La agonía del río Magdalena

JUAN CARLOS ESCOBAR  - EL  NUEVO DÍA
La disminución del caudal y la contaminación del agua son solo algunas manifestaciones del crítico estado en que se encuentra la principal arteria fluvial del país, que durante tiempos precolombinos fue la principal vía de acceso al interior colombiano.

El Magdalena ya no es el río grande como era conocido, su paso por el Tolima muestra la devastación en la que está sometido desde su nacimiento en el Cauca atravesando el territorio huilens; evidenciándose así la disminución del caudal en Yaguará, donde se ubica la hidroeléctrica de Betania.

El impacto se sigue reflejando, ya que al continuar el recorrido de su cauce a menos de 50 kilómetros, se ubica el proyecto minero - energético (El Quimbo) que demuestran las huellas del hombre en el ‘río grande de la Magdalena’.

A lo anterior se suman los efectos del cambio climático, principalmente con el fenómeno de ‘El Niño’, que por estos días está en sus picos más altos, haciendo que disminuya de manera alarmante su caudal.

Pasando por el Tolima, se advierte igualmente un río diezmado, que en zonas como Honda, Ambalema y Flandes permite que las personas transiten con el agua bordeando sus rodillas.

Durante el recorrido por municipios ribereños, se logró captar imágenes que a los ojos de las administraciones municipales muestran basuras y desechos tóxicos arrojados por las comunidades, con las que envenenan sus aguas y su biodiversidad.

La estocada más grande que recibe el Magdalena ocurre en inmediaciones de Girardot y Ricaurte, donde el río más contaminado del país, el Bogotá, aprovecha la sequedad del ‘río grande’ en su desembocadura, para verterle implacablemente toda su pudrición, llegando a acaparar cerca de un 70 por ciento del cauce.

Dato

El panorama de los balseros es de incertidumbre, ya que el cambio climático, la alta contaminación del río y la influencia de proyectos mineros en el lecho han generado que la pesca disminuya hasta en un 80 por ciento.

Dato

Proyectos minero-energéticos, extracción de material de arrastre, el fenómeno de ‘El Niño’, la pesca indiscriminada, la contaminación de los afluentes y los desechos humanos en zonas de ribera son los causantes de la muerte lenta que padece el río grande de la Magdalena, considerado el más importante al conectar el centro del país con el océano Atlántico; el afluente, que ha servido como fuente de ingresos para muchos de los habitantes ribereños, es hoy un lugar de desolación y tristeza para quienes lo recuerdan como parte de su vida, ya que está arraigado a costumbres y tradiciones, las que hacen parte de nuestra cultura tolimense. 

Dato

Los conquistadores españoles llegaron a lo que es Colombia a inicipios del siglo XVI, usando el Magdalena para adentrarse, ya que las condiciones selváticas y el difícil relieve impedían transitar. Se considera que el primer ingreso por el afluente se hizo en 1519, liderado por Jerónimo de Melo. Durante la Colonia, el Magdalena fue única vía entre la capital Santa Fe de Bogotá, y el puerto de Cartagena de Indias, adonde llegaban las principales embarcaciones europeas.

Credito
HERYK FARFÁN FOTOS: JUAN CARLOS ESCOBAR

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