Lanzan S.O.S. por 5 páramos de Colombia

En los levantamientos de suelos en algunos sectores de los páramos de Santurbán, Almorzadero, Cajamarca, Las Hermosas y Guerrero, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) encontró graves impactos en estas áreas frágiles, asociadas a quemas a cielo abierto, agricultura artesanal, pastoreo y hasta caza ilegal de especies silvestres.

Para nadie es un secreto que grandes sectores de los páramos colombianos han sido blanco de actividades agropecuarias, ya que han visto en sus terrenos una oportunidad única para cultivar productos alimenticios y criar ganado sin ningún tipo de control, poniendo, así, en jaque la sostenibilidad ambiental del país.

Sin embargo, en las visitas de campo realizadas por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) para elaborar el levantamiento semidetallado de los suelos en los páramos de Santurbán y Almorzadero (Santander y Norte de Santander), Cajamarca y Las Hermosas (Tolima, Quindío, Valle del Cauca y Risaralda), y Guerrero (Cundinamarca), el panorama encontrado fue más alarmante de lo esperado.

El Igac hizo diversos muestreos y análisis en varios sectores de estos ecosistemas para evaluar las características y calidad de los suelos, lo que también le permitió analizar tanto los impactos ambientales negativos como positivos causados por la agricultura, ganadería, minería, desarrollo rural y pérdida de la biodiversidad.

El resultado fue contundente. En ninguno de los muestreos predominó el cuidado de la biodiversidad, la agricultura o la ganadería sostenible, o la minería con técnicas amigables con el medio ambiente.

¿Qué se encontró en los páramos?

Existen sectores en estos páramos donde reina la quema de coberturas vegetales para ampliar la frontera agrícola y cultivar o criar ganado, el reemplazo de frailejones para producir papa o cebolla, las excavaciones para las actividades mineras, el pisoteo de vacas en nacederos de agua y hasta caza ilegal artesanal de fauna silvestre.

En los muestreos de Santurbán, el Igac detectó un 71 por ciento de impactos negativos (principalmente por las prácticas agrícolas que afectan especies vegetales nativas y la construcción de infraestructura y adecuación de vías), y solo un 29 por ciento de impactos ambientales positivos.

En Almorzadero se detectó un 64 por ciento de impactos negativos por el exceso de cultivos agrícolas; en Cajamarca y Las Hermosas, un 62 por ciento relacionado con la quema para la cría de ganado; en Guerrero se concluyó que la agricultura y la minería son los protagonistas de la pérdida de la biodiversidad, con un total de 47 y 17 impactos críticos respectivamente.

Según explicó Juan Antonio Nieto Escalante, director General del Igac, “si en tan solo unos muestreos de suelo encontramos tal afectación ambiental, es de suponerse que la situación general puede ser alarmante, aún más cuando el país se enfrenta a un fenómeno histórico de sequías”.

“Hacemos un llamado a las autoridades ambientales competentes frente al manejo que están dando a estos ecosistemas estratégicos de Colombia, únicos en el mundo, ya que es evidente su afectación ambiental”, dijo Nieto Escalante.

Imagen eliminada.

Caso cajamarca y Las Hermosas

Estos ecosistemas abarcan municipios de Tolima (Casabianca, Herveo, Villahermosa, Murillo, Santa Isabel, Anzoátegui, Ibagué, Cajamarca, Roncesvalles y Chaparral); Quindío (Génova, Pijao y Córdoba); Valle del Cauca (Sevilla) y Risaralda (Santa Rosa de Cabal).

En esta primera fase de levantamiento de suelos, el Igac visitó 14 municipios, llevó a cabo mil 62 observaciones y levantó 34 perfiles, en un área de aproximadamente 99 mil hectáreas.

Según las 36 muestras de suelos obtenidas, los impactos negativos en ambos páramos reinaron en el 62 por ciento, del cual el 76 por ciento es por la quema del ecosistema para la cría de ganado, el nueve por ciento por agricultura, nueve por ciento por desarrollo rural y cuatro por ciento por la pérdida de la biodiversidad por la caza de especies silvestres.

En esta zona, el Igac también evidenció conflictos por la explotación minera de oro por parte de multinacionales y problemas de orden público en el corregimiento Anaime.

“Esta correlación entre los resultados de los estudios de suelos y el análisis medioambiental es un insumo integral que debe ser utilizado por el Ministerio de Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y autoridades locales, frente a las propuestas de la delimitación de los ecosistemas estratégicos y las actividades que allí son ejecutadas”, puntualizó Nieto Escalante.

Credito
BOGOTÁ

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