Moderna doble calzada conectaría a Ibagué con el Aeropuerto Perales

fotos HÉLMER PARRA – EL NUEVO DÍA
Mediante gestión compartida, una Asociación de propietarios de tierras en alianza con los gobiernos local y departamental, pretende sacar adelante un proyecto para construir una vía acorde al desarrollo urbano de la ciudad.

En poco tiempo, la vía que conecta el aeropuerto Perales con Ibagué, no le cabrá un hueco más. La maleza consume poco a poco sus costados y varios tramos se volvieron intransitables para los vehículos.

El deterioro del asfalto contrasta con la premura que ha generado la organización de los Juegos Nacionales, certamen que se llevará a cabo en noviembre de 2015 y que exigen una vía en buenas condiciones.

Pese a que las justas se convierten en una especie de pretexto para agilizar su arreglo, ciudadanos como los que conforman la Asociación Asovía – Aeropuerto, tienen claro que el problema no se soluciona con reparcheos solo para quedar bien.

Y por el contrario, coinciden en que Ibagué se merece un vía moderna y segura, como la que se planteó en su momento en el Plan de Ordenamiento Territorial, vigente desde el 2000.

La arquitecta Julia Aurora Ramírez es la directora Ejecutiva de la Asociación, que cuenta con personería jurídica y que está conformada por 28 propietarios de terrenos ubicados en inmediaciones al Aeropuerto.

Ellos son pieza clave de la iniciativa que prevé, a partir de un modelo de gestión compartida, la construcción de una doble calzada (Ver imagen de perfil), entre Ibagué y la Terminal Aérea.

Asociados, en 2013 encargaron los diseños de la nueva carretera a la firma Nova Scorpii Ingeniería S.A.S., la misma que efectuó los estudios para la construcción de la doble calzada Girardot – Ibagué.

Los mencionados estudios fueron adelantados entre diciembre de 2013 y marzo de 2014, con una proyección de la ciudad al año 2026 y ya fueron presentados y corregidos por el Instituto Nacional de Vías (Invías).

Pero aparte de pagar los diseños, que ascendieron a 200 millones de pesos, según informó Ramírez, los propietarios están decididos a ceder sus tierras para que la carretera pueda construirse. Ese es el principal aporte.

Y lo es no solo por el valor de los terrenos que juntos suman un área de 25 hectáreas, también es un aporte decisivo, porque según la arquitecta, le demuestra al Gobierno nacional que una de las principales talanqueras para desarrollar el proyecto vial estaría solucionado: la gestión predial.

Ese tema ha sido la principal piedra en el zapato en la ejecución de otras iniciativas como la doble calzada Bogotá - Girardot, que llevó incluso a procesos de expropiación.

Así que, ese compromiso de los propietarios ahorraría tiempo y dinero, dos factores esenciales para que los estudios salgan del papel.

Gestión política

La Directora Ejecutiva informó que es cuestión de semanas para que el Invías se pronuncie con respecto al proyecto. Esa respuesta lo dejaría listo para ser ejecutado, aunque falta asegurar la contrapartida del Gobierno nacional.

Y ese es ahora el principal reto que enfrenta la iniciativa, advirtió la Directiva. Lograr que el Gobierno central apoye la idea y aporte 21 mil millones de pesos, que equivale al 50 por ciento del valor total de lo que cuesta.

“Necesitamos a nuestra clase política, que nos acompañe, porque vamos a tener que ir en octubre al presupuesto General de la Nación.

“Los vamos a necesitar (líderes políticos), hay liderazgo de parte del Gobernador, el Alcalde, pero necesitamos una gestión del orden nacional para que no se vea opacado todo el esfuerzo que estamos adelantando”, aseguró.

Dentro de las cuentas, los 21 mil millones faltantes los conforman los 15 mil millones de pesos que son el valor estimado (hipotético) de la tierra que aportan los propietarios.

Y los seis mil restantes, son los aportes por mitad de la Administración municipal y del Gobierno Seccional, tres mil millones de pesos cada uno. Según la Asociación, esos recursos ya estarían listos.

Plusvalía y valorización

Tanto Julia Aurora Ramírez como Javier Arbeláez, Subdirector de la Asociación, tienen claro que la construcción de una doble calzada es lo que necesita Ibagué. Según ellos, el desarrollo de una carretera como la planteada es un tema de ciudad, que se debe analizar con una visión de futuro y no como un asunto de privados con intereses particulares. Y tienen ejemplos para sustentar su posición. En la lista están los problemas de movilidad que genera en horas pico el colapso de las principales vías de la ciudad. Pusieron como ejemplo el caso de la Avenida Ambalá. “Es una carretera a la que le faltó visión”, de acuerdo con la opinión de Ramírez, quien además cree que cuando se planeó no se pensó en el crecimiento que registraría la ciudad a lo largo de las últimas dos décadas. “Hoy le hace falta vías paralelas o una tercera calzada”, dijo. “Un caso que no se debe repetir en el desarrollo de la vía al Aeropuerto”, advirtió.

Visión de futuro

En materia de impuestos, Javier Arbeláez descartó que la participación de plusvalía del Municipio sea afectada por la fórmula de gestión del suelo propuesta en el proyecto. “La plusvalía se activa cuando se incorporen suelos de expansión al suelo urbano. Esa posibilidad está intacta. Cuando se urbanizan los predios y se genere la edificabilidad, ahí es cuando se requiere unos derechos adicionales, y van a quedar compensados”, afirmó. En cuanto a la posibilidad de aplicar un cobro de valorización para sustentar el valor de las obras, el arquitecto recordó que en el pasado todos los ibaguereños pagaron por la pavimentación de la actual vía. “No habrá valorización, y a los ibaguereños no les tocará meterse la mano al bolsillo para asumir el costo de la vía”. Y recordó que la valorización “ya se hizo, ya se pagó, sería cobrar de nuevo por la misma vía”.

Una vía moderna

De acuerdo con los estudios, el proyecto prevé la construcción de una doble calzada de 4.5 kilómetros de longitud, con un perfil de vía (ancho) de 55 metros.

Ramírez explicó que como el POT del año 2000 ya había establecido un perfil de 80 metros, que aún está vigente, esa distancia se respeta en los diseños de la propuesta.

“Esos 80 metros se completan a medida que los desarrollos vayan llegando, es decir, que cada desarrollador adelanta una paralela”, aseguró la Directiva.

Se propone que cada calzada tenga nueve metros de ancho, incluyendo las bermas. Las medidas, aclaró Arbeláez, están en línea con las especificaciones solicitadas por el Invías.

Los estudios además establecen una zona de protección ambiental principal que separa las dos calzadas, de seis metros, que albergará un sistema de aguas lluvias.

Ramírez dijo que el sistema tendrá un tratamiento paisajístico que respete la vegetación arbórea existente.

A la derecha de la calzada que va hacia el Aeropuerto, se establecerá una zona de reserva para transporte masivo de 15 metros.

“La previsión a la margen derecha de la vía es destinada a un transporte especial (tren u otro), masivo, pensado en el crecimiento de ese sector de la ciudad”, afirmó Javier Arbeláez.

Luego de esa área, se propone una zona de protección ambiental de 2.50 metros, y a su vez, una ruta de ejercicios de tres metros de ancho. Por último, se determina un anden de 1.50 metros.

De acuerdo con la Directiva, ese andén será complementado a futuro cuando cada desarrollador construya la vía paralela de acceso a los diferentes proyectos que se ejecuten al lado y lado de la carretera.

La otra calzada, la que conduce desde la Terminal aérea a Ibagué, es similar. También cuenta con una zona de protección ambiental de 2.50 metros, y a su lado, una cicloruta con una calzada de cinco metros y un anden de 1.5 metros.

Al lado de los detalles técnicos, Javier Arbeláez destacó la importancia y uso de la vía, como un asunto de conexión vial.

Según él, la carretera no solo conecta Ibagué con Perales. También la avenida Pedro Tafur, y las glorietas de la 103, ubicada en inmediaciones de Fibratolima; la 125, que está en cercanías a Puerto Mojarra, y la 145, conocida como ramal norte, que incluye la glorieta del Aeropuerto.

“Es un asunto de conexión re gional porque es empatar las dobles calzadas con el acceso a la ciudad”, afirmó el arquitecto.

Y agregó que el entorno de la vía y los usos del suelo al lado de su trazado también cambiarán.

Puso como ejemplo la construcción de la nueva clínica de Medicádiz, y el traslado de las oficinas del Comité Departamental de Cafeteros cerca a la glorieta del Aeropuerto.

Y agregó que el cambio en los usos del suelo no solo propiciará la llegada de nuevos proyectos comerciales y de servicios, también proveerá a la ciudadanía de zonas verdes y áreas de recreación como las que comenzaron a ser usadas en la 145.

Lo que ganan los propietarios

Javier Arbeláez explicó que tal como está pensada la financiación del proyecto, el erario no será afectado. Según él, los propietarios ceden sus terrenos, adelantan los desarrollos, y en un futuro pueden modificar sus propiedades sin afectar el espacio público. “Ello permite que puedan usar esos derechos a cambio de que hagan unas inversiones en el plan vial o que donen unos terrenos para el mismo”, explicó, tal cual como ocurre con la iniciativa. En síntesis, el dueño de la tierra “deja pasar la vía a buena cuenta de esos derechos de edificabilidad futura que estarán acorde a la razonabilidad técnica y jurídica”, añadió. En síntesis, indicó que con esa fórmula, el Municipio ahorraría dinero y tiempo para el desarrollo del proyecto vial.

Credito
POR CRISTIAN ARROYO EL NUEVO DÍA

Comentarios