En Colombia se pierde el 2% del PIB por efecto de los trancones

El incremento del parque automotor, la falta de infraestructura vial y un servicio de transporte público limitado, generan una crisis vial en las principales ciudades del país, por lo cual el Gobierno lanzó una estrategia para reducir sus impactos.

El incremento del parque automotor en el país, la falta de infraestructura vial y un servicio de transporte público limitado, generan una crisis de movilidad en las principales ciudades del país, por lo cual el Gobierno lanzó una estrategia que promueve el transporte no motorizado, además de impulsar la culminación y el mejoramiento de las obras de transporte, para así reducir los trancones que se generan diariamente.

Las cifras más recientes hablan de que en Colombia hay más de 4.5 millones de carros y motos particulares, de los cuales 1.7 millones son automóviles y 2.8 son motos, cifras que demuestran la gran circulación de vehículos en el país, y que han generado crisis de movilidad en las principales ciudades.

De acuerdo con un estudio del Departamento Nacional de Planeación (DNP), se estima que durante los próximos tres años un millón de carros nuevos entrarán en circulación en Colombia, situación que empeorará la movilidad en el país, ya que de acuerdo con Simón Gaviria, director de dicha entidad, no hay estrategias claras de ampliar la infraestructura vial.

Los costos de los trancones que se viven a diario representan pérdidas gigantescas para los colombianos. De acuerdo con el informe, un colombiano promedio pasa el equivalente a 20 días al año (480 horas) dentro de en un bus, que si se contabilizan en términos de dinero por horas trabajadas representarían ingresos económicos importantes para cada persona.

Como si fuera poco, afirma que en Colombia se pierde el 2 por ciento del PIB al año por efecto de los trancones, cifra que equivale a unos 16 billones de pesos, es decir, más de lo que costará la primera línea del metro de Bogotá, valorada en 15 billones de pesos, y casi el equivalente al presupuesto de la capital del país para el 2015 de $17 billones.

Para hacerle frente a esta crisis urbana que afrontan las principales ciudades del país, el Gobierno nacional decidió poner en marcha una estrategia para promover los medios de transporte no motorizados, además de impulsar la culminación de los sistemas de Transporte Masivos existentes en las distintas ciudades.

El análisis muestra que en 2002, cuando se pusieron en marcha los sistemas masivos y estratégicos en varias ciudades, el 73% de los ciudadanos tenía la intención de usar el transporte público, en 2012 la cifra bajó al 51%, y hoy puede ser más baja. Tendencia contraria se dio en la intención del uso del vehículo particular, pues se pasó de 18 al 29 por ciento.

El caso más relevante es el de Bogotá, que con más de 15 mil kilómetros de malla vial, cuenta apenas con 350 kilómetros de ciclorrutas. En ciudades como Medellín, Cali y Bucaramanga, este panorama no es muy distinto, ya que cuentan con una cobertura de 28, 11 y 0 kilómetros de ciclorrutas, respectivamente, lo cual dificulta el incentivo del uso de la cicla como medio de transporte.

Una de las metas a futuro en la capital, según el Departamento Nacional de Planeación, es construir 145 kilómetros más de ciclorrutas y concluir en 2015 la implementación del Sitp, que hoy está en 64.7 por ciento de las rutas.

Por el momento, el documento afirma que solo el 30 por ciento de la población colombiana camina como medio de transporte y el ocho por ciento utiliza la bicicleta para este fin, más como una necesidad de movilización que por iniciativas propias o gustos particulares.

“La gran meta es lograr que la mayor cantidad de gente posible en estos cuatro años pase del transporte privado y de la moto al transporte público y a modos sostenibles como la bicicleta y viajes a pie”, asegura el Director del DNP.

Los objetivos del Gobierno en actividad física (150 minutos semanales en adultos), a través del transporte activo tiene el potencial de reducir el riesgo de muerte prematura entre el 19% y el 50%, mientras desplazarse en bicicleta al trabajo reduce la mortalidad prematura en 40%.

De otra parte, cifras del Ministerio de Transporte al 2014 avaladas por el DNP, señalan que el transporte urbano en automóviles particulares y motos genera el 21% de las emisiones de GEI (gases efecto invernadero), mientras el transporte público colectivo es responsable del 15%.

De acuerdo con ello, el Ministerio de Salud sostuvo que en 2010 murieron 209 personas, asociadas a enfermedades prevenibles, como consecuencia de la contaminación ambiental que desencadena la congestión vehicular.

Otros impactos grandes tienen que ver con la accidentalidad. Según Medicina Legal, en 2013 fueron 6.219 las personas que murieron por accidentes de tránsito, lo que se traduce en una tasa de 13 personas por cada 100 mil habitantes. De estas muertes, en las ciudades se produjo el 60%, que equivale a 3.726 muertes.

Asimismo, aunque no existen cifras sobre el tema, la entidad indica que ante la situación de movilidad cada vez más crítica que viven las principales ciudades, el estrés y el mal genio de los colombianos ha disparado las consultas médicas.

De acuerdo con ello, el gobierno anunció que también se impulsarán estrategias para lograr esquemas de movilidad más eficientes como el teletrabajo, uso de combustibles limpios, viajes en carro compartido, entre otras, y se apoyará la implementación de infraestructura para facilitar la intermodalidad con medios no motorizados.

Como condición para los desembolsos de los sistemas de transporte cofinanciados por el Gobierno se exigirá la aplicación de medidas complementarias para el uso adecuado de la infraestructura y la búsqueda de cambio que permita potenciar los modos no motorizados y el transporte público.

Finalmente, para alcanzar la equidad, uno de los principios rectores del gobierno, es la prestación de servicios de transporte orientada a la consolidación de ciudades que ofrezcan acceso a todos, priorizando los modos sostenibles y brindando cobertura con tarifas que le permitan al usuario ‘subirse’ a sistemas de calidad.

Credito
COLPRENSA

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