Enviado especial

La Habana (Cuba).- El segundo de los tres momentos más importantes que tendrá el ciclo 27 de la negociación del Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc para la terminación del conflicto que se cumple en la capital de Cuba se dará hoy cuando la mesa formalice la instalación de la llamada Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas.

¿Pero qué es para la mesa esta comisión que ha generado expectativa nacional e internacional? ¿Es la misma comisión de la verdad que siempre sale de los grandes procesos de paz que se han dado en el mundo?

Esta fue planteada y acordada por las partes con varios propósitos: el primero contribuir a la comprensión de la complejidad del contexto histórico del conflicto interno, pero segundo para entregarle mayores elementos de fondo y peso a Gobierno y guerrilla para el punto de las víctimas, el cual es el que precisamente están negociando y en el que se demorarán al menos unos cuatro meses más, es decir prácticamente hasta terminar este año.

La comisión por lo tanto en su condición de ser previa a la terminación del punto de víctimas y de recopilación de información, no es la comisión de la verdad, una instancia posterior que determina exitosamente el proceso de paz, se constituirá para conocer realmente lo que pasó.

Aunque ya tiene definido quiénes integrarán ese grupo, las partes hasta el momento han guardo suma reserva, pero se revelerá sus nombres el jueves, cuando se espera que sea presentada la comisión de manera pública.

Serán doce expertos y dos relatores. Estas catorce personas, según relató un vocero de la guerrilla, son conocedores de los procesos de paz, de los derechos humanos, del conflicto armado en Colombia y los que se dieron en otros países y tendrán independencia.

Los expertos deberán cumplir su misión en máximo cuatro meses, lo que se desprende que sería en diciembre el momento límite para que entreguen “un informe que combine profundidad y concisión”.

Lo que deberán decir los informes

Aunque dentro del mecanismo de trabajo para los expertos está previsto que se puedan unir en grupos para facilitar la redacción de un documento de síntesis, deberán ajustarse a que sus redacciones finales incluyan sus conceptos sobre las motivaciones del origen y las causas del conflicto.

También los expertos deberán decir a las partes cuáles en su concepto fueron los factores y condiciones que ayudaron a profundizar el conflicto y los impactos más grandes de este en la población.

Al anunciar en junio pasado la constitución de esta comisión, Gobierno y Farc señalaron que este grupo de trabajo dejará documentos que serán “un insumo básico para una futura comisión de la verdad y contribuirá a los informes de los expertos y el informe síntesis, insumos para las discusiones de las delegaciones, pero no condicionan el avance de la Mesa”.

Las partes solicitarán que en los documentos que finalmente se entreguen deben contener “tanto los consensos como los disensos y la pluralidad de visiones de los expertos, y debe ser fiel a los documentos entregados por ellos”.

Igualmente los negociadores pactaron que “los informes de los expertos sobre los temas del mandato, no eximen a nadie de responsabilidad por violaciones cometidas en desarrollo del conflicto”.

Si algo caracteriza a Guillermo Rivera Flórez es su prudencia, la que a su paso por el Congreso de la República en tres períodos, como representante a la Cámara por el Putumayo, le valió ser considerado uno de los legisladores más ponderados a la hora de lanzar juicios de valor.

Aunque para muchos fue “una gran pérdida” que no haya alcanzado los votos suficientes para pasar al Senado este año, Rivera Flórez ‘salió premiado’: el presidente Juan Manuel Santos lo acaba de designar como Alto Consejero Presidencial para los Derechos Humanos.

Un ‘chicharrón’ nada fácil, sobre todo cuando se tiene de por medio un proceso de paz en estado avanzado de gestación, con más de seis millones de víctimas que reclaman verdad, justicia y reparación, pero con la convicción de que “es la última oportunidad” de alcanzar la paz, como dice con frecuencia el jefe del Estado. Colprensa habló con él sobre este reto.

- ¿Cómo recibe la política de derechos Humanos en Colombia?

El Estado colombiano ha hecho un esfuerzo muy importante en materia de vigencia y respeto de los derechos humanos, y ese esfuerzo se ha visto reflejado en las calificaciones que ha recibido de organismos internacionales. El solo hecho de que el presidente haya decidido convertir un programa de la Vicepresidencia de la República en una Alta Consejería Presidencial, demuestra la importancia que le quiere dar al tema.

- Pero Colombia sigue rajada en Derechos Humanos…

No ha sido una tarea fácil lograr la vigencia y el reconocimiento de los Derechos Humanos en un país que está en medio del conflicto. Pero cada vez los reproches de la comunidad internacional son menores, y son mayores los elogios a este esfuerzo. Esperamos en estos próximos cuatro años dar un salto importante en esa materia. Ese es el reto que tenemos por delante.

- ¿Cuáles van a ser sus prioridades?

Hay unos temas inherentes al conflicto: las minas antipersona, el reclutamiento forzado de menores. Pero hay que avanzar en el reconocimiento de la igualdad, de la no discriminación y crear una cultura de respeto a los derechos humanos. Ese es el reto.

- ¿Cómo ve la situación de las víctimas?

Las víctimas vienen siendo objeto de una política de reparación en virtud de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, es una ley que apenas tiene tres años de vigencia, todavía le restan siete. El Gobierno está haciendo un esfuerzo descomunal por reparar a las víctimas, apenas estamos comenzando con ese proceso.

- El viernes viajó la primera delegación de víctimas a La Habana. Su integración ha sido muy polémica. ¿Cómo ha visto ese proceso?

El Gobierno ha dispuesto que sean el sistema de Naciones Unidas acreditado en Colombia y la Universidad Nacional quienes diseñen los mecanismos para escoger esas delegaciones de víctimas. Ahí hay víctimas de todos los actores armados, luego nadie puede decir que se están desconociendo a las víctimas de las Farc.

- ¿Los afectados por las bacrim también entran en esa condición de víctimas?

Las bacrim no son actor del conflicto, pero la Corte Constitucional ha dicho que en la medida en que las bacrim tengan dominio territorial, estructura jerárquica y capacidad de violación sistemática de los derechos humanos, sus víctimas podrían ser consideradas como víctimas del conflicto. Es decir, podrían eventualmente ser objeto de la política de reparación.

- ¿Pero entonces quiénes son víctimas del conflicto?

Se entiende como víctima del conflicto a las víctimas de las guerrillas, de las organizaciones denominadas paramilitares, y a las víctimas de los agentes del Estado.

- ¿Los militares y policías, que son actores del conflicto, pero sufrieron el secuestro, se les puede considerar víctimas?

La Ley de Víctimas define como tal a las personas que hayan sido objeto de una violación de las normas internacionales de los Derechos Humanos y de las infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Los policías y militares que fueron secuestrados y estuvieron en esa condición durante años, fueron objeto de violación al DIH, deben ser considerados como víctimas.

- La polémica es que ellos son actores del conflicto, y muchos expertos consideran víctima solo a los civiles que no participan de las hostilidades…

Claro, pero las normas del DIH también prescriben unos límites a los conflictos entre países o a los combatientes en conflictos armados internos. Y los combatientes que han sido privados de su libertad, pues claramente se le han violado sus derechos Humanos. Y en esa medida son víctimas.

- ¿Entonces qué podemos esperar de la presencia de las víctimas en la mesa de La Habana?

En gran medida el éxito de todo este esfuerzo que se viene desarrollando en La Habana, depende de que las Farc reconozcan que han causado víctimas, contribuyan con el conocimiento de la verdad, y contribuyan con la reparación. Por lo tanto, es un paso adelante lograr un acuerdo cuyo soporte sea la máxima satisfacción de los derechos de las víctimas.

- Pero eso solo permitiría conocer la verdad. ¿Qué pasara con la justicia y con la reparación?

No es solamente la verdad. La reparación no es solamente la indemnización, es también el perdón público y la garantía de no repetición. Las Farc tienen que saber que en la medida en que contribuyan con la verdad y la reparación de sus víctimas, podría eventualmente ser sujetos de las medidas alternativas que plantea la justicia transicional en materia penal.

- ¿Cómo se sacará adelante el acuerdo de paz cuando las Farc desconocen el Marco Jurídico?

Las Farc ante los micrófonos han dicho muchas cosas, pero finalmente lo importante es lo que se acuerde en la mesa. Hace un año decían no reconocer víctimas, este año lo han empezado a hacer.

- ¿No le parece que este proceso es muy frágil?

No, por el contrario, creo que es un proceso muy bien planificado, que no tiene antecedentes en la historia colombiana. Creo que este proceso no tiene reversa. Espero que muy pronto podamos dar la noticia más importante de las últimas décadas que es ponerle fin al conflicto.

ASÍ TRABAJARÁN

Los doce expertos y los dos relatores trabajarán de forma independiente de la mesa de negociación, lo podrán hacer en Colombia, donde será el centro de labores principal, aunque si las partes lo desean pueden hacerlo desde La Habana a entregar un reporte parcial de cómo avanza su labor.

En el límite de tiempo de cuatro meses que tendrán para operar, la Comisión se dará su propio cronograma de trabajo, previendo tiempos para la entrega de los informes de los expertos y la elaboración del informe síntesis que estará a cargo de los relatores.

El Gobierno nacional se compromete a entregar a la Comisión toda la información que sea requerida con excepción de aquella que tenga la reserva judicial.

Por último, el gobierno y las Farc ratificaron que el informe final que entregue la comisión será publicado y difundido ampliamente en el país.