacer operaciones de orden regional o nacional.

Mantienen un poder de fuego basado en el uso de explosivos y fusilería, lo que quiere decir que no es una fuerza que hubiera alcanzado la posibilidad de realizar operaciones con uso de inteligencia o fuerza aérea por ejemplo.

Es una guerrilla que hoy en día esta disminuida, pero que tiene un número sustancial de combatientes que puede estar cerca a los 10.000 y que tiene una fuerza de apoyo que podría triplicar el número, esas son sus fuerzas logísticas, lo que ellos mismos llaman milicianos.

Adicionalmente, tienen cinco columnas móviles que son sus aparatos terroristas descentralizados, sobre los cuales tienen muy poca capacidad de control y que se especializan en operaciones de terrorismo, en el estricto sentido de la palabra, atentados contra la población civil, con uso de explosivos, secuestro y operaciones de comando.

Esto resumiría lo que son las Farc hoy en día, con un aparato político en consolidación y crecimiento, un aparato político muy fuerte, más de lo que muchos esperaban y de lo que se sabía que tenían las Farc, porque más que clandestino es la politización de sus fuerzas guerrilleras.

Tras el proceso de paz, viene una politización que incluye deshacerse del aparato militar y armado, además de consolidar el mando sobre las columnas móviles. De la misma manera, debe definirse la agenda política que creo, lo pueden estar haciendo durante la negociación, que sea centrada en los territorios aislados y marginales de la población y que esté acompañada de un radicalismo en los temas nacionales.

Es muy probable que busquen el apoyo político en los territorios donde han hecho presencia en el pasado y allí deberán disputarlo contra los nuevos grupos políticos que están emergiendo en esas regiones.

“El postconflicto es realmente una decisión”

(*) El experto en temas de seguridad, democracia y defensa, Jairo Libreros, habla de los retos que enfrenta la institucionalidad de cara a una eventual dejación de armas por parte de las Farc.

Hay retos que son vitales en este proceso de paz y en especial en materia del postconflicto. Se trata de urbanizar a los desmovilizados de las Farc, sus milicianos; incorporar en la vida política a sus diferentes cabecillas con suficientes garantías; impedir la estigmatización, promover un cambio cultural y blindar a los excombatientes.

En primer lugar, se ha pensado que van a aumentar las tasas de criminalidad en el país con una desmovilización, pero no hemos pensado en cómo vamos a urbanizar a un número importante de combatientes y milicianos, que si bien hacen parte de las Farc, no son personas acostumbradas a vivir en el monte. Tienen una vida urbana definida y, seguramente, aprovechando los beneficios que van a recibir, van a buscar un lugar de privilegio.

El segundo reto es cómo vamos a incorporar en la vida política a diferentes cabecillas, muchos conocidos, otros con un grado de clandestinidad, en puestos que permitan evidenciar que sus ideas políticas y los acuerdos de paz, van a tener realmente materialización en corto plazo. Vamos a tener en menos de cuatro años, ante un eventual postconflicto, congresistas, alcaldes, diputados, concejales y de pronto un Gobernador, y la incorporación política de esas personas será vital.

En algunos casos se podrán generar unos problemas muy fuertes de gobernabilidad por cuenta de la aparición de actores políticos con poder real, pero sin sustento ni base social suficiente para ejercer la política en plenas garantías.

El tema de la estigmatización, de ‘bloquearlos’ en las diferentes corporaciones públicas y las garantías de los derechos políticos como mandatarios o gerentes públicos, es un tema vital para que los acuerdos de paz funcionen.

Creo que el Gobierno colombiano no se ha preparado y un ejemplo claro es el caso de Gustavo Petro, quien dejó las armas en 1989, se incorporó a la sociedad civil y esta es la hora del partido que la gran mayoría de personas que rechazan su presencia en la vida política, argumentan que tiene las manos untadas de sangre. Si no queremos repetir la historia, de pequeños ‘Gustavos Petros’ a nivel territorial, se requiere un espacio de socialización para que las personas entiendan que hay que darles juego en la vida política, económica y social del país. Sino, la vida en Colombia será un desastre.

Se necesita un cambio de mentalidad en todos los sectores. El postconflicto es realmente una decisión que se debe incorporar a nivel social, para abrir espacios, se trata de tener una sociedad tolerante para lograrlo.

Por otro lado, está el reto de impedir que los combatientes sean reclutados por bandas criminales o de narcotráfico. Se trata de garantizar que los desmovilizados estén desempeñando oficios que el sector privado o público suministren y de evitar, con suficientes energías, que estas personas terminen abandonando los procesos de reincorporación y se dediquen a delinquir.

Así, los cinco primeros años serán los más importantes. Hemos avanzado en la tarea, los escenarios que se han diseñado son interesantes, pero todavía falta mucho ya que a la fecha no podemos decir que tenemos el proceso de paz ad portas de ser suscrito. La frase más clara es la siguiente: “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.

“Durante 50 años las Farc han mantenido una guera inútil”

(*) Armando Borrero investigador y sociólogo, exasesor de seguridad, hace un recuento histórico de las Farc en estos 50 años.

En la historia de las Farc hay fronteras difusas en las distintas etapas. Hace 50 años lo que hubo fue el ataque a Marquetalia, los guerrilleros que salieron de allí se denominan Farc, y lo que viene antes del ataque son autodefensas organizadas por el Partido Comunista en Chaparral (Tolima).

‘Manuel Marulanda’ es guerrillero pero de un grupo liberal y entra por uno de sus tíos políticos, Gerardo Loaiza, que luego monta la primera guerrilla donde milita tres años; es el año 52 donde pasa a la guerrilla comunista con Jacobo Prias Alape alias ‘Charro Negro’ y se instalan cerca a Bogotá, en Villarrica y Cunday, entre otros.

El ataque de Rojas Pinilla a estos grupos fue exitoso y muchos pasaron la Cordillera hasta llegar a La Uribe y otros al Tolima arriba de Planadas, en donde se instalaron y colonizaron.

En el proceso de paz de Alberto Lleras y ‘Marulanda’ es nombrado Inspector de Carreteras del departamento del Huila y luego vuelve a Marquetalia. A pesar de la tregua atacan al Ejército y se produce un robo a la Caja Agraria, ahí se produce el debate en el que Álvaro Gómez Hurtado califica a Marquetalia como ‘República Independiente’ y el presidente Guillermo León Valencia pensó que iba a ser fácil hacer lo mismo que había hecho con los bandoleros, y programa el ataque en mayo del 64.

El ataque se dio con un grupo pequeño al mando de José Joaquín Matallana, el general que para la época era Teniente Coronel y que juntó cerca de 1.600 hombres, que en una confusión histórica se han vuelto 16.000, lo cual es falso.

‘Marulanda’ y su grupo escapan hacia el Cauca en la zona controlada por Ciro Trujillo Castaño, allí se refugia y opera hasta tomarse el pueblo de Inzá, estuvieron perseguidos y pudieron sostenerse a pesar del asedio; luego se juntaron con otros grupos y en el año 67 conforman las Farc.

El inicio de las Farc es ese hasta que se da el ataque a Marquetalia, y eso fue como ir con un palo a molestar un avispero, una operación que no obtuvo los resultados esperados y que generó una guerrilla que tal vez nunca habría salido y se había podido manejar de otra forma.

La historia tendría hitos como la fundación de las autodefensas del Partido Comunista en el año 49, luego con la aparición de la guerrilla de Loaiza, en donde con 19 años milita ‘Marulanda’, luego en el año 52 y el 64 con el ataque a Marquetalia, posteriormente el 67 donde se constituyen como Farc.

El año 82 por el proceso de paz con Belisario Betancur que fue fallido, porque no se entendió el contrincante, y luego el genocidio de la Unión Patriótica, después el crecimiento de las Farc como una guerrilla rica con narcotráfico y de ahí en adelante hasta el Caguán que da paso a la reducción del número de sus integrantes, su derrota estratégica, sus golpes militares y el proceso que se esta llevando a cabo hoy. Ahora, la paz se enfrenta a dos posibilidades: o seguir un proceso largo y doloroso de descomposición de manera lenta porque el mundo de hoy ya no da para las economías campesinas, o firmar, aunque no sabemos si lo hagan esta vez, un proceso posible para firmar la paz. Han podido salir adelante por la financiación obtenida del narcotráfico y la crisis del agro, políticamente no han avanzado mucho y eso a pesar de ser muy fuertes militarmente. Durante 50 años las Farc han mantenido una guerra inútil que no ha llevado a nada, ni siquiera ha promover una democratización de la sociedad colombiana.

Credito
COLPRENSA

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